-¿De que estás segura?

-De no haber ido a su apartamento esa noche.

-¿Segura?

-¡Si!

-¿No me mientes?

-¡Si!

-¿Si que? ¿Me mientes?- Jimin sonrió porque había ganado, un juego de palabras. Joder.

-¡Okay! Lo acabas de descubrir ¿y ahora? ¿Me echaran de aquí? Porque si es así, prefiero renunciar.

Me levanté furiosa de su escritorio y avance hacia la puerta.

-¡Alto! ¿Que te hace pensar que le diré que has sido tú?

-No se, eres su mejor amigo.

Me encogí de hombros, era lógico, el le diría y me despedirían. Me golpee la frente por haber caído en su juego de preguntas.

-No le diré, estoy de tu lado.

-¿A cambio de que?-pregunté girándome con los ojos entrecerrados.

-Aún no lo he decidido, pero quédate tranquila no será algo difícil.

Lo analicé por varios minutos. El no se miraba tan malo comparado al Señor Kim, así que asentí.

-Gracias. No quiero que él se entere.

-¿Porque?-cuestionó con su mirada confundida.

-Porque nos besamos ¿Tu sabes lo incómodo que nuestra situación se pondría? Jimin, un poco más y me hubiera hecho suya en su...

Me callé para no darle más detalles de lo que sucedió.

-Y no sería violación porque tu no te opondrías, Claro.

-¿Que se supone que debía hacer? Mi jefe es jodidamente guapo y me besó de pronto, no pude alejarme desde un principio.

-Está bien Young Mi, no diré nada, tu podrás seguir con tu mentira pero recuerda que la verdad siempre sale, tarde o temprano.

Dicho esto asentí con la cabeza, sé que Jimin esta de mi lado y el no diría nada, por ahora.

Llamada entrante en el intercomunicador.

-Oh no, ya llego Taehyung, este es el número de su oficina.

Solo dijo eso y mi piel se erizo completamente, ese hombre tenía todo el poder sobre mi y me ponía muy nerviosa.

Le mostré a Jimin con mis manos que me quedaría callada mientras el contestaba.

-¿Hola?

-Dile a la Señorita que regrese a su puesto ahora mismo.

Solo dijo eso y cortó la llamada.

-Lo has oído, nuestro momento de charla ha acabado.

-Si-suspire pesado-Nos vemos.

Caminé fuera de su oficina no sin antes despedirme con la mano, no se porque no aplique para ser asistente personal de Jimin en lugar del simio ese.

Abrí la puerta de su oficina lentamente, entré y cerré detrás de mí, nuestras miradas conectaron pero yo agaché la cabeza.

-Está es tu oficina, no te quiero ver socializando fuera de ella.

-¿Porque no?-pregunté frunciendo el ceño

-¿Como?-preguntó elevando la ceja hacia mi y fue allí donde me di cuenta de cómo le había respondido.

-Nada-sonreí hipócritamente-Con permiso-dije y lentamente me di la vuelta caminando hacia mi escritorio-Patán-susurre lo más bajo que pude, pero creo que no fue suficiente.

-¿Que mierda has dicho?-de pronto soltó lo que tenía en sus manos y se sentó derecho en su sillón.

-Nada-dije aún de espaldas, ¿Porque no pude cerrar mi gran bocota?

-Escúchame muy bien, tú harás únicamente lo que yo te diga, me obedecerás o pierdes el trabajo. No quiero chistes ni tampoco risitas con el Señor Park ¿Entendido?

-Si Señor, con permiso.

Dicho eso avance hasta mi pequeña oficina encerrándome, que completo idiota. Tiré su horario sobre el escritorio y me senté de mala gana en mi sillón.

Resoplé elevando mis piernas sobre el apoyabrazos del sillón. Estaba cansada y mis modales se había ido a la basura, ciertamente estaba en falda pero poco me importó.

¿Que se cree? Deberían de darme un aumento al salario por tener que aguantar su malhumor. Lancé mi cabeza hacia atrás en un gesto de cansancio, este hombre era un dolor en el culo.

Cerré mis ojos un momento pero de pronto sentí que alguien me miraba, abrí mis ojos y sentí que casi me atoro con mi propia saliva.

-Señorita Lee le recuerdo que no está en su casa.

Rápidamente bajé mis piernas y arreglé mi atuendo, mis mejillas estaban rojas y me ardía la cara.

-Disculpe Señor solo estaba...

-Poco me interesa, que no se repita. Si no ha visto mi horario porfavor hágalo que para eso le pago, en cinco minutos tengo una reunión muy importante.

Salió de mi oficina a paso decidido, boté todo el aire contenido. "Que no se repita", eso debería decirle yo por entrar a mi oficina sin tocar la puerta, maleducado.

Rodé los ojos y refunfuñando tomé su horario en mis manos, era cierto, tenía una reunión dentro de cinco minutos en la sala de conferencia.

Hice varios pucheros hasta que su voz me interrumpió de nuevo.

-¿Está haciendo pucheros?

-Ehhhh no Señor.

Mierda, debería cerciorarme que el no esté para poder hacer mis típicas caras de disgusto.

-Muévase por favor o se le olvida que usted deberá acompañarme a mis reuniones y tomar nota.

Enarcó una ceja hacia mi dirección, y joder, quede congelada. Su cara era una bella obra maestra, bendecidos los padres que han creado a este hombre, por Dios. Sus ojos Marrones me miraban con confusión ya que estaba congelada viéndolo. Podría besarlo de nuevo y no me arrepentiría, tal vez pierda mi trabajo pero valdría la pena, eso estaba seguro.

-Señorita Lee, no tengo su tiempo.

Su voz me sacó de mis pensamientos, joder, tengo que dejar de fantasear con el con la boca abierta y babeando.

-Ahorita Señor.

No me esperó, así que tuve que salir a la carrera detrás de él, era seguro que no me miraba detrás de semejante hombre. Su cuerpo era grande y musculoso, yo en cambio era pequeña.

Lo seguí hasta llegar a la sala de conferencia, abrió la puerta y entró, y yo al estar con las manos cargadas de sus horarios y notas no pude sostener la puerta. Traté de abrirla con mi pie pero tambaleé así que mejor deje que se cerrara.

Suspire frustrada ya que este hombre no tiene ni poca caballerosidad.

-Te ayudo.

La voz de Jimin me hizo sonreír.

-Gracias.

Jimin sostuvo la puerta por mi y me sonrió una última vez hasta entrar en busca del Señor Kim.

La sala estaba llena de hombres en una mesa opinando, mi sonrisa se borró rápidamente al notar la vista del Odioso sobre mi y Jimin

Negó con la cabeza y volvió su atención a los demás hombres en la mesa.

¿Que hice de malo?










Odió | Kim TaehyungWhere stories live. Discover now