— ¡Jeno! —La voz del omega llamó su atención, haciendo que se volteara viendo como este se acercaba casi corriendo hacia él. —

Era increíble cómo, con ese cabello de algodón de azúcar y una sonrisa, lograba destacarse entre todas las personas que le rodeaban. Sus ojos no podían despegarse de él en ningún momento. Como un ángel que corría hacia un demonio. Se detuvo cuando estuvo frente al pelinegro con la respiración levemente agitada.

— Yo... quería hablar de lo que hice antes de subir...

— Eso ha sido un show increíble Jeno, estoy muy asombrado de ti.

Aquella voz había detenido a la del omega quien miró por sobre el hombro del alfa al hombre que había llegado. La espalda de Jeno se tensó automáticamente reconociendo aquella voz al instante. Lentamente se giró, viendo aquellos fríos ojos que representaban su peor pesadilla. Vestido con un elegante traje negro y escoltado por otros dos sujetos se encontraba allí Yang Hyun Suk.

— Señor Yang... no esperaba verle aquí.

La mención de ese nombre hizo que Jaemin se asombrara y se pusiera en alerta aunque trató de relajarse lo más rápido posible. No debía de levantar sospechas por lo que suavemente sujeto la mano del alfa, manteniendo una pequeña sonrisa en su rostro.

— Lo sé pero creí que sería bueno venir a verte y ver tu... progreso. Parece que lo has estado haciendo bien en esta escuela, eso me agrada. Sabía que no sería un desperdicio de mi dinero el enviarte aquí jovencito.

— Se lo aseguré señor Yang, yo no iba a desaprovechar la oportunidad que usted me dio.

Jaemin sentía los nervios de Jeno, su temor y en como su voz parecía estar a punto de romperse debido al pánico. Su mano sudaba pero en ningún momento se la soltó a pesar de que quería salir huyendo de ahí, completamente asustado del sujeto frente a él. Tan sólo se mantenía firme a su lado, con una pequeña sonrisa como si no supiera nada.

— Oh jovencito, lo lamento. No hemos sido presentados. Soy Yang Hyun Suk, algo así como el tutor de este torpe alfa junto a su hermano.

El hombre extendió su mano hacia el omega quien se quedó mirándola por escasos segundos preguntándose si es que debía o no tomarla, no quería hacerlo pero eso se vería extraño. La sujetó con cuidado y el tiempo justo para lo que un saludo normal sería.

— Es un gusto el conocerle, soy Na Jaemin. Jeno me ha contado muchas cosas sobre usted, ha sido tan generoso y bueno. Es una alegría saber que personas como usted aún existen.

Le dio la más brillante de sus sonrisas sintiendo asco de si mismo al hablar de esa manera. Por un segundo, pensó en lo parecido que era con su madre. Al parecer ambos tenían una gran facilidad para poder mentir y actuar como si realmente todo estuviera bien y fuera perfecto. Jeno a su lado no podía moverse casi y se preguntaba si siquiera estaba respirando, lo que hacía sonreír a Yang.

— No ha sido nada.

Fue la respuesta que el mayor de los alfas dio. Nadie dijo nada durante unos minutos y cuando el tipo se disponía a hablar nuevamente, uno de sus guardias se acercó para decirle algo al oído a lo que solo asintió. Volteó a mirar a los jóvenes con una pequeña y falsa sonrisa.

— Ha surgido un imprevisto y tengo que irme. Ha sido un gusto el conocerte Jaemin y verte de nuevo Jeno. Espero poder volver a encontrarlos a ambos pronto.

Estaba dándose la vuelta cuando se detuvo y giró su cabeza para verles por sobre su hombro. Fijó una seria y dura mirada sobre el pelinegro antes de pronunciar con voz seria.

Opuestos En Común. NominWo Geschichten leben. Entdecke jetzt