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<<Más allá del lejano camino,
no dejo de pensar en ti.
Se siente como si fuera ayer,
no olvidaré cómo nos conocimos.>>

<<En el largo camino por delante,
podemos mirarnos mutuamente
como si estuvieras aquí.
Voy a proteger este inmutable amor,
que nunca olvidaré.>>


Tanto Fukuzawa como Fitzgerald miran a aquellos que se han presentado sin aviso en el despacho, el segundo bastante confundido pero visiblemente menos afectado que el otro por las palabras dichas por el detective al llegar.

—¿Qué dices?

—Que todo va a seguir como está.—Reitera Edogawa de forma tranquila.—Me quedo con Edgar.

El nombrado tiene después un ligero sobresalto cuando siente el peso de la mirada de Yukichi quien prestaba atención específica al hecho de ver a ambos tomados de la mano, gesto que se había mantenido desde que Ranpo le sacara de la habitación y justo ahora se daba cuenta que la unión no se deshizo a partir de entonces.

—¿En verdad?—Francis interviene pareciendo haber entendido por completo el asunto ahora sonriendo despreocupado.—Bueno, eso hace todo más fácil. ¿No?

Al girarse buscando la confirmación de Fukuzawa este cierra los ojos en medio de un suspiro desganado tomándose un momento para dirigirle la mirada a su protegido. La decisión reflejada en los ojos esmeralda era algo que sabía reconocer bastante bien por lo que destensa los hombros cruzándose de brazos después.

—Si es lo que realmente quieres no tengo motivos para detenerte.

El detective sonríe por aquella actitud resignada, Poe abandona su tensión y el líder del gremio exhala aliviado juntando sus manos provocando así un eco en la oficina.

—¡Bien! Un asunto menos de que preocuparse—Dicho eso rodea el escritorio con el fin de tomar su lugar, estando allí abre algunos cajones para dejar sobre el mueble un par de plumas y hojas de papel.—De acuerdo Edgar, necesito que te quedes unos minutos para redactar los documentos. El consejo espera una respuesta pronto.

—Entiendo.—Poe siente como Edogawa le suelta dejándole ir con Francis mientras él le da alcance a Yukichi saliendo así ambos del despacho.

En el pasillo Fukuzawa continuó callado y Ranpo que caminaba a su lado no podía evitar mirarle curioso.

—¿No vas a decirme algo?

—¿Qué debería decirte?

—Imaginaba que me regañarías por esto y me advirtieras sobre la poca responsabilidad en mi decisión, ya sabes...lo normal.

—Claro que pienso quejarme por lo que has hecho y no sólo de esto sino por lo que te trajo todas esas heridas que por suerte Yosano pudo sanar.—Asegura con una voz firme antes de verle al fin.—Pero no voy a arruinarte el momento. Sé bien cuanto te tomó llegar hasta aquí, después de todo has estado tras él desde que eras un chiquillo.

—No tenías que decirlo de esa manera.—Reclama sonrojado hasta las orejas, desviando la vista y pasando una mano por su cabello para tratar de evitar que su reacción se notara demasiado.—En realidad esto fue...

—No necesitas explicarlo.—El mayor alcanza a colocar su mano sobre la cabeza del más bajo.—Está bien.

Tampoco es que pudiera explicárselo aunque quisiera.
A pesar de que había estado interesado en el autor de los libros que leyó desde la infancia no podría decir que todo lo que siente ahora naciera sólo de esa profunda admiración.

Lord help my poor soulWhere stories live. Discover now