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<<Con los pasos que doy al andar dibujo una linea,
Tan cambiante por el azar, tan corta como la vida.
Aunque no pueda mirar el final del rumbo que he elegido,
Siempre...
Yo lo seguiré.>>

Una imponente mansión se vislumbra en medio del espeso bosque, Ranpo y Atsushi caminan por el pasillo principal en completo silencio.

O así fue hasta que...

-¡Nuestro querido Ranpo ha vuelto a casa!

Ni siquiera lo siente llegar, sufre de un tic en la ceja al verse apresado en un incómodo abrazo proveniente de un tipo cubierto de vendas.

-Agg...¡Suéltame Dazai!-Gruñe y lucha por quitarse de encima a su compañero -¡Maldición! ¡Odio que hagas eso!

-¡Estoy tan feliz de que hayas vuelto sano y salvo! ¡Estaba asustado! ¡Cuando el jefe se enteró que decidiste tomar el caso estuvo a punto de matarme!

-¿Dónde está?

-En el despacho.

-Perfecto, hay algo que debe saber.

-Yo voy también, después de todo era mi misión hasta que tú me la quitaste-Sonríe, soltando al más bajo y mirando después al peliblanco-Atsushi, buen trabajo...ve a descansar un poco.

-Ah...Gracias-Se inclina un poco como despedida antes de regresar por el pasillo.

Edogawa se detuvo frente a la puerta, suspiró antes de usar ambas manos para abrir y entrar como siempre solía hacerlo.

-¡Hola, Fukuzawa!-Saluda, relajado y sonriente-Ya estoy...

-¿Quieres explicarme por qué te fuiste solo a un territorio extranjero y sin decirme nada?-Le interrumpe la seria voz del hombre que se encuentra tras el escritorio, con los brazos cruzados y, evidentemente, molesto.

-No fui solo, me he llevado a Atsushi...y si te decía no me habrías dejado ir.

-Ranpo...la razón-Exige dejando de lado las excusas del menor.

El azabache resopla, indispuesto a responder con la verdad.

-No sea tan severo con él-Interviene Osamu-Nuestro joven Ranpo sólo quería conseguir un autógrafo de su...

No le es posible continuar pues el más bajo se apresura a encajarle un codazo en el estómago, fingiendo una tierna sonrisa.

-De acuerdo-Murmura Yukichi, prefiriendo posponer sus regaños por el momento-Pasemos al reporte.

-Es justo como Dazai sospechaba...Alguien está tratando de hacer caer la tregua.

-¿Tienes un sospechoso?

-No, por el momento...quien sea que haya planeado esto lo hizo bien, el cuerpo realmente parece atacado por un humano ordinario y las pistas falsas de la mordida del cuello parecen haber sido preparadas para que sólo un análisis detallado las notase.

Lord help my poor soulWhere stories live. Discover now