Capítulo 23: Meghan

757 51 1
                                    

VERLE HA SIDO UNA TORTURA. Me siento peor que cuando he llegado, al menos antes parecía más fácil seguir adelante.

No solo está guapísimo, sino que está para comérselo con esa camisa a medio camino de estar abrochada del todo, con bermudas y unas Havaianas, hasta los pies los tiene bonitos. ¡Dios, estoy coladísima!

Al final no he podido aguantarme y me he girado, pero ha sido una idea pésima. Está hablando con Savannah, su ex. Fue difícil verle todos los días con ella, se pasaban el tiempo dándose el lote en cada rincón, pero por suerte la tortura terminó pronto. Conocí a un tipo que me mantenía ocupada sin tiempo para ver a esos dos copular como conejos.

Me toco la tripa que aun no ha empezado a crecer, imagino que necesito fuerzas para no ir hasta esos dos y arrastrar a esa rubia de bote de los pelos y sacarla de aquí.

«¿Qué me está pasando? Yo no soy así».

Me doy la vuelta y salgo a la terraza, necesito aire, me ahogo.

—Hola, ¿estás bien?

—Sí, gracias —le contesto a Elijah no muy convencida—. Me apetecía salir a respirar, hace mucho calor ahí dentro.

Calor, sí, pero porque no dejo de imaginarme a Josh desnudo sobre mí en cada parte de esta fiesta, pensaba que lo de ir caliente todo el día era un síntoma pasajero de mi estado, pero estaba equivocada, es Josh quien me mantiene cachonda todo el tiempo.

—Me ha contado Mel que estás embarazada, mi enhorabuena, Meghan.

—Gracias —le abrazo—. Eres muy amable.

—¿Y como lo llevas?

—Bastante bien la verdad, no parece que lo esté. Me siento muy bien.

—Eso es bueno. Recuerdo el embarazo de mi hermana, y no puedo decir lo mismo. Lo pasó fatal casi todo el tiempo.

Elijah es un buen tipo, Mel tiene suerte de tener a alguien como él, yo envidio su relación, a veces me gustaría encontrar a alguien que la trate como él lo hace, Mel está orgullosa y se le nota por cómo habla de él.

Cuando entramos busco a Josh pero no lo veo, ¿se habrá ido ya? Es frustrante, no sé si alegrarme o ponerme a llorar.

Han pasado dos horas y finalmente parece que ha pasado la tormenta, excepto por las dos veces que se le han acercado dos mosconas para ligar con él, he estado bien. Esas lagartas no pierden el tiempo, y no me extraña, ¡está increíblemente bueno esta noche!

Se ha dejado crecer la barba, tiene el pelo un poco más largo por detrás y esa ropa le queda... uf, se me hace la boca agua solo de pensar en él.

—¿Puedo? —una voz conocida a mi espalda me hace girarme de golpe.

—Aaron, ¿qué haces aquí? Creía que estabas fuera del país.

Aaron es marine y siempre está de misión secreta en países en guerra. La última vez que lo vi estaba a punto de embarcar para ir a Afganistán.

Es uno de mis mejores amigos, él y su novio siempre me han acogido en su casa cuando lo he necesitado. Tengo suerte de tener amigos como ellos.

—Me ha dicho un pajarito que tienes un bollo en el horno.

—Un bollo, ¿en serio? —su comentario me ha hecho reír.

—Sí bueno, un retoño, un bebé, que te va a crecer la panza como un globo aerostático, vamos.

—Tu manera de decir que estoy embarazada deja mucho que desear.

Nos pasamos hora y media riendo sin parar, Aaron es muy gracioso, con él la fiesta está asegurada. De repente una mano agarra la mía y tira de mí.

—¿Qué coño crees que estás haciendo? —le grito a Josh mientras me suelto.

—No puedo verte hablando con otro hombre, hasta ahora he aguantado a todos esos babosos rondarte, pero ese... ese otro. ¿Qué era tan gracioso?

—¿Y a ti que más te da? No tengo porque darte explicaciones. Además ¿que hay de Patty? Parecías muy a gusto con ella.

—No tengo nada con Patty.

—No era eso lo que vi el otro día. Un poco más y le haces un lavado de estómago con tu lengua.

—Me estoy volviendo loco Meghan. Patty no es nada para mí, tú en cambio...

Se calla y yo lo miro frustrada. Primero se enrolla con ella en el gimnasio, y ahora me hace esto, yo si que voy a volverme loca.

—Mira Josh, tú y yo... —hago una pausa, me falta el aire—. No puedo.

Me doy media vuelta para salir de aquí, no puedo tenerlo delante, es más fuerte que yo. Mi cuerpo anhela cada parte de su ser, pero verlo con Patty me ha roto el corazón, me ha hecho recordar esa tarde y no puedo más, necesito huir.

Sus brazos me rodean, me atrapan por la espalda y me aprisionan quitándome el poco aire que queda en mis pulmones, me giro entre sus brazos y, cuando mis labios se encuentran con los suyos, me rompo en mil pedazos, y ya no puedo soportarlo más.

Le cojo por el pelo, le aprieto contra mi boca y le muerdo, le succiono, atrapo cada gemido de sus labios y me recreo una y otra vez con ese sabor que tanto he echado de menos, este está mezclado con alcohol, pero no me importa.

Necesitaba esto más que respirar, sentir sus besos, su cuerpo pegado al mío, cada centímetro de él me calma, me llena, pero necesito más, necesito mucho más de él.

Me sobra la ropa, le arranco la camisa sin importarme qué los botones salten por todas partes, le beso el pecho y saboreo cada milímetro de su piel caliente, es como la recordaba, dulce, suave y cálida.

—Meghan —me llama mientras vuelve a besarme en la boca.

—No pares Josh. Hazme el amor, por favor.

Y no necesito más palabras, me coge por el culo y me levanta en brazos, pega mi espalda a la pared y desliza su mano bajo mi vestido y me rompe las bragas, luego se desabrocha el cordón de las bermudas y las deja caer bajo sus pies antes de introducirse dentro de mí, calmándome, dándome lo que tanto ha necesitado mi cuerpo desde que estuve con él por última vez.

Y hacemos el amor de pie, contra la pared, entre gemidos y jadeos, sin descanso.

9 Meses para conquistarte [+18]Where stories live. Discover now