Odió | Kim Taehyung

29. La Desilusión

Lo pensé un momento su propuesta, la empresa nunca había estado tan bien económicamente como cuando So Hyun estaba al cargo de esa área. Tiene razón, si la necesito, pero aún no se como me sentiré al respecto. Tendré a So Hyun, Jin, YoungMi y yo en un mismo edificio.

-Vamos Taehyung, te veo pensarlo mucho. Sabes que esta empresa le conviene tenerme.

-Tu trato hacia mi será de empleado a Jefe, Señor Kim para ti.

-Claro, Señor Kim, gracias por contratarme-Sonrió ampliamente levantándose de su asiento.

-Espero ver todos esos documentos en orden y ver que lo maneje de la mejor manera.

-No tenga duda.

Me levanté para estrechar su mano, nuestras manos se juntaron y mi corazón sintió un leve golpe. Baje mi mirada hasta sus ojos quienes me miraban como siempre lo habían hecho, la extrañaba.

La puerta de mi oficina se abrió de pronto haciéndome reaccionar, traté de alejar mi mano de la de So Hyun pero ella la apretó manteniéndolas unidas.

-Disculpen, yo tenía...tengo que entrar a la oficina. Con permiso.

Lee entró con la cabeza gacha hasta su pequeña oficina sin dirigirme la mirada. Quise detenerla y besarla, detenerla y explicarle quien era ella y que hacía allí pero So Hyun me detuvo.

-¿Porque no me acompañas al edificio donde empezaré a trabajar de inmediato?

Asentí con la cabeza y soltándome de su agarre caminé hasta la puerta mostrándole la salida pero mi mirada corrió por unos breves segundos hacia la pequeña puerta donde YoungMi se había escondido.

-Sígueme.

Con voz clara avance por los pasillos hasta llegar al área de economía que era donde So Hyun se quedaría. Ella venía detrás de mi sonriéndole a los empleados que ella conocía.

-Aquí está, podrás tener tu antigua oficina, pero no los mismos privilegios.

Dicho eso me alejé de ella en dirección a mi oficina, me picaban las manos y mi cuerpo molestaba por correr hacia YoungMi para saber lo que piensa y lo que pasa por su cabeza.

-¿Ya viste mi sorpresa?

Jim caminaba a mi lado siguiéndome el paso, rodé los ojos en su dirección.

-¿Tu la llamaste?

-Desde que llegue vi un desastre con los documentos económicos y pensé que necesitarías una mano.

Me detuve frente a mi oficina y lo encaré.

-No necesito tu ayuda imbécil y no quiero saber que solicitas a YoungMi de nuevo ¿Entendido?

-Si primito, por cierto, le conté tu historia de amor a YoungMi espero no te moleste.

Ignorando su risa caminé hacia mi oficina sin parpadear ni una sola vez. Necesitaba llegar a ella lo más pronto posible.

-YoungMi -la llamé entrando a mi oficina, seguí caminando hasta llegar a la suya.

-YoungMi, dímelo.