20. No, ya veo

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Sentado en el asiento pasajero del auto de Jordan, no pude evitar morderme el labio al pensar en mi reciente revelación.

Era gay. Este chico me hacía querer ser gay. Este chico era gay. Este chico también era bueno siendo gay. Razón por la cual ahora era gay o, ¿siempre lo fui?

-¿En qué piensas?- preguntó Jordan a mi lado.

-No tengo idea- sacudí la cabeza mientras observaba el exterior por la ventana-. Todo va tan rápido por mi mente que no puedo seleccionar un pensamiento en particular.

-¿Al menos son pensamientos buenos?

-Eso- eso creo.

-Muy bien- dijo, aunque no podía esconder la sonrisa en su rostro.

Mis ojos se sintieron atraídos a sus hoyuelos, y de pronto me encontré intentando esconder mi sonrisa también.

Mordiéndome el labio nuevamente, volteé la mirada hacía la ventana.

-Sabes, eso me distrae mucho- Jordan comentó con sus ojos fijos en la carretera, sus manos agarrando el volante con fuerza.

-¿Qué cosa?- pregunté, mirándolo.

-Que te muerdas el labio- dijo casualmente.

-Oh. Eh, lo siento, supongo- mascullé, hundiéndome un poco en el asiento.

Unos segundos más tarde, sentí los dedos de Jordan acariciar la palma de mi mano. Sostuve mi aliento mientras él deslizaba el resto de su mano bajo la mía y le daba un suave apretón. No me soltó tampoco. Miré nuestras manos entrelazadas y sonreí un poco. Era una sensación buena y cálida, y no tenía ninguna intención de interrumpirla.

Desafortunadamente, la ruta de vuelta a mi casa no era muy larga, y en poco tiempo nos encontramos estacionados en la entrada.

No me quería salir del auto.

-Así que- Jordan se volteó para mirarme con esos sorprendentes ojos azules verdosos-. ¿Esto cuenta como una cita?

-¿Esto? ¿Una cita?- pregunté confuso.

-Supongo que, técnicamente, fue una cita de estudio- me sonrió, sus hoyuelos en plena visibilidad.

-No estoy seguro de que eso cuente- fruncí los labios, pensando, mientras mis ojos merodeaban sobre su hermoso rostro. Ahora que admití que era gay, no me sentía incómodo al ligármelo.

-Pero si lo fuera...- mantuvo la pausa para crear un efecto dramático-. ¿No querrá eso decir que puedo darte un beso de despedida?

Mi corazón se tambaleó un poco cuando mis ojos fueron de los suyos a sus labios. Lentamente, se inclinó hacia mí sobre la consola central. Sentí su aliento abanicar mi piel mientras mis ojos se cerraban despacio.

Justo cuando sus labios rozaron los míos, un toque abrupto sonó desde la ventana del conductor.

Jordan se alejó de mí como si yo fuera un balde de carbono en llamas. Sus ojos estaban abiertos como platos mientras tartamudeaba una disculpa.

-Lo siento. No- no vi.

Estaba en pánico, probablemente por la posibilidad de que acababa de sacarme del closet frente a mi familia.

Bajando la cabeza para ver quién estaba afuera, sentí toda la tensión disiparse de mi cuerpo en un suspiro al ver que solo era mi hermana.

-Está bien- suspiré-. Ella sabe.

-¿Cómo-?- comenzó a preguntar, curioso por saber cómo ella sabía si yo a penas me había enterado hace unas horas. En vez de dejarle terminar su pregunta, le interrumpí.

-Lo sabe todo.

Desabrochando el cinturón, me incliné sobre la consola y Jordan para presionar el botón que bajaba la ventana del conductor.

Ellie miró por la ventana y le ofreció a Jordan una sonrisa.

-Debes ser Jordan- sostuvo la mano hacia Jordan para saludarlo, pero él solo se mantuvo sentado en shock mientras miraba la versión femenina de mí por primera vez-. Soy Ellie, la hermana gemela de Elliot.

-No, ya veo- Jordan gesticuló hacia su propio rostro luego de unos momentos de torpe asombro.

Ellie no pareció ofendida al respecto, gracias a Dios, pero no iba a quedarme ahí a esperar a que Jordan hiciera algo estúpido.

-¿Necesitas algo, El?- pregunté con un poco de impaciencia en mi voz.

Lanzándome una sonrisa, se volvió a Jordan y dijo-. Suponiendo que no aún no te ha dicho, Eli y yo cumplimos los dieciocho el próximo sábado y él está en desesperada necesidad de un compañero que lo aleje de los familiares locos en la fiesta, ¿vendrás?

-Tengo a Holly- protesté.

-Holly es mi escapatoria este año, lo siento amigo- argumentó encogiéndose de hombros indiferentemente mientras volvía a enfocarse en Jordan.

-No puedes hacer eso- mofé incrédulo.

-Soy la mayor- sonrió vilmente en mi dirección.

-Por cuatro minutos- gruñí con los brazos cruzados sobre el pecho.

-Bueno, Eli, si no quieres que vaya...

-No, no es eso. Es solo que- le aseguré rápidamente-. Bueno, mi familia puede ser...- me quedé en silencio, buscando la palabra apropiada para describirla.

-Abrumadora- Ellie y yo dijimos a la vez.

Jordan miró del uno al otro por unos segundos, internalizando ese raro momento de telepatía gemela, antes de mirarme nuevamente a mí.

-Si puedes aguantar una cena con mi familia, entonces puedo aguantar una fiesta de cumpleaños con la tuya.

-Estás advertido- dije en un tono grave mientras recordaba a mi loca abuela luterana, Nana Tucket.

-¿Cuándo comienza?- Jordan le preguntó a mi hermana. Era inteligente en preguntarle a ella, porque yo no le hubiera dicho.

-Llega al mediodía- sonrió mientras se alejaba.

Subiendo la ventana, Jordan se volteó a mí con una ceja alzada, pero yo ya casi estaba fuera del auto.

-Gracias por ayudarme a aclarar esto- le dije, aunque creo que él entendió que no solo me refería a la tarea de química-. Te veré mañana.

-¿Qué? ¿No hay beso de despedida?- me hizo puchero con su labio inferior fruncido hacia afuera.

Cerrando la puerta del auto, le saqué el dedo por la ventana y comencé a caminar a casa. Aunque Jordan todavía estaba en el carro, podía escuchar su carcajada.

Mientras daba reversa para irse, una sonrisa se asomó por mis labios.

¿Cómo había ignorado las mariposas antes?

Eran tan dolorosamente obvias.

Compañeros de Laboratorio (Traducción de Lab Partners)Where stories live. Discover now