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<<Nos da tanto miedo
obtener las cosas
que podemos perder.
Hemos vivido aislándonos,
pero parece que siempre...>>

<<Nos volvemos a encontrar,
aunque nos intenten separar.
El destino quiere protegerte
hasta el final.>>

La consciencia regresa, trayendo consigo resquicios del dolor de una herida que ya no sangra pero no por ello puede pasar inadvertida a los sentidos.

Su vista no puede enfocarse bien en un principio, el intento de moverse se ve impedido y es ahi cuando entiende realmente su situación. Atado a una silla en medio de algún tipo de habitación vacía no puede más que suspirar ante la imagen vergonzosa que jamás creyó poder dar de si mismo.

¿Cómo podía ser posible?

Una bala...

Una simple bala...

Algo como eso no habría sido problema antes.

No lo entendía.

¿Después de veintiséis años su habilidad se abría a un fallo o excepción?

No, si lo pensaba bien...esa era la segunda vez que ocurría.

Y su mente aún inestable se hunde en un análisis que lo lleva a ir más allá de verlo como una coincidencia, planteándose hasta lo improbable.

Pero un detalle externo que había pasado por alto ahora llama su atención desviándola del tema de sus meditaciónes, su vista ya libre de distorsión nota algo en el suelo del lugar, una mancha que tras mirarla bien se muestra de color rojo y no es la única, el rastro que sigue con la mirada rebela más, en mayor cantidad y dimensión, hasta que al final del lúgubre camino se encuentra un charco de sangre donde yace un mapache herido de un corte por encima de las patitas traseras.

Una exhalación de pánico es su primera reacción ante la imagen, agitado en sobremanera intenta inútilmente tratar de soltarse para acudir hasta la pequeña mascota terminando por soltar un quejido lleno de impotencia.

-¡Karl!-El llamado con voz rota hace que el animalito mueva apenas una de sus orejas y sus ojos se abren lo suficiente para darle al detective un atisbo de esperanza y alivio.

-Así que ya despertaste.

La voz proviene de algún punto de aquel cuarto, lo que sigue son pasos que se acercan a donde se encuentra el azabache quien, sin apartar la vista de Karl parece ni siquiera haberlo notado. Al darse cuenta de ello, el hombre mira hacia el punto de atención de Ranpo encontrándose con el motivo de esa expresión devastada.

Lord help my poor soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora