SooBin se sorprendió con la respuesta, aunque mientras más rápido encontraba a una persona para alquilar la habitación sería mejor, así no tendría complicaciones para llegar a fin de mes y pagar todas sus cuentas.

Miró la hora en su celular, indicaban que eran las 19:34, ya estaba oscuro, pero el lugar al que le había propuesto reunirse, y que además era el lugar en donde trabajaba, no estaba lejos del departamento. Solo a cuatro cuadras, había ido un par de veces.

Le respondió el mensaje aceptando reunirse con él dentro de 15 minutos, luego ordenó un poco la habitación guardando los libros en orden junto al mueble que estaba a un lado del escritorio. Una vez listo revisó el departamento una última vez para verificar que todo estaba limpió y en su lugar. Tomó las llaves y emprendió su camino al King Coffee.

El turno de YeonJun había terminado en el King Coffee. Para su paz mental, el día fue muy bueno ya que, para su sorpresa, se había encontrado con un amigo que no veía hace mucho tiempo. Entre la pequeña conversación salió el tema de su problema con el alquiler en el lugar que estaba quedándose, el dueño había subido el precio del departamento por la llegada de los turistas y le estaban ofreciendo más dinero. Por esa razón había decidido buscar un lugar, aunque fuera una habitación, ya que no pasaba mucho en el día en casa. Y para su fortuna, BeomGyu conocía a alguien de confianza que estaba alquilando una habitación.

Estaba en la pequeña sala de la cafetería en donde se cambiaba de ropa, cuando a su espalda escuchó la puerta abrirse y se volteó a ver sorprendido con la camisa aun en sus manos y su torso desnudo.

Pensó por un segundo que era uno de sus compañeros que acostumbraban a entrar sin llamar, pero cuando se dio cuenta que era una cara desconocida, pero en realidad no del todo, se colocó rápidamente la camisa mientras se disculpaba, mientras el otro chico en la puerta, completamente avergonzado, se había volteado para no verle.

— Disculpa, te esperaré afuera. —Dijo el chico desapareciendo de la sala y YeonJun rápidamente lo siguió ya vestido y con su bolso.

Encontró a SooBin sentado en una de las mesas más alejadas del café, vio que estaba su compañero de trabajo Taehyun sirviéndole un capuchino y se acercó a ellos. Sabía de SooBin porque estudiaban lo mismo, pero estaban en distintos niveles, solo que tenían algunas clases en que coincidían, aunque nunca se habían hablado.

—Taehyun, ¿Tú le dijiste que podía pasar a la sala? — Le susurró a su compañero antes de  que se fuera, el chico menor negó de inmediato y señaló con la mirada a la chica que estaba en caja, su jefa. No sabía por qué lo había hecho, pero luego lo iba a averiguar.

— Siento haber entrado así, sin llamar ni avisarte por mensaje que ya estaba aquí... — Comenzó SooBin a hablar, pero YeonJun lo detuvo rápidamente, no estaba realmente molesto.

—No te preocupes por eso. Tú no tienes la culpa de que mi jefa quiera que me vean desnudo. — Comentó con gracia para relajar un poco las cosas, SooBin sonrió y asintió un poco más cómodo, bebió un trago de su capuchino antes de acercar la carpeta que traía consigo a YeonJun.

— Traje el contrato de alquiler y las reglas. Para mi sería un alivio si pudieras cumplir con todas las reglas que están en ese contrato, aunque claro, hay algunas que podemos modificar o eliminar, pero hay otras que no y están destacadas.

YeonJun escuchó con atención al chico mientras hojeaba la carpeta, viendo alrededor de unas 20 páginas. No se sorprendió por la cantidad de reglas que había en aquel contrato, entendía que al vivir dos personas juntas habían reglas que se tenían que establecer para tener una buena convivencia, lo que sí le sorprendía era que la mayoría de las reglas tenían que ver con el aseo de la casa . Por ejemplo, entrar al departamento con la ropa húmeda no era posible, pasear por el departamento con comida tampoco, solo estaba permitido comer en la cocina y en la sala siempre y cuando se usara la mesa plegable, la ropa no podía estar tirada alrededor del departamento, el aseo se hace todos los días y se usa mascarilla para ello. No estaba permitido fumar dentro del departamento, solo en la terraza y con las ventanas del departamento cerradas, y así un montón de reglas que luego de unas 15 ya leídas por YeonJun comenzaban a darle una idea de lo ordenado y exigente que era SooBin.

Cuando SooBin vio que estaba terminando de leer el contrato y las reglas se sintió aliviado, no había visto que pusiera alguna mueca de disgusto o de extrañeza al leer todo eso. Él sabía que eran muchas reglas, pero si iba a dejar a alguien más entrar a su hogar debía hacerle saber que habían cosas que no aceptaba para evitar peleas luego.

—¿La habitación es amoblada? —Habló YeonJun mientras miraba el contrato donde se describía la habitación y lo que había en ella.

— Sí, pero si tienes tus cosas puedes traerlas y yo puedo mover todo de la habitación.

—No, está bien. —Se apresuró a decir el chico.—  No tengo mucho, así que no hay problema con eso, es más, me gustaría firmar el contrato ahora mismo.

—¿Ahora? —Dijo un sorprendido SooBin, no se esperaba esa respuesta tan pronto. — ¿No tienes alguna duda con las reglas? ¿No te gustaría ver primero el departamento?

—Creo que las reglas son muy claras y no tengo nada contra ellas, intentaré cumplir todas y si alguna vez rompo una regla, por favor me dices para compensarlo. Aunque no haya visto el departamento aún, creo que es un buen lugar y lo necesito urgente.

SooBin observó al chico un momento, por alguna razón la imagen del chico sin camisa aun rondaba por su cabeza, quizás por la inesperada situación en la que se habían encontrado por primera vez, pero no estaba siendo de ayuda pensar en eso, así que bebió un poco del capuchino que había pedido para borrar ese pensamiento y concentrarse realmente en lo que estaban.

Si aceptaba al chico podría salvarse este mes, tendría incluso dinero de sobra y parecía haber tomado bien el tema de las reglas.

BeomGyu le había dicho una vez que siempre perdía grandes oportunidades por miedo, por pensar demasiado, así que no quiso pensarlo mucho más y le entregó una pluma para que firmara el contrato.

El contrato ya estaba firmado y ya no había vuelta atrás para ninguno.

































Primer Sentido: El Tacto | YeonBin.Where stories live. Discover now