Tiago
—¿Yo? —pregunto sorprendido. Eso no me lo esperaba para nada.
—No, el chico de allá —señala tras mí, y yo inocentemente volteo—. Es obvio que tú —suelta una breve risa.
—Es que creí que te caí mal —admito con la voz más tímida y la cabeza algo gacha, sonrojándome un poco.
—Pues ya ves que no —sonríe. ¿Esto es un sueño? ¡Que acaso no debo ir al colegio, mamá! No, mejor no me despiertes; aunque irreal es un sueño muy bonito—. Ya te reclamé lo que tenía que reclamarte, ahora sé que no fue con mala intención. Ahí quedó.
—Eso quiere decir que…
¿Que es la primera y última vez que hablamos? ¿No vendrá ya más por aquí? Por favor, no. Cruzo los dedos por si acaso.
N/A:
¿Será eso? ¡Crucen los dedos también, jajaja!
Besos.
128 palabras
ESTÁS LEYENDO
Al ponerse el sol
Short StoryÉl siempre la veía sentada ahí, a esa linda joven, mirando las puestas de sol. ¿Qué sentido tendría aquello? ¿Cómo iba a saber? Si con esa misma risueña y distraída sonrisa que ella observaba el atardecer y el paisaje de alrededor, él la contemplaba...