Acto VII. Cada vez más cerca

201 24 11
                                    

Amanezco más temprano de lo habitual, como habíamos acordado anoche, Lilly paso la noche con nosotros, ella permanece dormida junto con Hanako, o eso es lo que pienso.

—¿Hisao..?— su leve y somnolienta voz me toma por sorpresa por unos instantes.
—lo siento Lilly, no quería despertarte— me disculpo y ayudo a la misma a levantarse.
—Gracias— me regala una leve reverencia. —Hisao.. la mujer que mencionaste la otra vez...— hace una pausa como buscando las palabras adecuadas.
—Crees que..—.
—Aun no lo sé Lilly, pero eso mismo planeo averigüar— me arreglo un poco. —por favor cuando Ganamos despierte dile que tuve que hacer unas cosas y volveré a la tarde—.

Lilly me regala una leve reverencia y asiente con su cabeza a lo cual yo agradezco y salgo de la casa.
   Es una mañana peculiar, si bien hay sol, el clima se siente algo frío.

Me dirijo en dirección a la casa de té, con la esperanza de que pueda encontrar a Miku.
    Abro la puerta de madera y una pequeña campana ubicada sobre la misma anuncia mi llegada, por lo que veo a esta hora está muy vacío, apenas veo a dos señoras conversando de manera entretenida y logro ver a quien estoy buscando.

—Oh Hisao— se sorprende levemente al verme. —Debo admitir que me tenías algo preocupada, la otra vez te fuiste así sin mas...—.
—Lo se y lo siento mucho Miku, pero ahora necesito tu ayuda— tomo una leve pausa —O mejor dicho necesito saber si tu abuela sabe acerca de alguien a quien estoy buscando—.

Veo a la joven camarera notablemente confundida pero a la vez decidida a ayudarme.
—Uh está bien Hisao veré si está desocupada ahora— me da una corta reverencia y se mete en la habitación detrás de la barra, desapareciendo a través de una cortina azul.

Miro hacia el exterior a través de la ventana aguardando unos momentos antes que la joven regresa.

—¿Hisao? ¿Serías tan amable de seguirme?— me observa con una leve sonrisa y la acompaño hacia donde había entrado hace unos minutos.
   Al atravesar la cortina veo a una mujer entrada en años, pero no necesariamente descuidada, tiene un largo cabello color azabache, las líneas típicas de la edad pueden notarse en su rostro y viste de manera casual con un mantel de color rojo sobre sus ropas.

—Haz de ser Hisao sino me equivoco— su voz es pacífica y armoniosa. —Por favor no te quedes allí parado, siéntate, bebe un poco de té—.
    Es una señora muy simpática y amable.
—Muchas gracias por la invitación señora..— considero unos instantes si debo llamarla por su apellido puesto que no se su nombre.
—Oh puedes llamarme Hekima, es un placer— me regala una sonrisa la cual correspondo de la misma manera.
—mi nieta me dijo que estabas buscando a alguien ¿Quien es?—

Debo admitir que me siento ligeramente nervioso, puesto que estoy por contarle algo importante a una completa desconocida. Trago un poco de saliva y decido hablar.
   —A-asi es...— aclaro mi garganta y prosigo. —Haruka, Hamasaki Haruka—.
   Puedo notar la seriedad apareciendo en el rostro de la persona que tengo frente mio.
—Hisao dime...— medita por unos segundos —¿Consideras importante saber de ella?—.
   Acabo de sentir como si me estuviera poniendo aprueba, y una respuesta errónea podría arruinar todo lo que logra hasta ahora.
—lo es, siento que solo así podría ayudar a una persona muy importante para mi—. Mis palabras al igual de que mi mirada son firmes y directos.
   Al parecer acerté, ya que veo como una leve sonrisa aparece en el rostro de la anciana.

Verás Hisao...

[comienza el relato de Hekima]

"Conozco a Haruka desde pequeñas, fuimos vecinas y también buenas amigas, se podría decir inclusive que éramos como mejores amigas.

Katawa Shoujo: Cicatrices del CorazonWhere stories live. Discover now