EL DÍA MÁS NEGRO.

Start from the beginning
                                    

— ¿Ricardo va a cuidar a Ian solo? ¿Gerardo los va a dejar? —Pregunta de inmediato con molestia en su voz —. Que mal plan.

— ¿Mal plan? —le pregunto con molestia —. Déjame decirte que en esta situación Ian no es de mucha ayuda. Insulta a cualquiera que entre por la habitación, ya nadie lo soporta. Ricardo le ha aguantado de más.

—A ustedes se les olvida que es ciego, ¿no es cierto?

—Y a ti se te olvida que solo los ojos fueron dañados, no el cerebro. Por lo que no es motivo para que agreda a los demás —escucho que está a punto de decir algo más, por lo que me apresuro a seguir hablando —. Si tan mal trabajo crees que están haciendo los chicos, ven tu a hacerlo —a reto —. Y no pongas de excusa la distancia, porque has tomado el avión por situaciones más estúpidas. Así que no hables sobre algo que no estás viviendo.

—Para que lo sepas, si planeo tomar el avión, solo que no ahora —de acuerdo, eso sí que no me lo esperaba.

— ¿Planeas venir a México?

—Hablé de más —y así, sin más cuelga, mientras que yo miro el teléfono en mis manos por unos segundos.

— ¿Todo bien? —Alzo la mirada hacia un lado, donde Nereida toma asiento junto a mí —. ¿No salió bien la llamada con Becca?

—Siempre creí desde que sucedió el accidente, que lo único dañado fueron las familias.

— ¿Y no fue así? —me pregunta sin mirarme realmente. De hecho no mira a nada en específico.

—No —me pongo de pie, para seguir limpiando el lugar —. También nuestra amistad se ha fracturado por completo.

**

29 de julio del 2018.

— ¿Y qué tal va quedando el lugar? —con pesadez me dejo caer en mi cama, sofocando aquellas ganas que tengo de gritar.

Por lo menos sé que hablar con él calma mis nervios, y las ansiedades disminuyen, aunque solo sea un poco. Días como estos, son en los que extraño estar por Vallarta, cantar en el malecón. Gael esperándome en la casa. Solo eso.

—Ya está todo listo para su reapertura, que es pasado mañana. Mis hermanas se encuentran realmente emocionadas.

— ¿Evangeline y Gerardo se quedan hasta esa fecha?

—No. Ellos parten mañana temprano a la Ciudad. Aunque nos desean la mejor de las suertes —una punzada se instala dentro de mi pecho al pensar en mi amiga —. Ha estado tan al pendiente de nosotras, que nos duele que se vaya. Y ahora que la vemos como otra hermana, es cuando duele su partida. Pero bueno, la idea del negocio es lo que nos ha levantado el ánimo a las tres.

—Estoy seguro de que les irá bien.

—Gracias por tus buenos deseos —una sonrisa se dibuja en mi rostro al ver cómo me apoya en este proyecto que me embarco, mientras que la otra hace un drama y medio —. ¿Qué tal todo por Vallarta?

—El calor sigue en aumento. Siguen las visitas de los turistas, ya que como has de saber, aun es temporada alta. He recaudado buen dinero cantando en el malecón. Adara está enojada conmigo por dejarte ir —suspira con pesadez. Por lo visto a los dos nos ha tocado amigos que se enojan por cosas que no les corresponden —. Y por último, el gato no ha dejado de llorar esperando tu regreso. A todos los de la vecindad ya nos tiene hartos —rio al imaginarme a toby —. Que no te sorprenda si algún día cae muerto.

—Ustedes son iguales de impacientes que Nereida, ya que a mí tampoco me sorprendería que aparezca muerta la gata —risas de su parte.

— ¿Has hablado nuevamente con Becca? —cierro los ojos al recordar la última llamada que tuve con ella. Llamada que le platiqué a Gael.

La única excepciónWhere stories live. Discover now