Capítulo 15: Meghan

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—HOLA PEQUE —me susurra y me acaricia el pelo.

Me encanta cuando es tan dulce. Sé que nada malo puede pasarme si estoy a su lado, no sé cómo explicarlo, pero es como si tuviéramos una conexión especial.

—Hola feo.

—Así que feo, ¿eh?

Asiento con la cabeza y le hago un mohín de lo más infantil. Él sonríe y me da un beso en los labios muy, pero que muy lento, todo mi cuerpo se estremece y empieza a arder.

«Estás dichosas hormonas me van a volver loca».

—¿Por qué vuelves a llevar ropa? —le digo y lo cojo de la camiseta para atraerlo más cerca y profundizar el beso.

—Necesitas dormir peque, no seas mala.

—Pero es que a mí me gusta ser mala, sobretodo contigo. No sé, despiertas la loba que hay en mí.

Se ríe y de un salto se estira a mi lado y me sube encima de él, yo desnuda y él con el pijama, esta vez completo. Él nunca se pone más de una prenda a la vez para dormir.

Desde que lo conozco, y hablo de la vida adulta, siempre va desnudo por la casa, o si tiene visitas con un pantalón tal vez. Excepto cuando vienen sus padres. Para ellos es un respetado miembro de la sociedad que jamás se comportaría de manera tan "vulgar". Me hace gracia porque en realidad no tienen ni idea de que su hijo es un reconocido Stripper que vuelve locas a las féminas quitándose la ropa.

Yo lo he visto en acción y es impresionante, no solo por sus dotes físicos —no estoy exagerando nada— sino por como se mueve encima del escenario, es sensual y algo canalla.

Cuando me enteré de lo que hacía me presenté una noche y vi su actuación, me quedé con la boca abierta y bastante cachonda, para que negarlo. Es que Josh, es mucho Josh.

—Hablo en serio —me dice y rueda conmigo para ponerse encima—. El médico a dicho que te lo tomes con calma.

—Hablaba del estrés, no de pasarlo bien.

—Nena —me regaña.

—Vamos solo uno más.

—No.

Se pone de pie y se mete en el baño.

Tarda una eternidad —al menos a mí me lo parece— y al final no puedo aguantarme más y me pongo de pie para ir en su busca.

—Eres insaciable peque.

—Y tú eres el único culpable, vamos no huyas de mí —le digo y lo abrazo por el cuello.

—No huyo. Solo intento cuidar de ti, no insistas, está noche no.

—Aguafiestas.

—Ya has tenido suficiente diversión por esta noche, no me obligues a dormir en el sofá.

Desisto aunque antes le pongo morritos y suspiro descontenta, es la primera vez que me encuentro a un tío que dice que no cuando le propones sexo. Supongo que tiene su encanto.

Por la mañana me despierto y él no está. Lo busco por toda la casa pero no hay ni rastro de Josh.

Cuando cojo el móvil para llamarlo la puerta se abre y aparece todo sudado, lleva ropa deportiva y una de esas fundas para el teléfono que se atan en el brazo.

«Incluso así es sexi el jodio».

—¡Ei! Hola —me dice y se pasa la mano por el pelo para peinárselo hacia atrás—. ¿Te acabas de despertar?

—Sí, y no estabas.

—He salido a correr.

Pasa por mi lado y me da un beso en la mejilla, se quita la camiseta y se mete en el baño.

—¿Has desayunado ya? Sino podríamos ir a...

—No puedo, tengo clase hoy por la mañana —me interrumpe mientras se quita los pantalones y los bóxers al mismo tiempo.

Le hago un repaso recreándome en su maravilloso cuerpo y mi lívido empieza a hacer de las suyas.

—Vale —le contesto inclinando la cabeza mientras miro su precioso culo desapareciendo dentro de la ducha.

—Si quieres podemos ir a la hora de comer a ese restaurante que tanto te gusta.

Me quito la ropa y me meto en la ducha sin pedirle permiso. «Ya me ha rechachado bastante, pero esta vez no será así».

He conseguido lo que quería, y aunque no ha sido como yo esperaba, al menos hemos tenido sexo oral mutuo.

Me visto con una de sus camisetas que me van enormes —me encanta como huelen a él— y unas braguitas, me peino el pelo mojado con los dedos mientras él se afeita y luego los dos nos lavamos los dientes.

Parecemos una pareja que llevan años viviendo juntos y hacen esto de manera habitual.

—¿Ya te vas? —le pregunto cuando le veo coger la bolsa del gimnasio.

—Sí peque, nos vemos a las dos. Pasaré a recogerte.

—De acuerdo.

Me da un beso en los labios y se va.

Aprovechando que estoy sola pongo una lavadora, recojo un poco y barro toda la casa. Cuando termino me siento en el sofá para leer, y mientras estoy allí pasando el rato llaman a la puerta.

—Hola.

—¿Qué narices haces tú aquí?

—Necesitaba hablar contigo, ¿no has visto mis mensajes?

Freddy intenta entrar pero evito que lo haga colocando mis manos a ambos lados de la puerta.

—Vamos nena, dame solo cinco minutos —me dice e intenta tocarme la cara, pero aparto su mano bruscamente.

—Lárgate. No puedes estar aquí, Josh vendrá de un momento a otro y como te encuentre aquí lo lamentarás.

—No me importa, aceptaré lo que quiera hacerme, pero necesito hablar contigo, por favor.

No quiero verle, no quiero hablar con él, pero sé que sino lo hago no me dejará tranquila. Le pido que espere fuera mientras me visto y me pongo un vestido y unas sandalias.

Vamos al Starbucks de la esquina y nos sentamos cerca de las ventanas.

—¿Cómo estás? —me pregunta.

—¿Qué quieres Freddy?

—Me asusté mucho cuando Mark me dijo que estabas en el hospital, ¿mi hijo está bien?

—No es tu hijo Freddy, es mi hijo —le contesto enfurecida por su comentario —. Me dejaste muy claro que no lo quieres y él no te necesita.

—Vamos nena, la cagué, ¿vale? Pero estoy muy arrepentido.

—Eso no cambia nada. Me hiciste mucho daño.

—Déjame formar parte de su vida Meghan, sabes que siempre he querido ser padre —me dice emocionado y quiero creerle, pero no sé si puedo volver a confiar en él—. Me asusté, lo siento.

—Necesito pensar en todo esto, Freddy.

Coge mi mano y esta vez no la aparto, asiente con la cabeza y se levanta, luego me da un beso en la mejilla y se va.

9 Meses para conquistarte [+18]Where stories live. Discover now