El Esposo Correcto | Vkook [2]

28.- Kim SeokWoo y Kim Doyeon

Taehyung mira el cielo nocturno, no hay nubes, así que claramente podía ver las estrellas brillando en lo alto. Se siente desganado, hace solo unas semanas había fallecido su madre y siente que el mundo se le cae encima.

Lo único que calma su dolor, fue ver a Jungkook apoyándolo, a sus amigos cercanos e incluso su reino. El pueblo decoró sus calles con listones blancos y orquídeas, su madre amaba ese color y esas flores.

—¿Hyungie?—Jungkook se acercó a su esposo, no le gustaba verlo así—amor, debes dormir, mañana por fin tendremos a los bebés en casa.

—Lo sé—el castaño suspira, volteando levemente para mirar al menor—en un rato voy, solo quiero ver un rato más el cielo.

—Taehyungie... —el pelinegro camina hasta el balcón, parándose a su lado.

—No puedo evitarlo, la extraño mucho, fue mi único apoyo cuando mi padre falleció y tuve que ser rey a una corta edad—Taehyung apoya sus brazos en el balcón.

Tuvo problemas, batalló para buscar solución aún siendo muy joven e inexperto. Kim Dohye fue su pilar, le era extraño vivir sin tenerla cerca.

Jungkook abraza a su esposo, pegando su mejilla contra su espalda. Estaba seguro que su esposo la está pasando mal, él también está triste por lo que pasó con su suegra. Ella tenía la ilusión de estar con sus nietos, verlos crecer al igual que hizo con Taehyung.

—No lloraste en el entierro, mucho menos al volver—el mayor se cubre el rostro con las manos, incapaz de ser visto en ese estado—no contengas la tristeza, eso no es bueno, en algún punto tendrás que hacerlo, y yo estaré a tu lado.

Esa noche, el castaño desahogo su pesar junto a su esposo, el cual no dejo de abrazarlo en ningún momento.

«👑»

Jungkook y Taehyung fueron temprano juntos al hospital, estaban ansiosos, por fin sus dos bebés estaban fuera de cualquier peligro y listos para irse con ellos.

Hasta ahora, los únicos que vieron a sus hijos, fueron ellos y la madre de Taehyung, así que los demás los esperarían en su hogar para celebrar.

—Mi pequeña Doyeon—el pelinegro carga cuidadosamente a su hija, la cual mueve un poco sus bracitos al escuchar su voz—mi linda niña, tu hermanito y tú ya se van a casa.