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<<No tendré a nadie que me guíe, dibujado a la deriva mi destino es...
No hay mapa que ver
si hay caminos que ya están predestinados.>>

Mientras Fukuzawa asiente para indicarle a la chica que podía dejar el lugar, Ranpo se debatía entre saludar de una vez por todas o bajarse de aquel mueble. Lamentablemente solo pudo reaccionar para hacer caso a la primera opción, aunque no fuese la más lógica.

-¡Hola de nuevo!-Habla con ese tono extrovertido, agitando una mano-¿Qué lo trae por aquí?

-Necesito hablar de algo...-Desvía la mirada, pasando del detective a Yukichi- con tu jefe.

-Edgar Allan Poe ¿Verdad?-Afirma enlazando la actitud de su protegido con aquel joven-¿Qué es lo que pasa?

-Por lo que he entendido... Ustedes están investigando el incidente en el que estuve involucrado, así que hay dos cosas que quiero pedirle.

-¿De qué se trata?

-Lo primero es...que renuncien al caso.

-¿Qué estás diciendo?

-Quiero hacerme cargo de eso desde ahora.

-Lo siento, pero el consejo nos lo ha encomendado así que aunque tu grupo quiera...

-Ésto no tiene que ver con ellos...Francis ni siquiera sabe que estoy aquí.

-Oh ya veo...¿Lo ha tomado como algo personal?-Sugiere el menor- ¿Su orgullo no le permite dejárselo a otros después de haber sido difamado?

-¿Orgullo?-Ríe débilmente el otro-¿Cree que algo tan superfluo como eso motiva mis acciones?... Todo ésto...lo hago...

Sus manos tiemblan y se vuelven puños, aprieta un poco los dientes antes de tomar aire y continuar.

-Lo hago por Lilith...

Y Ranpo tiene una extraña sensación ante aquellas palabras, una molesta punzada que provoca un inconsciente cambio en su mirada y actitud.

-Alguien ha hecho ésto para provocarme...¡Es inaceptable! No puedo perdonarlo... ¿De qué me sirve ser exonerado? Nada cambiará el hecho de que ella ha muerto por culpa mía, porque tuvo la desgracia de conocerme.

-"¿De qué sirve?"-Repite el azabache con cierta sorna- ¿Es acaso idiota?

-Ranpo...-Susurra el líder, tratando de frenar esa inusual y repentina hostilidad pero su protegido hace caso omiso.

-Lo lamento pero el caso es nuestro... Es mío-Recalca señalándose-Y no pienso cederlo...

-Con todo respeto, señor Fukuzawa-Continúa, dejando de lado el comentario del más bajo y causando notoria molestia en éste-No creo que sea prudente dejarlo al mando de un trabajo como ese, tener la compañía de ese chico tigre no sería suficiente, si me permite opinar...Ninguno de sus subordinados lo podría proteger adecuadamente y si pensamos que en realidad hay alguien que está tratando de hacer caer la tregua que existe entre nosotros, es obvio imaginar que tratarán de eliminar a quienes traten de descubrirlos.

Lord help my poor soulWhere stories live. Discover now