Un grito inhumano sonó en respuesta. Las balas habían cortado una franja en la oscuridad, que a su vez parecía producir más y más figuras.

─ ¡DAAANNNTEEE!

Las formas se acercaron, revelando brillantes guadañas.

─ ¡DAAANNNTEEE!

Ahora Tony podía distinguir caras con forma de calavera.

─ ¡DAAANNNTEEE!

Tony apretó más sus armas, y disparo una nueva andana. Sabía que los cartuchos pronto estarían vacíos, pero al menos estaba progresando en el avance de las formas. Tony controló cuidadosamente cada arma para evitar que retrocedieran después de cada ronda. Es posible que el alcohol no haya sido eliminado por completo de su sistema, pero estaba lejos de estar realmente afectado.

Pero Tony había olvidado una cosa, un detalle pequeño pero crucial, seguía usando pistolas de contrabando.

Kaching

Una de sus pistolas se atascó. Las balas en la Colt Government se bloquearon, dejando el arma inútil. La Beretta seguía escupiendo fuego, pero los materiales de baja calidad significaban que estaba a punto de descomponerse.

Tony arrojó ambas armas en la dirección de las sombras que avanzaban y agarró su masiva espada.

─ ¡Venga! ¿Quién quiere ser cortado por la mitad?

El arma se sentía más pesada de lo usual. Tony descartó el vodka, pero tenía la sospecha de que era otra cosa.

Cortó y se abrió camino a través de la oscuridad, chispas volando en donde la espada se encontraba con la guadaña. Las formas del otro otro mundo no pudieron soportar su asalto frontal.

─ No sé qué es lo que quieres, pero si tienes un problema conmigo, deja de enviar tus esbirros y enfréntame directamente.

Cada golpe de su espada empezó a generar visiones inquietantes en el fondo de la mente de Tony – Una mujer tirada en el suelo y cubierta de sangre – un pequeño niño aferrado a su cuerpo, llorando. "Mamá"

─ ¡Mamá!

Tony renovó su ataque, ya no era niño indefenso. Tenía el poder de matar; De alguna manera había perdido la capacidad de llorar.

Cortó a través de la multitud sombría. Finalmente, el último de sus enemigos cayó. Tony sintió que su ira ardía en el fondo. Extendió su espada, escaneando el callejón, pero estaba tan vacío como cuando había entrado, salvo por las cenizas esparcidas de sus oponentes misteriosamente vencidos.

El aire caía pesado a su alrededor.

─ ¿Estas ahí? – Tony recorrió con la mirada el callejón – ¡Sal!

De repente, una voz sonó

─ ¡TOOONNNYYY!

Ese grito era tan diferente del que había iniciado el combate.

Una sonrisa apareció en el rostro de Tony.

─ Esta es la centésima vez, sabes.

Un hombre solitario se paró enfrente a él, con las piernas separadas. Llevaba un abrigo rojo, que estaba lleno de agujeros. El cuerpo del hombre estaba cubierto de sangre, su cabeza descansaba incómodamente sobre su cuello cortado, sostenido por una franja de piel y musculo. Era una extraña sombra de hombre... Hombre que Tony conocía bastante bien.

─ ¿Incluso el diablo me odia tanto que te envió a entregarme ese trapo, Denvers?

─ ¡TOOONNNYYY! – Lo que una vez había sido Denvers gimió roncamente

La simpatía parpadeó en el rostro de Tony. Raramente mostraba emoción por los muertos, pero Denvers había sido un colega en una industria sin muchas oportunidades para relaciones. La vergonzosa vista frente a él era demasiado horrible, incluso para alguien que había tratado de matar a Tony por noventa y nueve veces.

Pero Tony sabía que a lo que se enfrentaba ahora no era realmente Denvers. Recurrió al sarcasmo para controlar sus emociones.

─ Tú cara ha mejorado, pero aun es fastidiosa de ver. Ven aquí; ¡La arreglare por ti!

Preparó su espada.

La cosa que alguna vez había sido Denvers alzó sus brazos y se abalanzo a Tony. Los talismanes plateados en al abrigo rojo tintinearon.

─ Mi abrigo favorito no te queda – Tony hizo girar su espada dos veces, permaneciendo inmóvil, excepto por un movimiento de muñeca.

Los dos brazos de Denvers cayeron al suelo. Se retorcían como serpientes.

─ ¡TOOONNNYYY! – Denvers mostró los restos de sus dientes y saltó hacia delante, su abrigo fluía detrás de él y las joyas sonaban.

Tony calmadamente lo decapitó.

─ Mi centésima victoria – Murmuró – Esta es la despedida.

El cuerpo decapitado tropezó hacia adelante por puro impulso y finalmente se derrumbó en el piso.

La atmósfera volvió a la normalidad, tan seguro como si alguien hubiera accionado un interruptor. Una ráfaga de viento sopló las últimas nubes lejos de la luna, conduciendo las sombras más abajo en el callejón. El cadáver transformado de Denvers fue todo lo que quedo del extraño episodio.

─ Puedes quedarte con el abrigo – Tony limpio la sangre de su espada y camino por el callejón. En poco tiempo, la adrenalina se desvaneció.

Tony se dirigió a casa con pasos inestables.

Devil May Cry Vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora