SUFICIENTEMENTE BUENA

Start from the beginning
                                    

—La acabo de rescatar de la calle —ahora nada más falta que Nereida lo vea. Bueno, es muy distinto a un gato —. ¿Te has puesto a pensar si tiene rabia, pulgas o garrapatas?

—Pensé en que tenía hambre y sed —me llevo una mano a la cabeza —. Y para que lo sepas, recién acabo de venir de con la veterinaria, donde la doctora le dio un buen baño y la vacunó. Y por supuesto la revisó —suspiro aliviada al escuchar eso —. Por cierto, le debes cuatrocientos pesos a ella —estoy segura de que mi quijada fue a parar al suelo —. Fue por una buena causa.

—Inhala, exhala...

— ¿Y tienes que me prestes para la comida? —vuelvo a mirarla mientras ella abraza a la perra aún más.

— ¿Cómo es que asumes que te lo vas a quedar? —le pregunto mientras camino hasta donde dejé la bolsa, para buscar setecientos pesos en mi cartera.

—Solo lo sé —se encoge de hombros al decir esto. Sonrío antes de entregarle el dinero, mientras que ella brinca de la felicidad. La sonrisa se le borra del rostro al ver a un chico —que aparenta la misma edad que ella —dentro del lugar. Nínive voltea en mi dirección, con una mueca en su rostro.

—Mierda —me cruzo de brazos al escucharla decir aquello. Sí que el vocabulario de esta niña ha ido cambiando indudablemente.

—El que Ricardo vaya seguido a la casa no ha sido tan buena idea —murmuro más que nada para mí misma —. ¿Quién es él?

—Un chico de mi salón —ella pone los ojos en blanco —. Es un enfadoso de primera.

—Hola —aguanto la risa al ver la cara de mi hermana al escucharlo hablar —. Qué bonito perro tienes Nínive.

—Es perra —responde ella con voz cortante. Mientras que yo quedo con la mano alzada, pues pensé que mi hermana me lo iba a presentar. Por lo visto no.

—Bueno, que bonito chucho —recompone él con una sonrisa de oreja a oreja.

—Es chucha —de plano esta niña ni lo mira.

—Qué bonita mascota —toso para disimular una risita al percibir la desesperación en el tono de la voz del chico.

—Es mi hija —sí que esta niña sabe cómo llevar la contraria cuando se lo propone. Pero a juzgar por la expresión del chico, aun no se rinde.

—Sí, se parecen —entrecierro los ojos al escuchar eso. ¿Quiso ofenderla o halagarla?

— ¿Verdad que si? —ella besa la cabeza de la perrita. Bueno, solo ella sabe cómo tomar lo último que le dijo.

— ¿Y cómo se llama tu hija? —veo que mi hermana murmura algo por lo bajo. No importa lo que haga, no se lo logra quitar de encima.

—Lluvia —la miro con sorpresa. Sí que estaba convencida de que la iba a dejar quedarse con ella. Ya que hasta nombre le puso.

—Sí parece agua.

—No le puse por eso —bufa —. ¿Has visto la película de Spirit? —él niega con la cabeza —. Entonces olvídalo. Sería como hablar con un burro —sin duda la voy a hacer de réferi aquí —. Un burro enfadoso.

—Pero te prometo que la veré, te lo juro...

— ¿Qué no entiendes las indirectas pedazo de...

— ¡Muy bien! —interrumpo por primera vez entre ellos dos al ver que las cosas se han ido caldeando un poco —. Si no te importa —me dirijo a él —, necesito pedirte que te vayas, ya que tengo el lugar reservado para un evento importante, así que...

La única excepciónWhere stories live. Discover now