Y aunque evidentemente no era la intención de todo aquel discurso, se sintió como un niño pequeño. Creyó comprender un poco la postura de su padrastro, no quería que él y su madre terminaran con una relación como la suya con su hijo. Asintió con su cabeza, tratando de decirse a sí mismo que podría aguantar un poco más aunque no supiera hasta donde. Choi se levantó de la cama sonriéndole y cuando estuvo por salir del cuarto Jaemin corrió abrazándole por la espalda.

— Gracias... por el permiso y por todo.

En cuanto su padrastro se marchó, corrió a su armario para empezar a empacar de la forma más silenciosa que pudiera. Aunque la emoción no le duro más de un par de minutos en los que termino sentando viendo la maleta y a toda su ropa. Se suponía que irían a unas cabañas en la montaña, estarían rodeados de bosque. Sabía que debía llevar ropa cómoda y corta, pues hacía calor pero también podría hacer frío, eran las montañas después de todo. Genuinamente, estaba confundido. Luego de veinte minutos de un pequeño cuestionamiento existencial, guardó lo primero que creyó correcto aunque casi se olvida de la ropa interior y las medias.

Las palabras de Ten llegaron a su mente como un relámpago, haciendolo ver hacia el cajón que permanecía bajo llave en su armario, eso le hizo sonrojarse casi con violencia. Allí tenía un par de cosas que el mayor le había dado hace tiempo creyendo que le serían útiles, incluyendo condones pero sacudió su cabeza de forma veloz tratando de sacarse el pensamiento de la cabeza. Era tan solo un viaje escolar, no iban a estar solos y las cabañas estarían divididas por castas así que no había posibilidades. Tampoco era como si estuviera esperando que pasara algo en ese viaje realmente.

Apenas había podido cerrar su maleta cuando el señor Kim había ido a buscarla, golpeando muy suavemente la puerta para no alertar a su madre. En silencio se la entregó, sintiéndose como una especie de agente secreto que entregaba un paquete importante de seguridad nacional.

A la mañana siguiente, se vistió con su uniforme como si fuera a clases como cada día. En su mochila llevaba la ropa para cambiarse en el auto. Tomó su desayuno con algo de nervios pero tratando de lucir lo más normal posible pues no quería levantar sospechas en su madre. Para cuando salió de la casa, notando la sonrisa que su padrastro le dirigía, respiró aliviado.

En el auto se cambió lo mejor que pudo poniéndose unos jeans rotos, una camiseta blanca y zapatillas. Peino como pudo su cabello tratando de dejarlo decente pues no era nada fácil el tener que cambiarse en un espacio tan pequeño.

Al llegar a la escuela, vio el enorme autobús de dos pisos que les esperaba en la entrada junto al director quien parecía estar hablando con el chófer. Saludo con un abrazo y enorme sonrisa al señor Kim antes de bajar corriendo, sabiendo que su chofer seria quien bajara su maleta y se aseguraría de que la guardaran.

En su salón todos estaban emocionados, hablando en voz alta y casi a los gritos. En el fondo sus amigos estaban todos sentados en sus sillas hablando con enormes sonrisas a excepción de Jeno quien estaba sentado sobre uno de los bancos con sus auriculares pero por cómo se reía, se veía que estaba prestando atención a la charla de los otros.

No tardo en unirse a la conversación de manera animada. Todos discutían sobre lo que harían o no en esos tres días. Suponían que debería de haber como mínimo un lago, pues les dijeron que podían llevar trajes de baño. Las expectativas estaban por el cielo por lo que, cuando el director apareció en su salón preguntando si ya no faltaba nadie para irse, todos negaron entusiasmados. En su viaje irían algunos de sus profesores junto a dos adultos, que eran las madres de dos de sus compañeras omegas.

Opuestos En Común. NominWhere stories live. Discover now