10. Celos.🌸

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Sintió la piel caliente de las manos de Tony sobre sus mejillas, sus labios se rozaron en un beso casto, un escalofrío le recorrió la espalda y se estremeció completo. Pero cuando quiso levantar sus brazos para atraer más a Tony e intensificar el beso el teléfono comenzó a sonar.

—Maldita sea... —musitó Tony, levantándose de golpe. Dejando a un Steve medio atontado en el sofá.

—¿Hola? —Tuvo que sostenerse de la pared, ya que todo le daba vueltas.

—¡Tony, Tony, Tony! No vas a creer lo que me pasó.

—¿Nat?

—¿Pues quién más? Tonto. Escucha, ¡Bucky me invitó a salir! ¡A una cita real! ¿¡Puedes creerlo!?

—Nat por favor, no grites. —Se llevó una mano a la cabeza, comenzaba a sentirse mal. 

—¿Estás borracho?

—No... tal vez un poco.

—Estuviste bebiendo con Steve, ¿Verdad?

—Un poco.

—Un poco bastante me parece. ¿Interrumpí algo importante?

—Pues... sí, estábamos... bueno, en medio de algo, pero ya no importa. Hablamos mañana ¿Sí? 

—Cuidadito Stark, no quiero sorpresas. Y ya vete a dormir, mañana tienes clases. 

—Esta bien mamá. —arrastró la última palabra y colgó, se apoyó en la pared sintiendo que todos sus órganos se le revolvían.

—¡Steve! —gritó, y el rubio corrió hacía él enseguida. —. Creo que voy a vomitar. 

—No, no, no, espera... —Steve lo agarró de un brazo, y tambaleándose logró llevarlo al baño. 

Tony entró casi cayéndose y se dejó caer sobre los azulejos. 

—Steve, creo que ya no voy a vomitar. —Le dijo, estirándose para abrir la puerta, Steve se encontraba igual que él, sentado en el piso y recostado sobre la pared. Ambos se miraron y Tony empezó a reír como desquiciado, seguido por el rubio, rieron tanto que casi se quedan sin aire.

°°°

La alarma de Steve se escuchó en todo el apartamento. 

La cabeza le dolía tanto que apenas toleraba la luz solar de esa hora de la mañana. 

Era lunes y tenía examen, (considerando el hecho de que sus clases habían comenzado un mes antes), examen al que no le había dado la mínima importancia desde que llegó Tony. 

Claro, Tony. 

Abrió los ojos como platos al recordar el episodio de esa noche, ¿¡Qué rayos había pasado!? 

Recordaba el vino, que salieron al centro comercial, y ciertas anécdotas que Tony le contaba de su vida mientras bebían, luego todo se tornaba muy confuso y borroso, ni siquiera sabía cómo es que había llegado a su cama. 

Salió de su habitación dispuesto a tomar un baño, y cuando iba a entrar se encontró cara a cara con Tony, que iba saliendo de ducharse. 

—Oh, hola. —Le saludó el castaño, poniéndose rojo enseguida. 

—Hola, em... Iba a ducharme, pero vuelvo después. 

—No, no, yo ya terminé. —dijo, y se metió rápidamente a su habitación. 

¿Desde cuando Tony era tan reservado? Se preguntó Steve. 

Minutos más tarde entró a la cocina para desayunar, y otra vez se encontró con Tony, quién estaba tomando café, ninguno dijo nada, Steve se sirvió un poco de leche y ambos bebieron en silencio. Tony terminó, puso en orden lo que había sacado y se fue, evitando cualquier tipo de contacto visual con Steve. 

—¿Quieres que te jale? —le preguntó Tony cuando salió, mostrándole las llaves de su auto. 

—Gracias, pero mis clases todavía son en una hora. 

—Bueno, te veo después. —Se puso su chamarra y salió del apartamento. 

Ahora sí estaba seguro de que Tony recordaba algo que él no, pero ¿Qué cosa podría haber pasado? ¿Tan grave habría sido? 

Dejó resolver eso para después, y aprovechó los pocos minutos que le quedaban para estudiar. 

°°°

—¡Hey, Steve! —El aludido se dio vuelta de inmediato. Sharon, una de sus compañeras de clase corría hacia él. –. ¿Estudiaste para el examen? Dicen que ahora no habrá suplementario. 

—No mucho en realidad, estuve algo ocupado. —Le respondió sacando algunos libros de su casillero. 

—¿Haciendo qué? —preguntó, recostada en los casilleros. 

—Haciendo cosas. —Cerró su mochila y empezó a caminar hacia su salón. 

—Bueno, bueno, entiendo si no me quieres contar. Sentémonos juntos, te puedo ayudar con algunas preguntas. —Se ofreció, colgándose de uno de los brazos de Steve mientras avanzaban por el pasillo. 

—Gracias Sharon, pero no es necesario, creo que puedo hacerlo bien por mi cuenta. —Le sonrió, no quiso sonar demasiado frío porque en realidad la chica le caía bien.

—Pero quiero ayudarte. —Le insistió, mirándolo con ojos suplicante. Steve suspiró cansado. 

—Esta bien, si hay algo que no recuerde te pasaré la voz. —Aceptó, a Sharon no le alcanzó el rostro para sonreír. 

La puerta de una de las aulas de adelante se abrió, y un grupo de jóvenes salieron, mezclándose con el resto en el pasillo. 

—Deben ser los de nuevo ingreso. —Comentó Sharon, captando la atención de Steve de inmediato, sus ojos comenzaron a moverse inquietos de aquí a allá, buscando a una sola persona. —. Corren rumores de que el hijo de Howard Stark está entre ellos, ¿Quién crees que sea?. —preguntó, pero no recibió respuesta —. Steve, ¿Me estás escuchando? 

—Eh, sí, claro. 

Pero él no la escuchaba, ya había encontrado lo que quería. 

Tony estaba junto a un grupo de estudiantes que hablaban con el profesor, alzó la mirada y lo notó. Steve quiso levantar el brazo para saludarlo, pero entonces cayó en cuenta de que Sharon lo tenía rodeado con sus manos. 

Tony no hizo ni el más mínimo intento de ser disimulado, lo miraba, sí, y la miró a ella también, pero con el rostro inexpresivo. 

Steve quiso acercarse pero entonces... 

—¡Tony! —el castaño giró el rostro y le sonrió a aquel muchacho de cabello negro y rizado que lo había llamado. Intercambiaron un par de palabras y se alejaron juntos hasta perderse entre la gente. 

—¿Steve? ¿Qué pasa? —Sharon parecía confundida. 

El rubio reaccionó entonces, dándose cuenta por su reflejo en una ventana que tenía el ceño fruncido y la expresión endurecida. 

 

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