Prologo.

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3 Días antes.

El abogado Cristophel se encontraba de pie junto a su auto. Momento antes había pinchado una de sus llantas y este trataba de cambiarla y seguir su camino a casa.Momentos antes  había tenido una discusión con la insípida de su esposa. Luego de la separación ella quería la antigua casa del lago. Pero era lo único que le quedaba. El juez le había dado todo a su esposa, luego de estudiar detenidamente su caso. Y las denuncias efectuada por varias mujeres que dicen a ver sido atacadas por el.

<<No le daré nada más. Me he quedado sin nada<<

La creciente nube espesa de niebla hacia que su vista fallara cada vez más. Abrió el maletero y saco una caja de metal, donde solía guardar todas sus herramientas. Solía arreglar su viejo Camaro en sus tiempos libres. Junto a una cerveza fría. Lo ayudaba a distraer sus pensamientos.

-Maldita niebla.

A su costado sintió fuertes pasos. Se alarmo, y al levantar la mirada solo pudo notar como la espesa niebla atraviesa la carretera desierta en aquella hora.

Una sombra salió de la nada y lo embistió tirándolo al suelo. Sintió el gran peso encima de si; y como este le aplastaba su costilla, haciendo difícil su respiración. Esta media poco más metro ochenta. En la oscuridad no podía divisar nada, su cuerpo se ponía rígido, a culpa de la adrenalina que recorría su cuerpo. El forcejeo duro un par de segundo mas, cuando Cristophel sintió un fuerte pinchazo en el cuello. Sintió como un liquido quemaba su garganta, hasta que poco a poco entro en su corazón. 

Antes de caer en la gran profundidad oscura, pudo observa a su atacante. Llevaba una mascara, con un gran pico, como un pájaro. 

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