CAPÍTULO 3.

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POV. CHANYEOL.

Hace dos días que no había noticias de Byun Sung Moon *Padre de BaekHyun, nombre inventado XD* y doce horas completas de que ese niño no salía de esa habitación, lo cual me estaba empezando a molestar un poco, ni siquiera ha comido en todo lo que va de la mañana.

Me puse de pie abruptamente en medio de la reunión y miré a todos los presentes haciendo una leve reverencia mientras avanzaba hacia la puerta al salir me encaminé a ese cuarto.

POV. BAEKHYUN.

Me desperté como los dos días anteriores con los ojos rojos e hinchados, me froté estos un poco para quitar la pereza y miré alrededor pensando que quizás ya no tendría escape o que lo único que podría lograr que fuera libre.

Quería llorar nuevamente pero no lo hice, debía ser fuerte si quería salir de aquí. Salí de mi ensoñación por un golpe nada leve en la puerta, por lo que me levanté dendo un suspiro antes de acercarme a abrirla. –No cenaré, gracias.- dije sin siquiera fijarme en quien estaba en frente de mí.

-Pues, comerás, aunque tenga que obligarte a hacerlo.-

Levanté la mirada sorprendido de escuchar la voz del Jefe y mis mejillas enrojecieron al instante.

-¿Comerás ahora?- Preguntó con el ceño fruncido.

-Yo…Yo…comeré.- murmuré levemente mientras bajaba la mirada y salía de la habitación, cerrando la puerta detrás de mí.

-¿Por qué no unirte a nosotros BaekHyun? ¿Es qué en verdad quieres morir?- subí la mirada nuevamente al escuchar su pregunta y ni mi sonrojo, ni mi corazón, parecían querer calmarse. ¿Por qué esta persona me hace sentir de este modo?

-¿Qué pasará si decido quedarme en su grupo?- Me miró casi sin creérselo, abrió la boca y volvió a cerrarla como si lo que quería decir algo pero se lo volviera a repensar lo que diría.

-Trabajarás para mí y tendrías que seguir mis órdenes.- contestó mientras entrabamos en la cocina, la comida ya estaba sobre la mesa por lo que sólo tuvimos que tomar asiento. -¿Entonces trabajarás para mí, verdad?- me dijo casi como si quisiera que dijera que sí.

-No estoy seguro..- comencé a pensar que quizás sería una buena idea, no quería morir despúes de todo. Lo pensé por unos breves minutos más antes de responder. –Creo que aceptaré pero con una condición.- lo vi arquear una ceja y sonreír sarcásticamente.

-¿Tú me estás poniendo condiciones a mí?- asentí mientras examinaba cada uno de sus gestos. Suspiró para luego hablar nuevamente. –Bien, dime tu condición.- le miré sorprendido, porque realmente creí que se negaría a aceptar mis condiciones.

-Quiero otra habitación, ropa nueva y también…- me mordí el labio inferior por lo que estaba a punto de decir hasta que lo dije o más bien por la forma en que se lo tomaría. –Su nombre…quiero saber su nombre.- Cerré mis ojos esperando la peor de las reacciones pero luego de dejar pasar unos segundos, nada pasó por lo que me vi tentado a abrir mis ojos.

Sí, definitivamente estaba muerto. Pero cometí el error de enamorarme de este tipo a primera vista.

-Te daré todo lo que pides. Mi nombre es algo que sabrás cuando comiences a trabajar mañana.- Contestó dedicándomeuna leve sonrisa mientras se ponía de pie para irse.

Cuando salió de la cocina todo quedó en absoluto silencio, era aburrido comer solo pero todos los demás estaban ocupados.

Al terminar de comer comencé a caminar por el lugar viendo todo lo que había a mi alrededor, era rustico pero a su vez, hermoso. Se veía que estas personas tenían buen gusto, a pesar de su trabajo y personalidades, también eran bastante buenos, bueno algunos. No todos podían ser iguales ¿o sí?

En verdad creí que sería más interesante estar en un lugar así pero que más da, tampoco es como que pueda quejarme. ¿Además no se supone que tendría que haber alguien vigilando que yo no huya de aquí o algo así? Seguía caminando hasta que choqué con algo o más bien alguien.

-Ten cuidado niño, hay personas aquí que están muy ocupadas.- Me ayudó a ponerme de pie y yo sólo susurré un muy bajo “lo siento”, antes de salir corriendo sin mirar atrás por miedo, porque algo en esa persona me hacía pensar que no era alguien que trabajaba aquí, era como si no hubiese visto a ese tipo cuando comía junto a los muchachos en la cocina.

Al caer la madrugada se escuchaba claramente por los pasillos a los chicos pasar de un lado a otro totalmente apresurados. Pensé que tal vez había ocurrido por lo que me acerqué a la puerta, pagando mi oído en esta, comencé a oír disparos, entre otras cosas. Fue ahí donde realmente me asusté. Esto incrementó cuando la puerta se abrió, dejando ver así a un hombre, que no parecía ser mayor que el Jefe. Pero cuando tomó mi brazo y comenzó a arrastrarme hacia afuera fue cuando comencé a gritar por ayuda…

-¡Por favor, alguien ayúdeme!- grité con todas mis fuerzas mientras era arrastrado por el pasillo. ¿Voy a morir de este modo? Fue todo lo que pude pensar antes de mi mente comenzará a nublarse.

Cuando puedas dame una oportunidad. - ChanBaekWhere stories live. Discover now