- ¡Pero qué gran ironía! - exclamó la chica de cabello negro muy oscuro.
Rachel peinó los suyos hacia atrás ataviada, pero sin dejar de escudriñarla con los labios apretados en una mueca sombría.
- Ni me lo digas - refutó.
- ¿Ustedes se conocían? - preguntó él chico de gorra con el bate ahora recostado en sus hombros.
- ¿Sabes cómo dejó a Jonathan ese bastardo? - preguntó la chica con enojo y frustración. Rachel no contestó su vista estaba en el pequeño moretón que la muchacha tenía en la parte superior de su frente. Aquello se lo había hecho Derek sin duda - El karma vuelve niña. Le dije que lo lamentaría - terminó.
- Sip. Definitivamente se conocen - agregó el chico ahora poco animado.
Rachel lo miró y rodó los ojos mientras avanzaba frente a Teresa.
- ¿Y... ¿Dónde está él? - preguntó melodiosamente viendo a los lados, escudriñando el lugar.
- ¡Que se yo! - exclamó en queja encogiéndose de hombros en un gesto sobrador - Debe de estar buscando más máscaras o esa preciada Katana. Cuando se enteró que no la tenía; se puso como loco. ¡Derek nos lo robó todo! - explico con notable molestia y resentimiento.
- Bueno. Yo tal vez se los devuelva -informó Rachel.
- ¿Deberás? - desafío Teresa con sarcasmo.
- Hasta la última y jodida máscara. - ofreció.
- Y supongo que quieres algo a cambio - dedujo la pelinegra ahora sin apartarle la mirada.
- No. Solo me gusta hacer las pases con todos los jugadores - se burló - Es un pequeño intercambio.
- ¿Pequeño? - dudo mirando la manchada ropa de la muchacha - Yo creo es más que eso y también creo que estas perdiendo tiempo muy valioso ahora mismo.
Entonces Rachel se sintió descubierta ante la astuta pelinegra.
- No te pediré que te quedes hasta que el despierte, sólo pido que le des lo necesario para que pueda sobrevivir esta noche... Porfavor.
Teresa miró a la chica frente a ella con desprecio y luego con indulgente ambición.
- ¿De cuántas máscaras estamos hablando?.
Rechel detuvo su mirada sobre la mochila a un lado de Teresa y entonces hablo: - Seguramente más de las que tienes ahí.
La pelinegra miró la mochila y luego a la muchacha algo complacida.
- Veamos - empezo - Jonathan se molestara si se entera de esto - dijo mirando a la nada y luego a ellos.
- Ninguno se lo dirá - explicó Rachel y Teresa miró al chico del bate. Rachel entonces sospecho que él debía de ser el tipo de chico boca floja y extrovertido.
- ¿Que? - preguntó este sintiéndose ofendido con sus miradas.
Entonces Teresa gruñó poniéndose de pie. Estaba acostada en un fornido montón de colchonetas y pelotas de básquet y vóley; a Rachel jamás se le hubiera ocurrido buscar allí. El gimnasio era un buen escondite después de todo.
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El Trato y El Sacrificio 🎭
Teen FictionEn el pequeño pueblo de Villa Lóbrega, Halloween va más allá de ser una simple fiesta de terror para los adolescentes y jóvenes locales, ya que organizan un juego que promete cambiar el destino o la vida de los participantes para siempre. Rachel, un...