CAPÍTULO 59: Por su corazón

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04 DE SEPTIEMBRE, 2018
Martes

Natalia

No soy tonta.

Se notaba a leguas que esa chica estaba celosa de mi compañía con Tiago, pues nos vio abrazados. Lo que no entendí es adónde quería llegar con su extraña actitud, pero no era mi asunto. Así que le dije que no aceptaba su propuesta, y que no tenía por qué aceptarla.

No es que sea mi deporte favorito por la violencia que suele emplearse ahí, empero, sé jugar fútbol. No soy una experta, no obstante conozco las técnicas básicas, y algunos modos de quite. Siempre me gustó tener conocimiento y noción sobre cualquier cosa, pues nunca se sabe cuándo podrá ser de utilidad.

Mas Érika —como la llamó Tiago— dijo que el premio al equipo ganador sería en efectivo. Y salvo los celos histéricos y obvios de esa chica, esta oportunidad se me presentó como de oro.

Tengo un monto ahorrado para comprar los nuevos medicamentos para el corazón de mi padre, sin embargo, falta. Él sufre de insuficiencia cardiaca, y es el que aporta económicamente a los gastos de la casa. Trabaja como auxiliar contable de una empresa industrial alimenticia, donde se pierde casi todo el día, pero como esta está cerca de quebrar el sueldo de papá decayó considerablemente y ahora solo le alcanza para pagar la deuda que tiene con el banco.

Gracias a Dios, ese préstamo que se le efectuó hace unos meses no fue grande, mas aún así. Los ahorros que tenemos nos ayudan en el día a día respecto a los alimentos y otros gastos básicos como luz y agua, no obstante, están poco a poco terminándose.

Así que estuve ahorrando de mis mesadas, mas como mi padre dejó de dármelas hace dos semanas y sus medicamentos en unos días ya se acabarán y tiene que tomarlos a diario; para evitar que tenga que adquirir un nuevo préstamo o en un peor caso, hipotecar la casa, quiero comprárselos yo.

De momento papá está buscando nuevas opciones de trabajo y yo ya no puedo esperar a cumplir la mayoría de edad para ayudarlo económicamente, con un trabajo de medio tiempo que no perjudique mis estudios. Falta poco menos de dos meses para mi cumpleaños, y me da impotencia ya que lo que menos tiene mi padre es tiempo.

Por eso me interesó bastante la oferta de Érika con la aclaratoria que hizo, y acepté, sin explicar por qué; claro que ante la total sorpresa de Tiago quien no esperaba una positiva de mi parte.

Así que junto a Tiago, en ese instante, me llevó a la cancha donde entrenaba el equipo de Gloria; y a mi amigo le dio indicaciones de que le dijera que se había enterado recién de que le faltaba una jugadora, así que le comentó el asunto a David y que él le recomendó mi persona, afirmando que era muy buena. Y como Érika aseveró que a Gloria le gusta el mejor amigo de Tiago, auguró que iba a confiar casi ciegamente en su criterio.

Pues si decía la verdad, como Gloria es algo así como enemiga acérrima de Érika en lo que se trata de fútbol, a primeras deduciría que yo era una intrusa que las traicionaría al momento del partido.

En fin, Érika se fue dedicándome raras miradas y Tiago me presentó con Gloria, explicándole lo acordado al pie de la letra. Ella es una chica seria, mas tal parece que le caí bien, claro que esto ante la sola mención de David, que al parecer es el único tema que la hace sonreír efímeramente. Intuyo que es como su platónico no admitido abiertamente.

Entrené toda la tarde y Gloria me dijo que era aceptablemente buena, pero que procurara dar todo de mí en el partido al día siguiente en la tarde. No se veía muy contenta, mas tampoco disconforme. Aunque de todos modos en la noche estuve googleando sobre técnicas diversas de fútbol, y memorizándolas.

Ahora estoy ingresando a la cancha de cemento donde se efectuará el partido. Daré lo mejor de mí, mas solo pido a Dios que la victoria sea para el equipo de Gloria, sino, será una oportunidad escurrida entre los dedos.

Y es que en las dificultades aunque se haya dejado de creer en Dios, es cuando uno vuelve a aferrar sus esperanzas en alguien divino. Pues no estoy dispuesta a perder a papá. Así que lo único que me queda es tener fe y dar lo mejor de mí.

Si no permito hasta ahora que ese maldito me quite a mi padre, tampoco dejaré que lo haga su enfermedad. Haré todo cuanto me sea necesario por su corazón. Él no puede irse también.

N/A:

¿Creían que quien le hace la vida imposible a Natalia era su padre? Pues, exceptuando su enfermedad, no.

778 palabras

Al ponerse el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora