[2: ¿Quién es ella realmente?]

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Chasqueó 1,2
¿Donde estás?
Todavía sigues en mi corazón

Ella se levantó exaltada. Con la respiración agitada y el sudor recorriendo cada espacio de su blanca piel.
Las lagrimas empezaron a caer sin piedad por sus mejillas, empapando por completo su cara.

Sollozo con fuerza al recordar el sueño que tuvo.
Maldecia con toda su alma aquel día, en el que por error traicionó a lo más importante que tenia en su vida. Los sollozos se intensificaron y su miel mirada se centró en blanco techo, disculpandose inútilmente.

Miro su mesa de noche, encontrándose con el ya conocido cuadro de la alguna vez fue su mejor amiga y hermana. Ella sonreía y su largo cabello (T/D/C) suelto jugaba con el viento, dejando algunos mechones rebeldes en su rostro. Sus ojos (C/D/O), que gracias al sol de ese día parecían claros, miraban directamente la cámara. Y de alguna forma, también a ella.

Un suspiro tembloroso salio de sus rotos labios, llevando una mano al cuadro, tocandolo con delicadeza, acariciando su rostro.
Las lagrimas no dejaban de salir, resbalando por sus mejillas hasta caer en sus muslos, mojando su piel.

— Lo siento... — susurró abrazando la fotografía. Pero pronto el ruido de las llaves y la puerta siendo abierta, la hicieron dejar el cuadro en su lugar, limpiando rápidamente su cara.

Erwin se asomó por la puerta, relajándose considerablemente al verla. Victoria sonrió débil, levantándose y caminando hasta a él.

— Buenos días ¿pasó algo? — preguntó preocupada. Erwin negó entrando por completo a la habitación.

— Desde que te mudaste, no estoy tranquilo — admitió, ella suspiro y camino en dirección al baño — Deja de hacer eso, no puedes dejarme hablando solo — dijo siguiéndola hasta el baño.

— Eres tu el que insiste, Smith — dijo girándose bruscamente a él — Si vas a venir solamente para pelear, entonces dale las llaves a Levi y que venga el — el rubio suspiro llevándose las manos a la cintura.

— No entiendo porque te fuiste — dijo rescontandose por el marco de la puerta.

— No entiendo porque aún sigues hablándome — la castaña se giró a mirarlo, sintiendo sus ojos aguarse.

— Victoria... ven — el extendió su mano y ella sin dudarlo la tomó, Erwin la acercó hasta abrazarla completamente, quería estrujarla y no soltarla, pero el miedo de lastimarla era mucho mayor.

Acaricio su espalda suavemente, sintiendo como la mujer se relajaba, soltando un suspiro y cerrando sus ojos. Sintiendo como cualquier dolor que su cuerpo y alma sintiesen, se esfumaran en los brazos de aquel hombre que todas las mañanas la buscaba.

— ¿Te duele algo? — preguntó, ella asintió levemente.

— El vientre... — dijo separándose suavemente. Erwin suspiro — Voy a bañarme ¿desayunamos en el trabajo? — preguntó intentando alegrarlo, llevando su mano a la mejilla del rubio, el asintió besando la palma antes de salir.

Si Erwin viera su cuerpo lleno de hematomas, la mataría.

Si Erwin viera su cuerpo lleno de hematomas, la mataría

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Recuerdos ||Eren Jeager||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora