ESCALOFRIANTE

375 33 35
                                    

Multimedia: Creep- Radiohead.

10 de mayo del 2018.

Me oculto siempre de ti. Para que el día que menos tengas pensado follarte hasta dejarte empapada.

Me llevo ambas manos a la cabeza al leer el anónimo que se encontraba en mi estuche de guitarra. Tengo unas perras ganas de gritar de la frustración que esto me provoca. Es el tercero que recibo, cada uno más asqueroso que el anterior. Y por más que trato de averiguar quién es el autor detrás de estos asquerosos anónimos, no doy con bola.

Nunca son los mismos rostros.

Siempre hay nuevos turistas

Y siguen los mismos anónimos.

—Denise —me pongo de pie con el corazón acelerado al reconocer la voz de quien me llama —. ¿Te encuentras bien? Luces un poco pálida.

—Estoy bien —me cuelgo la guitarra al brazo para alejarme de él. Pero lo cierto es que tampoco quiero irme sola. O estoy a lado de Said, o me arriesgo a que el cabrón de los anónimos decida atacar de una vez por todas. No son buenas opciones, pero son las que tengo —. Ahora si me disculpas —le paso de largo —, ya debo ir a mi casa.

— ¿Puedo hablar contigo? —escucho que pregunta a mis espaldas.

—Tú y yo no tenemos nada de qué hablar —lo volteo a mirar con seriedad —. Así que adiós.

—Quiero pedirte una disculpa —rio con cinismo al escuchar eso —. Por lo sucedido la otra noche. Yo no quería abusar de ti.

— ¿En serio? —regreso hasta donde se encuentra él para evitar que terceras personas se enteren de lo sucedido entre nosotros —. ¿Despojar a una mujer de su ropa, besarla a la fuerza y obligarla a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad, que es? ¿Por qué si eso no es abuso, no sé qué diablos sea?

—De acuerdo, lo que te hice no tiene nombre —me cruzo de brazos —. Y sé que fueron mis decisiones, pero parte tuvo que ver Dominique —arqueo una ceja sin comprender —. Ella fue al hotel, yo me encontraba en el bar del hotel, ya había acabado mi jornada laboral. Me encontraba viendo un partido de futbol con unos amigos, estábamos bebiendo. Bebí de más cuando me dijo todo eso.

— ¿Qué te dijo? —no es que quiera justificar a Said, lo que hizo fue una putada. Pero él no hubiera reaccionado de esta manera a no ser que esta Dominique le hubiera calentado la cabeza.

—En medio de todos mis amigos me soltó que acababa de venir de tu casa, que había llamado a tu puerta y no contestabas —me estoy imaginando lo peor. En primera, porque hizo quedar a Said en ridículo frente a sus amigos, hirió el puto ego. Y en segundo, porque ya me estoy ideando una maraña en la cabeza de lo que le pudo haber dicho esta mujer —. Por lo que se asomó a la ventana de tu habitación y vio que estabas haciéndole sexo oral a tu vecino —quedo con la boca abierta al escuchar eso.

Podría culpar a Said por creer semejante estupidez, ya que si me hubiera conocido de verdad, sabría que nunca habría hecho eso. Ya que soy bastante rejega con tener intimidad con un hombre. Pero el asunto aquí es que no me conoce de verdad, ya que nunca me abrí lo suficiente a él. Solo le dije algunos retazos de mi vida. Nunca le hablé de lo sucedido en el pueblo, ni mucho menos de lo que viví con César. Es normal que haya creído eso a primera oída. En eso no puedo culparlo.

Pero el escuchar eso me pone sobre alerta. No sobre él, sino sobre Dominique. Ella le dijo todo eso a Said, y eso hace que recuerde uno de los anónimos que he recibido en estos días. Uno bastante asqueroso. Volteo a mirar al que fue mi novio, creo que percibe mi terror ya que me toma de los hombros para que no me caiga.

La única excepciónWhere stories live. Discover now