Parte 2

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UN día en la vida de UN granjero

Hannam-Dong UN Village

Regar las semillas era una tarea bastante inútil considerando que el sol no les daría la oportunidad de progresar y dado el caso que así lo hiciera el viento arrebataría cualquier chance de crecer; eso ya lo sabía, los mayores en la Villa me habían advertido de lo tonto que sería sembrar en pleno verano, por lo que todas las demás huertas estaban en cosecha; sin embargo no me importó, yo seguía regando como todas las mañanas la tierra con la esperanza que alguna de las semillas sobreviviera al intenso verano; ¿qué puedo decir?, soy bastante propositivo, y un poco terco. Es por eso que ahora que veía pequeños tallos junto a unas hojas aún más diminutas queriendo revelarse y sobrevivir, significaba un pequeño triunfo para mí, un inexperto granjero.

Ser positivo era lo importante, sí piensas en algo el universo conspira a tu favor, no que quisiera sonar como un libro de superación personal, pero en definitiva eso estaba pasando, mi cultivo de tomate prosperaba en este árido clima que no parecía querer ceder, era una muestra de un corazón soñador.

No reparé que algo no estaba siguiendo la rutina de ese día camino por el sendero que conducía hacia mi casa en la cumbre de la colina, no pensé que algo estuviera mal mientras tarareaba una canción sintiéndome plenamente dichoso con el cultivo. Pero definitivamente algo se salió de la cotidianidad, cuando noté la puerta de mi casa entreabierta, mi ánimo descendió, cuestionándome sí había dejado la puerta sin ajustar cuando salí esa mañana.

Sigilosamente terminé de abrir la puerta pero esta me delató haciendo un rechinido, quería golpearme la cabeza contra la pared, si había alguien ahí probablemente ya lo hubiese alertado, aunque la posibilidad de ladrones en Hannam-Dong era bastante improbable, así como la posibilidad de salvar a alguien en el río y que esta persona desapareciera sin dejar rastro.

No podría ser posible ¿verdad? aunque algo en mí ya sabía la respuesta.

—Llegas tarde, dulzura.

Por un momento cerré los ojos pesadamente sacudiendo cualquier idea de tener un pacífico día cuando identifiqué aquella molesta voz. Al acercarme hacia el interior de la casa, observé a JongIn, el mismo que había desaparecido hacía dos semanas, estaba mordisqueando una manzana verde, sentado en una de las sillas del comedor, con sus piernas extendidas sobre la superficie de la mesa, como si estuviera en su propia casa.

—¡Tú! Otra vez —señalé irritado con mi dedo hacia la sonrisa del cretino.

—Yo también te extrañé —dijo tranquilamente antes de darle otra mordida y que el jugo de esta escurriera por sus labios.

—¿Qué haces en la Villa? ¿Qué haces en mi casa? ¿De dónde sacaste esa manzana?

Empecé a disparar tantas acusaciones como me llegaban en ese momento a mi mente, JongIn, ese bastardo de seguro había rebuscado en la alacena de la cocina.

—Pareces una metralleta ¿Por qué te hicieron de esa forma? —cuestionó frustrado llevando sus manos hacia su frente.

—¡Yah! Mejor cállate —ordené colérico.

En ese punto, pude sentir la vena de mi frente a punto de explotar; JongIn parecía inmune a mis ataques de ira, incluso parecía que los disfrutaba a juzgar por su sonrisa. Por lo que opté por tranquilizarme, respiré profundo antes de hablar nuevamente.

—¿Dónde estuviste todo este tiempo?

JongIn miró hacia la ventana en un gesto pensativo. —Pesqué un resfriado cuando caí al río.

Amusement Park: UN VILLAGE || KaiSooWhere stories live. Discover now