[5: Verdades verdes]

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— Gracias — respondi devolviéndole la sonrisa.

En cuento el hombre se retiró, ella volvió a mirarme. Tomo aire y siguio con su historia.

— Cuando entramos a trabajar en la empresa estábamos muy felices, hicimos muchos amigos. Fuimos ascendidas y luego, después de cinco años entraste tú — ella suspiró y miro al suelo, se quedo pensando, como si lo que me fuera a decir ahora seria algo grave — Tu te convertiste en mi mejor amigo y en su novia, estuvieron juntos seis meses y — ella se callo de pronto, llevando su temblorosa mano a sus labios.

Yo la mire preocupado, viendo como varias lágrimas caían sin compasión por su rostro. Inconscientemente estire mi mano por la mesa hasta que quedo enfrente de ella. Victoria sin dudarlo la tomo y la apretó fuerte.

— L-lo siento, e-es que... se que después de esto me vas a odiar — ella trago saliva y de su bolso saco unos pañuelos, con los cuales se limpió la cara.

— No creo que pueda odiarla — susurré. Mirándola con un intento de tranquilidad y una sonrisa que para mi, era dulce.

Fue entonces que ella me miró mal, negando con la cabeza. Fue entonces que, supe que era grave. Y no solamente porque su cuerpo entero temblara de miedo y posible ansiedad. Si no también, porque en sus ojos podía ver una urgente necesidad de ser rescatada.

Yo no recordaba nada, jamás me hubiera imagino tomar una cerveza y reír con la mujer frente mío. Así como tampoco recordaba con claridad estar con (T/N). Hará cosa de ya casi dos meses que soñaba con ella y recientemente tenía recuerdos vagos.

No recuerdo nada, pero se que lo que dice ella es verdad porque, además de la sospechosa actitud de todos conmigo y el siempre ser esquivado por ella, confirman que cada palabra que ella me decía era verdad, y yo estaba ansioso y extremadamente asustado por oír toda la historia.

— Créeme Eren, vas a odiarme —afirmó secando sus lagrimas. Tomó aire y cerró sus ojos, posiblemente buscando las palabras — Hace ya cinco o seis meses, tú y yo sufrimos un accidente — dijo soltando un largo suspiro — En ese accidente tu estuviste en coma poco tiempo, pero los doctores aseguraron que tendrían una pérdida temporal de memoria, que recordarías todo después de un tiempo, pero que tendríamos que ser pacientes... — yo la miré incrédulo, sintiendo mi cabeza martillar — La razón de ese accidente fue... — frenó de golpe. Su voz falló y nuevamente empezó a llorar — Tu y yo, habíamos quedado para hablar, querías proponerle matrimonio a mi hermana, era algo que me habías comentando hace mucho — yo llevé mis manos a mi cabeza, intentando calmar el dolor que cada vez era más fuerte — ¿Eren?

«Flasback»

— ¿Eren? ¿Quieres una? — me preguntó Victoria sacudiendo ligeramente una cerveza, yo asentí tomándola y dándole un buen sorbo — Entonces... Dios, no puedo creer que estés pensando en pedirle matrimonio — me dijo algo emocionada y dando pequeños saltos, yo sonreí nervioso y algo avergonzado.

— ¿Que? ¿es que jamás me imaginaste casado? — ella abrió sus ojos mirando burlona, tomando su cerveza — Toma con calma chica, qué hay más — dije entre risas, ella se rió conmigo.

— No es eso... — dijo bajando su botella hasta dejarle en su muslo, con la mirada perdida — Es que, es raro ¿sabes? Tu eres mi mejor amigo, eres como el hermano hombre tonto que nunca tuve — yo sonreí y patee con suavidad su pierna — Y ella es mi hermana pequeña, ante mis ojos, siempre va a ser mi bebé — yo le miré con dulzura, si había alguien que cuidaba y amaba a (T/N) por sobre cualquier otra cosa, esa alguien era su hermana mayor — Tu sabes Eren que mi padre falleció cuando ella era pequeña, y mi madre no pudo elegir a alguien más estupido — dijo con rabia, apretando levemente la botella — Me tocó hacer de madre, padre y hermana, lo sigo haciendo — yo me inclíneme para palmear su muslo de forma amistosa, sabía lo duro que había sido para ella — Así que Eren, cuídala, tu sabes lo frágil que ella es — yo asentí levantándome y abrazándola, ella le correspondió enseguida.

— Tranquilo suegro, su hija está en buenas manos — dije en broma, ella golpeó mi espalda riendo.

Lo se princeso — dijo levantándose y caminando hasta su mostrador, tomando entre sus manos vodka y tequila — ¿Por cual empezamos? — me preguntó sonriendo.

— Solo para celebrar — dije caminando hasta ella y tomando el vodka.

— Solo para celebrar — afirmó sonriendo con malicia y tomando los vasos de shot.

«Fin del Flasback»

— Bebimos... — dije volviendo de mis recuerdos, con la vista perdida en mis sudorosas manos. Pude oír como ella retuvo un jadeo — Estábamos celebrando que iba a proponerle matrimonio a (T/N) a tu... hermana — susurre lo último, levantando mi cabeza para poder verla.

Ella tenía sus manos cubriendo sus ojos, intentando en vano cubrir sus lagrimas. Asintió repetidas veces con la cabeza, podía sentir esa mezcla de vergüenza y tristeza que estaba sintiendo en este momento.
Pero no podía imaginarme el porqué de ese sentimiento. Mi cabeza dolía como mil demonios para pensar en algo, y el reciente recuerdo de ella y yo siendo tan íntimos aun ocupaba mis pensamientos.

— Bebimos muchísimo esa noche... — dijo solo para que yo la escuchara, sin quitar las manos de su rostro — Y-y — antes de poder decir nada, fue interrumpida por el mesero que, con expresión incómoda nos miró.

— Lamentó interrumpir, pero la señorita está alterando a los demás clientes — yo asentí sin siquiera verle, levantándome enseguida.

— Lamentó las molestias, ya nos retirábamos — dije sacando de mi cartera dinero y pagándole al mesero.

El hombre asintió y se retiró. Yo me acerqué a Victoria y jalé con delicadeza su brazo, insistiendo en levantarla, ella se dejó al instante, aferrándose a mí con fuerza.
Pude ver que su cuerpo entero aún temblaba con demasiada fuerza, siendo incapaz de aguantar su propio peso.
Suspire y la ayude hasta acercarla a su auto, donde se apoyó por la puerta, recobrando el aire que había salido con violencia de sus pulmones. La gente nos miraba confundidos.

— Conduce tu, no puedo manejar así — me dijo lanzándome su cartera — Las llaves están en el bolsillo pequeño — yo hice lo que me indicó, tomando las llaves y desbloqueando el auto.

Ella se subió y me miró unos segundos, para luego simplemente abrazarse con fuerza, intentando calmarse.
Yo me pase al asiento del conductor, y pronto un frío viajo por mi columna y un leve terror al tomar el volante entre mis manos.
Me giré a verla intentando reconfortarme, pero ella ni siquiera se giró a verme.

— Tengo miedo — confesé enciendo el auto y empezando a conducir lentamente.

— Yo también, pero no por que choques, en realidad agradecería mucho que choques, así quizás sea yo quien pierda la memoria y no recuerde esto — yo paso saliva al escucharla, pareciera que su alma había abandonado su cuerpo.

— No quiero que pierdas la memoria, quiero que lo recuerdes, porque yo también quiero recordar — dije duramente, tensando mi mandíbula y apretando el volante con fuerza.

Son recuerdos demasiados dolorosos... — dijo con la mirada perdida en la carretera, dejando que sus lagrimas cayeran de nuevo — Se que es solo un momento, una mirada hacia atrás pero... uno de nosotros deberá quedarse y el otro deberá de ir tras ella... — yo suspire sabiendo que ella quizá estaba en lo cierto.

Pero aquella posible afirmación no me detuvo a llevar una mano a su muslo y hacer la misma acción que tiempo atrás, ella sin mirarme tomó mi mano y la entrelazó con fuerza con la suya.

— Si es tan malo como dices, entonces posiblemente yo también me tenga que quedar — hablé sin soltar mi mano, porque además no querer hacerlo, la mujer a mi lado me necesitaba tanto como yo a ella.

Victoria ¿debo apartarme? Quizá tu confesión termine por romperme, esta claro que habrá un antes y un después pero ¿así de frágil como te vez... eres capaz de hacer algún daño? El miedo que te tengo no cambia, quizá debería empezar a sentirlo ahora.

Victoria ¿vas a hacerme daño?

Recuerdos ||Eren Jeager||Where stories live. Discover now