Control total. Parte II

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» Capítulo 24 «

Control total. Parte II

Las piernas de Owen temblaban y no se atrevía si quiera a pronunciar palabra... se detuvieron frente a una puerta que Clay abrió — ¡Siéntate! Ordenó Demon, él obedeció.

— ¿Qué quieres de mi Demon? Yo ya te pagué mi deuda... déjame ir. Su voz temblaba tanto que cortaba las palabras haciéndolo parecer tartamudo.

— Tómalo con calma ¿Tan malo crees que soy? Sonrió sentándose al borde de su escritorio y cruzando las piernas — Solo quiero saber ¿Cómo estás?

— ¡No soy estúpido! Escupió levantándose, Clay lo sujeto del cuello forzándolo a quedarse en su lugar.
— Piénsalo, ¿cuánto llevamos sin vernos? ¿Uno, dos, tres años?

Owen lo miraba con recelo — Cuatro años. Respondió escondiendo su apatía.

— ¡wow! ¿Cuatro años? Mi querido amigo esto merece una gran celebración. Sonrió frotando sus palmas. — ¿Qué tal una partida de póquer?

Los ojos de Owen brillaron se podía observar la ansiedad en ellos — No soy tan malo ahora ¿verdad? Clay acompáñalo a la sala de juego. Ambos se retiraron dejando a solas a Demon, avanzó rodeando el escritorio hasta acomodarse en su silla apoyando sus codos en el escritorio, soltó un satisfactorio suspiroy agarro el teléfono — Quiero a Madie, ahora.

— ¿dónde estoy? Susurro Madie quien era guiada por un hombre corpulento — Aquí está señor.

— Déjanos solos. Al instante ella reconoció su voz — ¿Demon? Pregunto incomoda al no poder ver nada por la venda que cubría sus ojos.

Dominic se acercó lentamente, levanto suavemente el cabello que caía sobre sus hombros y deposito un beso en ellos — ¿Me extrañaste? Ella asintió. — ¿Qué tanto? Preguntó con voz ronca arrancándole la ropa — ¡Mucho!
Madie no aguanto más y se quitó la venda, en segundos escaneo todo el lugar... parecía ser una oficina, estaba tan encandilada que no pudo ver con mucho detalle y Ferrer tampoco le dio tiempo. La levanto en sus brazos para ponerla sobre su escritorio derribando todo lo que había en él — Demuéstramelo. Sonrió mientras la despojaba de su roba interior acariciándola con vehemencia, necesitaba extasiarse de su cuerpo, perderse por un instante para olvidarse de quien era — ¿Quién eres? Preguntó jadeante Demon introduciéndose en ella una y otra vez — ¡Soy Alexz! Chilló excitada.

Las gotas de sudor descendían por su barbilla rebotando en los pechos de Madie deslizándose lentamente por su abdomen — ¡Dime que me amas! Exigió embistiéndola con tanta fuerza que ella apenas y se podía sostener evitando caerse — ¡Te amo! Grito sintiendo que tanto placer la mataría. Demon la bajó del escritorio sujetándola con fuerza la aferro a la pared; levanto la pierna de Madie el nivel de su cintura y se hundió de nuevo en ella, todo su cuerpo se tensó ante el evidente placer...

— ¡Mierda! Exclamo Clay al entrar y ver la escena. — ¿Enserio Demon? ¿Enserio? Se quejo abandonando la oficina. Madie sonrió débilmente — Nos veremos otro día. Le guiño el ojo y salió acomodándose el pantalón — ¡cierra! Ordenó Demon al salir y Clay obedeció dejando a Madie encerrada.

— ¿Cómo va Owen?
— Perdiendo.
— Pobre escoria, no se dio cuenta que me volverá a vender hasta su alma. Demon rió con ganas.

La noche era larga, apenas y se veía vislumbrar la madrugada a lo lejos... — Alexz no tenemos mucho tiempo, el vuelo sale en unas horas.

Alexz se sentía acorralada "¿acaso era posible? ¿Demon la había vendido?" — ¿Qué hay de mi mamá? Cuestionó preocupada.

— Ya tengo todo arreglado, no tendrás de que preocuparte.

Alexz sonrió y sintió una sensación que jamás hacía mucho tiempo había olvidado ¡era libre! Ambos salieron del hotel como una pareja normal, y ella no dejaba de sonreír. Era cierto un auto los esperaba en la entrada, subieron en el y abandonaron el lugar... todo quedaba atrás, por fin.

— ¿A dónde iremos? Pregunto emocionada.
— Ya lo verás cariño, ya lo verás. Te encantará. Espetó agarrando su mano.

El silencio se apodero de la situación, pero Alexz seguía tan sorprendida por lo que Demon había hecho que no lograba entender como Deyken lo había conseguido — ¿Qué le dijiste?

— ¿A qué te refieres?
— Demon, ¿Qué le dijiste para convencerlo?

Deyken guardo silencio y sonrió — No mucho, realmente él quería deshacerte de ti.

Alexz viro su mirada hacía la ventanilla del auto y los recuerdos afloraron... Su madre en la clínica por más de dos años interna, la muerte de Franco Gautier, la universidad, su apartamento... había invertido demasiado dinero, ni vendiendo su alma Deyken hubiese conseguido comprarla. y entonces lo entendió — ¡es imposible! Murmuro asustada.

— ¿Qué? Espetó Deyken creyendo haber escuchado algo.

— ¡Es imposible! Exclamó Alexz — ¡Él no me vendió! La sonrisa de Deyken se ensancho — Ya es un poco tarde para eso ¿no crees? Alexz no alcanzó a responder cuando el auto se detuvo en seco provocando que su cuerpo se doblara hacía delante, Deyken aprovecho para agarrarla con fuerza y con un pañuelo impregnado de formol la obligo a deshacerse en sus brazos — ¡Ahora! Exigió abandonando el auto y sacando a Alexz con el y metiéndola a un enorme camión.

— ¡CONOR! Exclamó Deyken exasperado al ver que ya estaba amaneciendo. Conor salió asegurando su arma en el pantalón — ¿Todo listo? Conor sonrió — Esos tontos se creyeron todo, me dieron las llaves de la bodega y saque a las chicas sin problema.

— Existe alguien más listo que el diablo. Rió Deyken montándose en el vehículo mientras un enorme furgón los seguía con toda su mercancía dentro, incluyendo a Alexz. 


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Escritora » Anggie Twitter » @kaatthriin

» Bajo el ojo del diablo «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora