05. Amenaza sin Amor

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Felix estaba atónito, intentaba sacarla de encima pero ella no cedía.

—Escuchame— dijo aquella sujentado sus muñecas.

Quedo quieto, pero si intentaba algo así ella fuese mujer la quitaría de encima como fuese posible.

— A ver ¿que quieres?— dijo molesto.

—Como te he dicho una noche de placer y te doy algo a cambio— rose lo miraba con una sonrisa algo estúpida.

—¿Y que? — volteo sus ojos para otra dirección, no le interesaba nada de nada.

—Puedo dejar de administrarse medicinas, y si quieres puedo intentar— ella miraba el techo buscando en su memoria algo que el australiano quisiera— puedo intentar darte una noche fuera de aquí.

Felix miro atento, eso dicho por la rubia llamo demasiado su atención, pero tampoco le transmitía cierta confianza.

—Pero ¿porque quieres hacerlo conmigo?— deduvito Félix.

—bueno...— se sento—simplemente quiero algo que nadie puede darme, después de esto te prometo no buscarte, solo quiero salir de aquí — su mirada se veía triste.

Ella no quería lastimarlo, solo quería salir de ahí, y para poder hacerlo debía estar en esa condición para ser libre, ella odiaba seguir ahí, así que , ella al pensar, fijó que el seria su mejor opción.

—¿ y que es ese algo?— Felix siguió sus pasos y se sentó a su lado— ¿que tal motivo haría que dejaran para que puedas salir de este horrendo trabajo?

—Debo estar embarazada al menos para salir de aquí, si trabajo en esa condición estan rompiendo las leyes, y automáticamente deben de despedirme— finalizó.

—pero, ¿porque no pides renuncia?— el se veía algo extraño no veía tal motivo.

— lo intente, pero me han dicho que no, que tenia varias opciones pero esa no era una— puso su cabeza en  el hombro del australiano— por favor Felix, no quiero estar aquí.

Sin más preámbulo, pensó en ella, pero no veía tanto al caso, sentía mal por ella, en verdad quería salir de ahí, su mirada la delataba.

—Pero... ¿ en verdad no quieres estar aquí?

Ella empezó a llorar y le contó todo y el porque, quería renunciar. Su motivo era horrendo, Felix a pesar de ser seco con la gente decidió ayudarla pero, con condiciones que cualquiera conllevaría por un momento pensó en arrepentirse pero ella misma lo dijo, es solo sexo.

— Esta bien— dijo a susurro el peli arena, la chica se sobre salto por su voz y porque había un gran silencio.

— ¿Estas seguro?— ella empezaba a arrepentirse, le estaba agarrando cierto cariño y no quería perderlo por una petición que la ponía de cabeza.

—Si— finalizó.

Con sumo cuidado la recostó en su cama, ella se veía nerviosa, solo quería llegar a ese punto. El empezó a desabotonar su camisa, ella repetía los mismos movimientos, hasta que quedaron totalmente en ropa interior, Félix con sumo cuidado retiró aquel molesto sostén, dejando beso desde su mentón hasta su vientre, no suponía en dejar besos en su boca ya que el anteriormente se lo había aclarado, ella acepto ya que solo quería un hijo. Empezó a subir su excitación, ya no eran besos armoniosos ahora dejaba marcas y rastro de saliva, aquella se limitaba con jadeos pero se le hacia  difícil. Sus bragas bajaban poco a poco hasta por fin retirarlas por completo.

—¿Solo un hijo?— la voz de Felix asusto a al chica, estaba mil veces mas ronca y gruesa de lo normal, ella sólo asintió con ese calor y rubor en sus suaves mejillas.

Bajo su bóxer hasta quedar totalmente libre de cualquier prenda, levanto sus piernas, se acomodo entre ellas, pero antes de entrar...

—¿Eres virgen?— preguntó.

—Si, pero creerme, tengo 22 años, y mi plan no era este, este es mi ultimo recurso— Felix asintió y siguió su labor.

Con un dedo empezó a masajear su parte íntima, dejando también un rastro de saliva, su dedo se resbalaba hasta su entrada hasta por fin penetrarla con dos dedos, aquella chica soltó un gemido que Felix apresuro por callar con su otra mano disponible.

— L- losiento— decía aquella entrecortada.

Un rato increíble de estipulación para aquella chica pero Felix, no sentía nada, las mujeres siempre eran un tema excitante pero, a Felix no le gustaba tocar a dicha mujer aún si tuviese esas finas curvas y hermoso cuerpo, no se sentía del todo comodo,para el; esto era un simple misión.

Posicionó su miembro en la entrada de aquella para empezar la labor de lo que ella quería, pero que el nunca esperaba , jadeos gemidos y más se escuchaban en aquel dormitorio...

Aunque claramente para ninguno de los dos significó ni los mas mínimo, ella solo quería un hijo para poder salir de ahí, y, el solo quería así sea una pizca de libertad o algo nuevo que concentrar.

Enfermedades ©Where stories live. Discover now