Capitulo 6 "Fantasmas"

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— Mierda — se quejo observando sus rojas manos producto de una lucha inútil con la pequeña ventana del baño.

Impacientes pasos sonaron afuera de este y Rachel vio una sombra proyéctese en el sucio suelo.

— Tenemos un serio problema de confianza — murmuro confiada saliendo del pequeño compartimiento pero para su sorpresa nadie estaba allí — ¿Hola? — murmuró, nadie contestó. Y recordó cuánto odiaba aquel trillado diálogo en las películas de terror cuando un personaje saludaba a él fantasma o asesino como si este le fuera a responder — ¡Idiota!. Como si la muerte fuera capaz de responderte con un: ¡Hola! y ¿Qué tal?. Hoy vengo por ti, pero no corras eh — se burló mirando su propio reflejo mientras caminando hacia el lavado.

Lavo sus manos y cerro la canilla dispuesta a marcharse. Cuando comenzó a oír gotas resonando con debilidad. Aquello no provenía del lavado ni de la lluvia de afuera.

Llevo su vista al reflejo del espejo notando entonces la puerta de un compartimiento entre abierta. Volteo con pasos lentos acercándose a esta y estiró su mano con lentitud hasta que se atrevió a empujarla. Esta se abrió tan pausadamente que produjo un suave chillido mientras su mirada caía sin retornó sobre rojas betas que guiaron su mirada hasta un charco de sangre escarlata que la encaminó a un más allá hasta detenerse sobre un cuerpo, él mismo tenía una extensa cortada a la altura del vientre de la cual aun chorreaba con todo su esplendor un contenido sinuoso y viscoso que salía de él. Eran sus entrañas, tripas y vísceras que habían sido despojadas de su interior y ahora regaban el piso del compartimiento.

El asco y repulsión inundó a Rachel antes que el terror pudiera hacerlo y retrocedió con los ojos ardientes, sin poder siquiera pestañear.

Mientras sus manos cubrían una arcada una sombra tras ella y junto a los lavados se movió. Está vez Rachel la percibió en verdad. Ahora sabía que era real y el miedo se apoderó de ella con gran violencia haciendo que su espalda chocara duramente contra el lavado hasta quedarse completamente sin aire.

Ya no había dudas. El dueño de aquel trabajo aún estaba en la habitación y escondido dentro de uno de los compartimientos del baño. Entonces aspiro el aire con fuerza, de dio cuenta que estaba jadeando sin dejar de mirar a la salida cuando se encontró en una encrucijada. ¿Podría correr lo suficientemente rápido antes de que eso saliera de su escondite?.

— ¡Hola! — saludo de pronto una voz gruesa y demasiado tranquila — ¿Qué tal?. Hoy vengo por ti, pero no corras eh...

No lo escuchó terminar, Rachel se empujó del lavado rumbo a la salida comenzando a correr, pero entonces la sombra cobró repentina presencia tras ella y una figura humana la empujó bruscamente contra el suelo.

El cuerpo de Rachel tembló y cayó contra el sin poder siquiera poner resistencia — Ah — gimió de dolor y rápidamente se giro sobre el suelo, pero entonces una fría, casi helada mano la tomó de su mentón y dirigió su mirada hacia donde se encontraba aquel cuerpo haciendo que sus ojos se clavaran una vez más en aquel cadáver.

— No — gritó cerrándolos con potencia y ordenando a sus manos golpear al sujeto, pero entonces notó que incluso había perdido el poder sobre su propio cuerpo el cual no le obedeció.

El sujeto ahora sobre ella regresó su mentón hacia él para que lo mirara. Rachel lo vio a los ojos, ojos negros surcados de rojas vena, combinando a la perfección con las vetas de sangre reseca en sus mejillas y con la cruz invertida pintada de negro en su frente que solo al verla fijamente como ella ahora lo hacía, uno podía descubrir que era sangre seca producto de dos seguramente angustiosas cortadas.

El trato y el sacrificio Where stories live. Discover now