12.2 - Sombras y cartas

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Encontraron cuatro cristales de energía sombría

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Encontraron cuatro cristales de energía sombría.

Revisaron las rutas usadas de arriba abajo y con cada hallazgo sellaban la zona como si estuviesen tratando con una epidemia.

Se prohibió que los estudiantes comunes entraran a los espacios ocupados para las carreras y todo el sitio estaba bajo constante vigilancia de una cantidad excesiva de centinelas.

Nevan señaló el sitio donde se lastimó la pierna. El sello que colocó para contener la corrosión se había desgastado hacía mucho, pero dejó la tierra marcada y fue fácil de ubicar y resellar con técnicas más poderosas.

Los materiales más densos que tuvieron contacto con los cristales como la madera, la roca y el metal recién comenzaban a mostrar pequeños signos de desgaste, pero la tierra en donde habían caído estaba ya seca, grisácea y resquebrajada, mientras que todo tipo de vegetal cercano estaban en avanzados estados de pudrición.

A todos los candidatos ilesos o con heridas menores se les ordenó volver a sus cuartos, vigilados de cerca por centinelas que se aseguraron de que todos llegaran a salvo a los respectivos dormitorios. Mientras que los que salieron con heridas más complejas fueron derivados a un rincón especial del ala médica.

Nevan se vio obligado a sentarse en silencio y soportar que le pusieran un ungüento apestoso en la pierna y y usaran una docena de cristales más gruesos que su puño para hacer de soporte de un círculo mágico purificador.

Por sus estudios sabía que las contramedidas para la energía sombría tendían a ser complicadas, pero no creyó que también fuesen así de engorrosas.

Aunque sí fue interesante sentir por sí mismo cómo aquello funcionada. Claro, fue incómodo y no dejó de doler hasta que no quedó ningún rastro oscuro en su pierna, pero al menos la noche no fue un completo y absoluto desastre.

Lástima que no pudiera decir lo mismo por otros.

Además de Lior Sedenis, hubo otros que salieron bastante lastimados y tendrían que pasar allí la noche. Nevan tuvo la suerte de que lo echaron de allí en cuanto vendaron su pierna.

—Vas a cojear un poco pero pasará luego de uno o dos días —le dijo un doctor—. Si sigue doliendo tienes que venir de inmediato.

Ya estaba bien entrada la madrugada cuando Nevan pudo salir del ala médica y volver a su cuarto. Evitó como pudo ser descubierto por un centinela porque ya había tenido una noche horrenda y no quería empeorarla aún más siendo escoltado por uno de esos cacharros.

Al salir vio que habían retirado las cúpulas usadas para las carreras y de la neblina ya no quedaban ni los rastros. Sin embargo el campus estaba lejos de volver a la normalidad.

Había mucha gente aún dando vueltas a pesar de lo tarde que era. Muchos de ellos eran empleados de la academia, pero también se veían varios guardias armados. Sumado a las luces y los centinelas vagando a donde sea que mirase, el campus de la academia parecía convertido en un campamento de guerra.

El mago rojo | El Legado Grant IWhere stories live. Discover now