III

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Humillación

Llegue a la escuela, todo mundo me preguntaba el porqué me había ido de clase ayer, les decía que me había sentido mal, sé que realmente no se preocupan por mi, sólo les gusta el chisme, así que ignoro o evado a todos los que puedo.

Me encuentro con Cynthia y a lo lejos veo a Marcos con otros chicos de nuestro salón "Le habrá dicho a alguien lo de ayer", realmente tenía terror de que alguien lo supiera, aún más Fany, una chica del salón, cabello oscuro, de piel apiñonada, bajita, ojos brillantes y oscuros, ¿Qué pensará de mi, y más aún si se entera de todo esto?
"No lo creo," me dijo Cynthia para tranquilizarme "pero dime ¿que pasó?"
"Pues..." me aseguré que no hubiera nadie escuchando "... Mi madre compró los... Ya sabes que, y pues, tengo que usarlos"
"¿En serió?" asentí con la cabeza y justo llegó Marcos
"Qué pasa chicos, ¿todo bien Yosef?"
"Si, gracias"
"¿Seguro, no necesitas que te traiga una toalla o algo?" Cynthia le dió un buen codazo y yo lo mire despectivo "¿Qué?"

Sonó la campana que daba inicio a las clases, el profesor entró casi de inmediato, las clases transcurrieron normal, hasta que llegó la hora de hacer actividad física, por suerte, mi madre había hablado con la directora desde temprano para comentarle lo que estaba pasando, y el porqué no podía hacer actividades físicas, de nuevo, todos me preguntaban para alimentar su sed de morbo, y de nuevo contestaba, cada vez con menos paciencia, "estoy enfermo"

Transcurrieron las clases, y luego del recreo, unas clases después, volvió a suceder, mi pañal se llenaba, cada vez más y más, me puse nervioso, creí que se desbordaria, por suerte no lo hizo, pero se veía más abultado y se sentía más pesado, ahora el problema era ¿Cómo me cambio?, llevaba los pañales, la crema, el talco y todo, pero... No podía sacarlo de la mochila sin más.

Sentí que Marcos tocaba mi hombro por detrás, y voltee
"Oye, porqué tienes esto en tu mochila" giré mi mirada hacia un lado de mi banca, sentí como me hervía la sangre de coraje, le arrebaté la mochila y le grité
"Bueno que te importa, deja de revisar mis cosas"
"Solo quiero saber por qué traes un pañal ahí"
En ese momento, sentí todas las miradas puestas en mi, sin darme cuenta, yo estaba parado a un lado de mi asiento, con mi mochila en las manos, no recuerdo bien que pasó después, lo único que recuerdo luego de eso, es haber escuchado la campana del colegio, y Cynthia tocando la puerta del baño, ¿cómo había entrado al baño de hombres?, ¿el conserje la dejó entrar?

"¡Hey! Yosef, ¿estás bien?"

Reaccioné en ese momento, tenía abrazada mi mochila, sin expresión alguna, cargado de estrés, ansiedad, preocupaciones, y un mar de sentimientos, alcé mi brazo, quité el seguro y Cynthia abrió la puerta

"Perdón por tardar tanto, traté de aligerar las cosas en el salón, ¿estás bien?, ¿necesitas ayuda?" me vinieron a la mente las palabras de mi madre está mañana, realmente no sé cuánto tiempo pasó, pero di dice que demoró, tal vez fue un buen rato
"Si, estoy bien" me limpié la cara con las manos y me relajé un poco, dejé mi mochila encima del escusado, y bajé mis piernas al suelo "esperame afuera"
"Está bien"

Cynthia cerró la puerta y salió del baño, me bajé el pants hasta las rodillas y me senté de nuevo, desabroché las cintas del pañal y lo envolví, lo dejé en una bolsa de plástico y lo metí a mi mochila, me limpié, y empecé a colocar la crema y el talco, seguido, coloqué el pañal y subí mi pants, salí con Cynthia, mire al patio, estaba vacío, salvo por el conserje y unos chicos de grados menores al nuestro, así fue como me dio cuenta que Cynthia realmente había tardado un rato

"¿Estas bien? Te acompaño a casa"
"..." Voltee a verla y asentí con la cabeza
"Bien, vamos"

Nos subimos al bus para ir a mi casa

"Oye... ¿Viste a Fany?"
"Si..."
"¿Y? ¿Cuál fué su expresión?"
"A decir verdad, parecía algo preocupada, pero un tanto burlona"
Suspiré con algo de alivio

Llegamos a mi casa, entramos, y mi madre estaba en la cocina, estaba terminando para irse a trabajar

"Ay, ya llegaste, hola Cynthia ¿cómo estás?"
"Bien señora, gracias"
"Me tengo que ir, Cynthia, estás en tu casa"
"Gracias señora, que le vaya bien"
"Adiós mi amor" Salió presurosa y me dirigí a la cocina para calentar algo y comer, aunque realmente estaba caliente, y yo no tenía hambre

"¿No comerás?" me dijo Cynthia, cuando le dejé su plato en la barra de la cocina
"No tengo hambre"

Cynthia y yo nos quedamos platicando, hicimos las tareas, me pasó lo que perdí de clases y llegando casi la noche, se fué, me fuí a dormir temprano, aunque realmente no tenía ganas de levantarme al siguiente día

Fugas en PañalesWhere stories live. Discover now