8. Eso no es un beso.

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Tres es igual que uno.

LEE YOUNG MI

-Dígame-fue la única palabra que logre articular ya que con su cuerpo tan cerca al mío no podía pensar bien.

-Tengo serios problemas contigo, no creo que sea bueno que sigas trabajando para mí, me distraes mucho y no puedo dejar que alguien me distraiga.

¿Que? ¿Me quiere despedir en mi primer día? No puede ser, miré hacia sus ojos, aún seguía cerca de mi y podía verlos con sumo cuidado.

-¿Está despidiéndome?-pregunté removiéndome entre su cuerpo y la pared.

-Si, a no ser que hagas algo que te digo, esto dejará nuestros problemas atrás.

¿Hacer algo? Yo le hago de todo con tal que no me despida, necesito el dinero y no puedo dejar que me despidan por una estupidez.

-Lo hago.

Dije decidida, si no hago esto ¿Quien más me dará el dinero que necesito para mis medicamentos?

Noté como sonrió y se alejó de mí, camino hacia mi escritorio y se sentó en mi sillón.

-Muy bien.

-¿Que deberé hacer y cuando?-pregunté aún recostada en la pared, no sabía que pensar con lo que me pida el Señor.

-Ahora mismo, deberás besarme.

Yo nunca creí en la gente que se atoraba con su propia saliva, hoy les creo. Me atoré y comencé a toser, no lo besaría.

-¿Me estás jodiendo?

Esto tenía que ser una broma, una de muy mal gusto. El Señor Kim volteó a verme con burla.

-¿Que manera es esa de hablarme?

-La más razonable en estos momentos.

-Young Mi, ya te he dicho que es lo que debes hacer para que no te despida del trabajo, mira tu cuando lo quieres hacer pero solo tienes hasta mañana para pensarlo.

Se levantó y camino hacia la puerta pasando por mi lado, me guiño un ojo y sonrió.

-No pongas esa cara de trauma, solo es un beso y te estoy poniendo a elegir si me lo das o no. Yo no soy así, agradéceme porque si lo quiero lo consigo y punto.

-No te besaré.

-Como tu desees, ahora vamos que tú eres la que me llevará a mi apartamento.

-Oh, si claro.

Tomé mis cosas y avancé detrás de él hasta el estacionamiento. Me tiro unas llaves y por poco se me resbalan, no era tan buena atrapando cosas.

-Es este.

Dijo al detenernos frente a un auto deportivo blanco, era descapotable y estaba nítido. Sin decir palabra me monte de piloto y él de copiloto.

-Vamos con cuidado, no quiero que golpees mi auto.

-¿Que pasaría si lo golpeó en la autopista?

-No tendrías como pagarlo, pero ni dándome tu vida.

Asentí para callarme de nuevo, eso no ayudaba con mi nerviosismo. Lo encendí y salí del estacionamiento, el Señor Kim respondía varias llamadas y casi no me prestaba atención, lo agradecí infinitamente, no necesitaba sus ojos con crítica hacia mi.

Llegué a su apartamento, lo vi bajarse y se alejó sin mirar atrás, sigue siendo nada gentil ni caballeroso. Arranque el auto hasta mi casa, espero ver la cara de Jisoo cuando me vea llegar en este auto.

Odió | Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora