Jay desaparece.

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Capítulo 9:

Estoy recostada en mi cama simplemente pensando en el día mientras dejaba a un lado mis lápices y el cuaderno donde terminaba de hacer mis apuntes. Ya era de noche y mi estómago gritaba por algo de comida. Pero mi cuerpo demandaba una ducha.

El agua que caía sobre mi cuerpo estaba exageradamente caliente, pero normalmente ayudaba a calmar mis músculos (hacer la tarea en la cama es malo para mi espalda y mis hombros, debería usar el escritorio más de seguido). Suspiré estirando mi mano hacia el jabón en el estante y lo froté contra mi cuerpo lavando el rastro del día.

No pude evitar que mis pensamientos fueran directos a Jay una vez que mi cabeza estuvo despejada en el calor de ducha. Pasé mis manos por mi cuerpo otra vez, enjuagando el resto del jabón. Mi mente hacía de las suyas y yo me dejé llevar por la imaginación, recorriendo mis manos en todo el camino desde mi cuello hasta mis pechos, sintiendo el peso de ellos en mis manos, imaginé a Jay respirando en mi cuello, imaginé que eran sus manos.

En mi interior me castigaba, juro que lo hacía, pero no podía evitar de pensar en cómo se sentiría hacerlo con él. Dios, no lo había hecho con nadie en mi vida, pero él me llamaba a hacerlo, había algo en él que solo me hacía pensar en 'dios, como quiero saltar a su regazo y dejar que hiciera conmigo todo lo que se le antoje'.

Pero lo odiaba, odiaba que él tuviera esa influencia en mí. Odiaba que él tuviera ese poder sobre mí. Era perfectamente consciente de que si él lo intentase de veras no tendría que ir tan lejos para tenerme rogándole. Sabía que podía tenerme en un chasquido.

Baje la derecha por mi vientre, y mi mano izquierda seguía en mi pecho, jugando con él, estimulándolo de la manera que sabía que me gustaba. La derecha se aventuró más, buscando el punto entre mis piernas que me hizo jadear con gusto, separé mis piernas un poco más dejando que las sensaciones se expandieran por mi cuerpo y mordí mi labio para evitar cualquier sonido.

Froté mi brote sabiendo que era la presión justa para hacerme venir rápido y fuerte. No pude evitar el jadeo que vino de mis labios cuando el placer comenzó a construirse como un nudo en mi estómago, sabía que estaba cerca, necesitaba solo un estímulo más.

Recosté mi cabeza en las baldosas de la pared y me dejé caer sobre mis pies expandiendo mis piernas un poco más, dándome más acceso, el agua de la ducha, caliente, se deslizó por mi vulva agregando más placer, jadeé ante las sensaciones y dejé que el nudo en mi cuerpo se desatara, derramando mi placer en el piso de la ducha.

Mis piernas estaban como gelatina mientras me incorporaba para volver a lavarme, y una vez estuve hecha tomé la toalla de su lugar para salir del baño.

Todo esto era horrible. No sabía qué hacer con todas las cosas que estaban pasando por mi cabeza, ninguna respuesta me parecía suficiente, estaba completamente perdida. Tener relaciones con Jay sería atroz, Dios, el tipo podría fácilmente romperme el corazón sin siquiera pensar en ello, pero no tenerlas, sobre todo ahora que yo sabía que él estaba receptivo a la idea, me parecía una locura. Más bien una tortura.

¿Cómo había pasado siquiera?

Pero entonces decidí que no debía dejar que la obsesión me abrumara, era la mejor manera de afrontar situaciones como estas. Debo ocuparme de un problema a la vez, y debía comenzar con el problema de ahora, que era buscar algo para comer y luego tener una perfecta noche de descanso.

Atacaba la heladera sin mucho éxito y pensé que mejor pedía una pizza, pero al tomar mi teléfono para hacer el pedido un mensaje de Keila que me deja una extraña sensación aparece en la pantalla.

'¿has visto a Jay?'

Desbloqueé mi pantalla para responderle 'No lo he visto en todo el día, ¿por?'

Cruel Intentions #SA2018Where stories live. Discover now