Capítulo 14- Alfor.

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Oficialmente habían partido de Arus, y se encontraban ahora navegando la galaxia. Aún no querían aterrizar en ningún otro planeta, tenían recursos suficientes en el Castillo para meses, y además, preferían evitar confrontaciones con los Galras de nuevo.

Ya habían tenido suficiente de pelear contra ellos por un buen rato.

Y además, los Paladines aún tenían mucho que aprender sobre los Leones. Los únicos que estaban realmente conectados con sus Leones eran Lance y Shiro, los demás no podían aún lograr del todo esa conexión. Tenían que trabajar en eso si esperaban ser un equipo y poder formar a Voltron.

Por otro lado, Allura había descubierto algo sobre la nave. Contaba con un holograma programado con todas las memorias de su padre, Alfor. Desde que lo descubrió, Allura pasaba tiempo ahí, hablando con su padre.

Y Lance debía admitir, que él también quería hablar con Alfor. Tenía muchas preguntas que hacerle: ¿por qué lo mandó lejos? ¿Qué sucedió con su padre? ¿Por qué había mandado a la tierra también el León azul? Miles de preguntas inundaban su mente, pero Lance no podía reunir el valor para hablar con Alfor por alguna razón.

Pero entonces, una noche mientras todos ya dormían plácidamente, Lance decidió afrontar sus problemas de frente por una vez, así que se levantó y marchó en dirección a la habitación donde se encontraba la inteligencia artificial de Alfor antes de que pudiera arrepentirse.

Dio un paso dentro de la habitación, y por un segundo todo fue oscuridad mientras las puertas se cerraban detrás suyo.

Entonces se activó un holograma a tamaño real de su tío en el centro de la habitación. Alfor no pareció reconocerlo al inicio, pero luego su rostro se transformó en una mueca de sorpresa.

—Lanceliah...

Y eso bastó para que el acto entero de Lance se viniera abajo. Y en un parpadeo, frente a Alfor estaba Lance.

No el Lance de la Tierra, que tenía amigos y una familia, sino el Lance de Altea, que perdió a su padre y luego al resto de su familia cuando sólo era un niño.

—Lanceliah, sabía que volverías un día...

—¿Por qué?... —fue lo primero que salió de boca de Lance mientras este alzaba la mirada con los ojos cristalizados, sus ahora visibles marcas empezando a brillar—¿Por qué mandaste sólo a la Tierra a un niño indefenso luego de que desapareciera su padre? ¿Por qué mandar al León de mi padre también? ¿¡Por qué no dejar que ese niño se quedara con la poca familia que le quedaba!?

El rostro de Alfor decayó de pronto.

—Lanceliah, mi intención era protegerte. Si no te mandaba lejos, no sé qué habrían hecho contigo. Mandé al León para evitar que Zarkon lo obtuviera, y porque sabía que un día lo encontrarías y regresarías a casa.

—No es cómo que haya una Altea a la que regresar ahora —murmuró Lance, sintiéndose algo más calmado luego de poder sacar eso de su pecho. Su tío tenía razón, de haberse quedado, él podría haber corrido con él mismo destino que su padre.

—Allura no ha mencionado que regresaste —comentó Alfor—. ¿Por qué?

Lance no pudo evitar una pequeña risa, a pesar de no ser de verdad su tío, seguía siendo igual de intuitivo.

—No lo sabe... No tiene idea de que soy yo.

—¿Y no les haz dicho por...?

—No puedo —Lance suspiró—. Al inicio, no estaba seguro de decirles... Y ahora quiero hacerlo, pero hay un problema.

My Blood [Voltron Legendary Defender] Where stories live. Discover now