Octavo pétalo

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POESÍA A LAS ROSAS

Hoy mamá me enseñó a sembrar rosas.
Dijo que son de sus flores favoritas y que, si teníamos suerte, florecerían pronto.
Me hizo echar las semillas en el agujero que ella había cavado antes. También me dijo que son muy hermosas. Me pregunto si se parecerán a mamá.

Cuando despierto el pajarito se pone a cantar y yo espero que salga algo de la tierra como mamá me prometió.
Pasan los días y salgo al jardín a ver si ya salieron las rosas de mamá. Ella dice que espere, que las cosas no son de un día pa' el otro.
—¿Entonces cuándo?
—Pronto, sólo espera.
—¿Pero cuánto?
—Sólo un poco, espera un poco más.
Así que espero y me imagino cómo será eso de tener muchas mamás en tu jardín. El pajarito espera conmigo, cantando a las Mamá rosas.

De la tierra donde mamá me hizo sembrar han salido por fin las rosas. Son rojas. Esperaba que fueran blancas, el color de la pureza. El color de mamá.

—¡Mamá, mamá, ya salieron tus rosas y son rojas!
—Sí, mijito. Rojas—suspira—. Como el color de un corazón enamorado y pasional.
—Son hermosas... Pero no tanto como tú, mamá.
Pero ella no me responde porque se pone a ver la foto de papá.

Lo que me despierta no es el canto del pajarito, es la voz de mamá.
Cuando me acerco no me ve a mí, ve a los papeles y dice cosas.
Me quedo escuchándola porque su voz es igual o más hermosa que la del pajarito y porque lo que dice suena a algo que canta él.
—Ven aquí.
Me acerco y me siento en sus piernas. Le pido que siga cantando como hace rato.
—No estaba cantando—mamá ríe—. No es ninguna canción, no; pero bien puede serlo porque el ritmo ya lo trae —sonríe y a mí me gusta verla sonreír así que también lo hago—; Si es leído con la voz más dulce y expresado con el más puro sentimiento.
—¿Cómo lo hacías tú?
Sonríe de nuevo.
—Como lo hacía papá.
—¿Papá cantaba como el pajarito?
—No cantaba, él era poeta—mamá ve los papeles—. Lo sigue siendo. Recitaba sus poemas con tanto amor...
Me asusto. Mamá llora. Yo no quiero que llore, quiero que su voz vuelva a ser dulce y que sonría como las rosas.
La abrazo. Quiero quedarme en los brazos de mamá. Ha salido el sol y el pajarito regresa. No quiero que las rosas de mamá la oigan llorar ni que sientan su llanto.
Ella dice que las flores sienten como nosotros, que cuando estás triste se ponen tristes y cuando estás feliz ellas son felices pero que, lo más importante, aparte de cuidarlas dándoles sol y agua; es cultivarlas con amor.
—No llores, mamá. El pajarito ya le canta a las rosas los poemas de papá y estoy seguro que con el mismo amor que cantaba papá y que ahora cantas tú.
Pero no regresa su sonrisa.

Las rosas son rojas, de un color apasionado como mamá cuando cantó la poesía de papá. Toco sus pétalos y me dan las mismas cosquillas que cuando mamá me da las buenas noches con un beso antes de dormir. Se sienten suaves, al igual que sus abrazos y huelen a ella.
Tengo cuidado de pincharme con las espinas como mamá me advirtió, pus no quiero que duela, así como duele cuando mamá llora.

Me gusta escuchar el canto del pajarito al despertar y sé que a las rosas también porque cuando él llega ellas se ponen felices, florecen y bailan y son hermosas como mamá. Ha puesto una de las Mamá rosas en el florero junto a la veladora y la foto de papá al lado.
Cuando el pajarito llega se pone a cantar con él y yo siento que me elevo con las voces y, vuelo.
Vuelo y repito las palabras del poema soñando en algún día ser poeta como papá, como el pajarito y cantarle a mis rosas.

Nota de la autora: Este microrrelato fue escrito para un taller de escritura de la web "Literautas", se los recomiendo mucho a todos aquellos escritores que me lean. Tiene variedad de artículos muy útiles y ejercicios para aflorar la creatividad. En fin, el texto no podía rebasar las 750 palabras, de ahí su brevedad. Quise compartirlo en Wattpad porque el resultado me agradó. Lo había mandado a borrador puesto que por sugerencias me decidí a reeditarlo, sin embargo, no es seguro que lo haga pues esta pequeña historia no está en mi lista de creaciones primordiales. Ahora mismo me encuentro ocupada con la revisión de otro cuento. Puede que esto reciba modificaciones, así como puede que no. Sé que no es perfecto y no pretendo que lo sea. Sólo busco que llegue «ser» y consiga transmitir emoción al receptor. Como sea, espero les guste o por lo menos resulte una lectura ligera, agradable que los saque de un posible bloqueo lector o simplemente los entretenga en un día aburrido. 

Jatzibe R. Domínguez, 30 de Junio del 2018, Estado de México.

Florilegio de cuentos Where stories live. Discover now