Odió | Kim Taehyung

4. Mi confidente

Conociendo me.

LEE YOUNG MÍ

-

Joder, ¡Decídete!

-Vestido negro.

Jisoo colgó la llamada luego de decidir por mi el atuendo que usaría hoy. Eran las seis de la mañana y yo aún estaba vistiéndome.

Me coloqué rápidamente mi vestido negro, era recatado de arriba pero corto de abajo, me coloqué unos tacos altos color negro para combinar. Me maquille y peine a la velocidad de la luz, tomé mi bolsa y celular para luego bajar las escaleras.

-Buenos días-dije al ver a Jungkook sentado en la cocina tomando café.

~~

-Buenos días.

Dije al momento en que las puertas del elevador se abrían dejándome ver el gran despacho donde al parecer la señora Ha Neul ya me esperaba.

-Buenos días Lee, llega justo a tiempo-decía mientras su mirada estaba fija en el reloj de pared.

-Si es que...

-Ahórrese las excusas, esto será breve y conciso-cerré mi boca para escuchar lo que decía-Usted estará aquí a la misma hora todos los días, entrará a la oficina del señor Kim y al lado derecho verá una pequeña habitación con un escritorio, ese será su lugar. Usted manejará y resolverá todos los gustos del señor. No le hable mucho, guarde su distancia, preferiblemente dos pies de alejamiento, al tocar la puerta debe hacerlo con toques leves. Al señor Kim no le gusta el ruido, y de acuerdo a la vestimenta, puede usar lo que le plazca excepto pantalones, cualquier tipo de tela Jean y tennis no está permitido. Eso es todo, puede comenzar.

Mi mente iba a toda velocidad tratando de analizar todo lo que esa mujer me había dicho, mi cerebro aún iba en la parte de "Al lado derecho verá una pequeña habitación con un escritorio, ese será su lugar."

Asentí rápidamente y con temor avance hacia la oficina, abrí lentamente y la cerré de igual forma, visualicé la puerta a la derecha y avance hasta entrar. Había un escritorio muy bonito y un sillón al fondo, varios objetos de oficina y estantería. Me gusta.

Comencé a arreglar las cosas a mi antojo, me quité los tacones para más comodidad ya que el suelo está alfombrado. Espero que no le moleste al jefe.

Veamos que tiene nuestro sexy jefecito.

Haciéndole caso a mi voz interior salí de mi pequeña oficina, lo primero que vi fue un gran ventanal detrás de su escritorio, grande por cierto. Había un pequeño juego de muebles a un lado y mini bar de frente, al otro extremo estaba lo que me imagino un baño.

Estaba tan concentrada que no me había percatado de que alguien había entrado a la oficina, su respiración pesada lo delataba. Oh Dios mío, si es el señor Kim no quiero voltear.