01.Internado sin Expresión

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[ Lee Felix]°•°•°

Todo estaba un poco oscuro, exactamente, los reflejos de que se acercaba la madrugaba pegaban por mi ventana.

Los rayos del sol no tardarían en empezar a mostrar tan remota belleza, el despertador jamas sonó, por mi propia cuenta desperté del sueño.

Subía los escalones intentando no hacer ni un solo ruido, con cada pisada me daba un escalofrío, el piso estaba demasiado frío intentaba llegar ahí pero...

— ¿Felix?— dijo aquella enfermera que me atendía cada mañana, no tuve más opción que girar y verle a los ojos — ¿que haces fuera de tu dormitorio?— dijo de manera dulce, desvío su mirada a mis manos que sostenían  lápices  y papeles — no Félix , no puedes hacer eso — se acercó para arrebatar de mis manos las cosas, intente impedirlo, hasta que ella se quedo viéndome fijo — sabes que tienes que tapar esas pecas — me quito las cosas de las manos— ve a tu dormitorio ahora, y ponte algo encima, a las nueve treinta te quiero en el baño para teñir te el pelo de nuevo.

...

— ¿Porque siempre hay que hacer esto?— miraba con tristeza se sentía vacío, no estaba cómodo odiaba su enfermedad — ¿esta enfermedad tiene cura?

la enfermera lo vio sorprendido, el jamas había preguntado tal cosa pero, no podía decirle la verdad.

— No sabemos Felix eso estamos investigando — le entregó el vaso con cierta cantidad de pastillas — tomate las  y baja a tus ejercicios — el chico asintió y camino desganado a su habitación.

No era algo normal que eso
Pasara a diario, Felix llevaba tiempo dibujando, y lastimosamente  nadie podía ver su arte, algo que hasta el mismo se propuso en esconder desde que su madre le había dicho.

Este era un hospital especial, era el más costoso también, como una institución escolar;daban clases, educación física, clases neutrales, todo como si fuese una institución.

Hoy no habría nada de eso, los viernes era para descansar; de cierta forma a Felix no le agradaba pero que más podía hacer.

Estaba sentado con aquel tinte que reprimía su respiración esta vez pintaban su cabello un poco menos amarillo de lo normal, se sentía algo extrañado pero era parte de su cura, al igual una enfermera con maquillaje cubría sus hermosas pecas.

Ese espejo lo hacia notar tan miserable, pero el ya lo era... desde que escucho esas frías palabras.

"Tu no puedes ser perfecto, por eso hago esto, tu tienes que ser normal"

Felix? — dijo la enfermera,sacando a aquel chico de tan horrible pensamiento — ya esta todo listo, ya puedes retirarte.

Se levanto y camino hacia la puerta, volteo por último, al ver su reflejo en el espejo con ese tinte nuevo que ahora se declaraba un amarillo arena.

Caminaba tranquilamente a su típico asiento donde pasaba sentado casi dos horas diarias, a pensar o buscar cierta inspiración pero, en esos momentos no llegaba, estaba frustrado, quería dejar de estar enfermo, quería salir de ahí conocer el mundo.

Conocerse el en el mundo.

Se tenso al sentir una mano postrarse en su hombro, el volteo rápidamente encontrándose a uno de sus pocos amigos.

— ¿uh?— dijo a desgana, volviendo su vista al frente — hola Seungmin.

Aquel chico se sentó a su lado después de dedicarle cierta sonrisa a aquel que solo se tentaba a sonreír.

—Te queda bien — Seungmin acarició el cabello con delicadeza — como te sientes? Te han dicho algo de...

—No—dijo cortante.  Suspiro de manera pezada — solo que siguen investigando, que debía de esperar un poco.

Seungmin al igual que los  siete amigos demás no sabían que le habían diagnosticado a Felix, pero estarían con el pase lo que pase.

— ¿Vendras con nosotros hoy?— Félix volteo su mirada al chico de linda sonrisa, no sabia que se refería con "vendrás"

—A donde?— su vista fue directo a sus manos.

—Pues, los internados hoy podemos ir a algún lugar a la ciudad.

Loa ojos de Félix se centraron en Seungmin, sus ojos después de tanto reflejaban emoción y felicidad.

—¿Tu crees que pueda ir?— lo miro atento y con gran emoción que hasta Seungmin pudo reconocer.

Seungmin sonrió, sabia que estaba logrando que se pusiese feliz.

—Claro, solo debes de ir a cambiarte al igual que yo, y nos vemos en el recibidor con los enfermeros y los demás chicos, ¿esta bien?— Félix asintió.

Por primera vez  se sentía tan feliz de salir, corrió a su habitación y buscó entre sus cosas una cómoda y sencilla ropa, como una sudadera color negra que tenia y, unos jeans azul oscuro con unas vans  simples.

¿a donde iremos? ¿Al museo? ¿Al acuario? ¿A un restaurant? Ojala y hagamos algo divertido.

No se podía comparar su felicidad en ese momento era hermoso verlo así tan feliz...

Llego al recibidero con una sonrisa de oreja a oreja, todos se emocionaron al ver tan hermosa sonrisa.

—¿Listo para irnos lix?— dijo JeongIn con alegría de que el australiano participara.

—Si, estoy emocionado —dijo.

La sonrisa de aquel no podía ser mas perfecta. Caminaban a la puerta para emprender dicha salida, pero una enfermera detiene al último que iba detrás de ellos, ese último, era Felix.

—Lamento decirles que Lee Felix  no puede acompañarlos, su madre posiblemente podría venir — la enfermera tomaba a Felix con cierta delicadeza.

Los ojos de Felix mostraban miedo y tristeza, una combinación que daba horribles resultados.

Los chicos miraban con lastima a Felix querían llevarlo con ellos, se había emocionado tanto.

—No se preocupen chicos— dijo con tanta tristeza, sonrió a aquellos con cara decaída— además, voy a estar bien.

Esos chicos sabían que eso no iba a estar bien, cada vez que llegaba su madre al otro día este estaba en sus peores condiciones o, muy de vez en cuando encontraban moretones o signos de maltrato.

Sin mas que decir ni mirarlos a la cara, Félix subió de nuevo por esas anchas escaleras para volver a su vida de encierro con tal de esperar aquella mujer que destrozaba a su propio hijo sin cierta gota de piedad.

Enfermedades ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora