19. Operación Stony: Día 2.

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Era sábado por la mañana.

Tony y Steve se permitieron dormir un poco más ya que la noche anterior se quedaron despiertos hasta muy tarde, y además, no tenían clases.

Steve fue el que se levantó primero, se aseó y se vistió, sin que nada fuese capaz de borrarle la enorme sonrisa que tenía dibujada desde esa noche. Lo que pasó con Tony fue realmente un avance, le pareció que había logrado ablandar un poco su corazón y derribar unos cuantos ladrillos del muro que Tony se empecinaba en sostener entre ambos. Aún no sabía cómo es que el dibujo había llegado hasta él, aunque tenía una ligera sospecha de quién fue el responsable. Se encargaría de agradecerle a Bucky luego; ahora tenía que preparar el desayuno, de seguro Tony despertaría con hambre, y él no desperdiciaría una oportunidad para pasar más tiempo a su lado, además, le haría gustoso el desayuno cada mañana si su recompensa era ver su sonrisa y que le mirase con esos ojos llenos de ternura y emoción contenida.

Café, juró que el olor lo atraería como el polen a una abeja.

Y acertó, porque minutos después Tony apareció en la cocina.

°°°

El castaño abrió los ojos aún somnoliento en su cama, ni siquiera la luz solar logró despertarlo, pero aquel aroma tan familiar sí.

—Huevos revueltos y... Café. —Se relamió los labios y su estómago rugió.

Se levantó como estaba, y arrastró sus pies descalzos hasta la cocina, tallando uno de sus ojos y aún medio dormido.

—Buen día. —saludó Tony y se sentó en la mesa.

Steve se sorprendió al principio al verlo en pijama y descalzo, y es que ni siquiera se había molestado en lavarse la cara, no pudo evitar compararlo con un niño pequeño que espera que su madre le sirva el desayuno, sonrió por esa imagen en su cabeza.

—Hola, ¿que tal dormiste?

—Bastante bien.

—Hice el desayuno.

—Sí, lo olí desde mi habitación.

El rubio sonrió y sirvió café para ambos.

—Supuse que el olor te despertaría. —Le alcanzó un plato con panes tostados y huevos revueltos —. Y creo que funcionó. —Tony terminó de abrir los ojos cuando vio la comida frente a él y se relamió los labios.

—Es que muero de hambre. Gracias, esto se ve delicioso. —Empezó a comer. Steve se sirvió también y se sentó frente a Tony.

—¿Tienes algún plan para hoy? —Le pregunto el rubio, más atento a los gestos de Tony al disfrutar su desayuno que a su comida.

—Umm... Tengo algo de tarea, pero no creo que me demore más de una hora, ¿por qué?

—Se me acabaron las acuarelas, y... —titubeó un poco, pero no se echaría atrás ahora, había decidido esa noche que seguiría intentando acercarse más a Tony; él no era muy bueno en eso del romance, pero debía intentarlo, ¿no? Tony lo valía.

—¿Quieres que te acompañe a comprar más?

—Si es que no estarás ocupado...

—Dame un par de horas, y ya que saldremos conozco un lugar donde preparan un shawarma riquísimo. —Le dijo Tony entusiasmado. El rubio sonrió complacido, agradeció que Tony le hiciera las cosas más fáciles. Al menos ahora no se mostraba arisco.

—¿Almorzaremos en la calle? —inquirió, arqueando las cejas.

—Por supuesto, ¿o pensabas cocinar?

Algo más (Mini-fic Stony) Where stories live. Discover now