Extra I ❅𝓝𝓲𝓰𝓱𝓽𝓶𝓪𝓻𝓮𝓼❅

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Una respiración agitada se hizo presente en la oscuridad de la gran habitación. Jadeante, sus pulmones le exigían más oxígeno, más de la normal cantidad.

Sus ojos desmesuradamente abiertos, viajaron por cada rincón de la habitación a pesar de no poder captar bien las figuras por ser de noche, la única luz que tenía como apoyo era la brillante luna llena resplandeciente que colaba su brillo por entre las cortinas abiertas de los dos ventanales del lugar. Su nariz se dedicó a olfatear el lugar para confirmar lo que su vista le decía, no había nadie. De nuevo.

—Akali... —Un murmullo grave y ronco se hizo presente a su lado, sus ojos fueron a dar a la figura masculina a un lado suyo en aquella cama matrimonial que compartían.

Su respiración dejó de ser agitada cuando sintió un brazo pasar por su cintura ese brazo la obligó a volver a recostarse en la mullida cama y la acercó al cuerpo tibio a su lado. Y cómo siempre pasaba, se sentía segura y menos preocupada.

—¿Las pesadillas de nuevo? —Ni si quiera había respuesta a eso, era lo más obvio. Pero aún así asintió, sintiendo el sabor amargo que le provocaban aquellos sueños que la asechaban de vez en cuando robándole el sueño de cada noche.

—Tranquilo... Estoy comenzando a acostumbrarme. —Comentó con cierta burla que fue claramente respondido con una negación de cabeza por parte del chico a su lado.

—No deberías, han pasado dos meses desde que tienes esas pesadillas, y pueden significar algo. —Dedujo tratando de buscar alguna solución para que ella pudiese descansar bien.

—JiMin, amor mío... Tranquilo en serio, cuándo venga mi tía abuela, le diré lo que pasa. —Akali besó los labios ligeramente más hinchados del chico que sonrió de lado asintiendo. —Ahora vengo, iré a dar una vuelta. —Depositó otro beso en los labios contrarios para colocarse de pie y caminar en dirección a la puerta de la habitación.

Salió de ésta para toparse con el pasillo que guiaba a las cuatro puertas de las cuatro habitaciones correspondientes al segundo piso de la casa en que vivían. Decidió ir a la más cercana de la suya, la puerta pintada de púrpura con dos nombres en ella: Young Mi y Yang Mi.

Había encendido anteriormente la luz que iluminaba el pasillo, así que eso le permitió ver la cama de dos pisos de las dos dueñas de aquella habitación con demasiado rosado para su gusto. Pero ella no era la culpable, sino el grandioso tío Seok Jin que obligaba a Akali a darles detalles en rosa.

Sonrió al ver a ambas niñas, profundamente dormidas. Al comprobar que estuvieran bien decidió seguir su camino para revisar la siguiente habitación, la puerta pintada de azul marino con el nombre del dueño de ésta la hizo sonreír al recordar lo divertido que fue hacer aquel trabajo de pintura. El nombre con letras brillantes en dorado sobresalía: Soobin.

El pequeño se encontraba dormido en su cama individual, y al igual que el otro par de niñas, él dormía plácidamente en su cama cubierto por sus mantas de color gris y azul rey.

Ahora se encontraba más tranquila, solía hacer esas rondas para encargarse de que sus niños estuvieran bien y dormidos.

Suspiró rendida, sabía que no podría dormir lo que restaba de la noche, así que decidió bajar a la cocina y prepara una buena taza de café caliente, y por taza se refería a un gran tarro de cafeína. Sólo se dedicó a encender la lámpara que colgaba sobre la barra separadora de la cocina y el comedor con una mesa de cristal moderna. Encendió la cafetera y esperó pacientemente sentada en uno de los taburetes que se encontraban en una pequeña barra en medio de la cocina que usaban para cortar.

—Hola hola, amiga mía. —Una voz conocida hizo que una sonrisa pequeña pasara por sus labios al ver el rostro un poco cansado de su fiel mejor amigo.

Fangs & Claws ♡ °[𝑃𝐽𝑀]°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora