La gripe no es impedimento.

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Capítulo 7:

- ¿Otra vez a solas con el profesor Stephen? –cuando salgo de la sala de detención, Keila está afuera, mirando sobre mi hombro con un extraño brillo que no puedo descifrar en sus ojos.

- Estaba a cargo de detención—escucho decir a Alan detrás de mí.

- Mamá me dejó tarde. –me explico.

Ella me toma del brazo llevándome por el pasillo hacia la siguiente clase que nos toca juntas.

- Jay y tú salieron—me dice ella en un susurro cuando estamos sentadas en la mesa de química.

- No salimos. Me dijo Megan's y me convenció de estar fuera de mi casa.

La verdad me estaba arrepintiendo de salir afuera con la lluvia. Esta mañana, mi nariz estaba tapada y ya sentía los dolores de cabeza que solían darme cuando iba a tener gripe.

Presté atención a la clase nueva ignorando los intentos de Keila por sacarme información de su hermano y yo saliendo ayer. No quería contarle nada de lo que pasó en casa pero pensaba contarle algo sobre lo que hicimos en Megan's y en la playa, que no es mucho y no me avergüenza. El hecho es que, química lo llevo fatal y decidí ignorarla por el momento.

Cuando ya no estaba prestando atención, terminé de narrarle lo aburrida pero deliciosa que fue la mañana y ella parecía no tan contenta con lo que le conté.

¿Keila quiere que su hermano y yo lo llevemos más lejos o solo me lo estoy imaginando por conveniencia?

- ¿Qué? Tu hermano no es la cosa más romántica que exista Keila.

- Ya lo sé. –dice ella bufando y volviendo su mirada a su tarea.

Yo volví a lo mío también y deje de lado los chismes. Y el día transcurrió tan aburrido como siempre.

Durante el almuerzo planeo salir afuera para comer pero las nubes negras arruinan mi día. Justo cuando estoy sentándome en la mesa, escucho un trueno y de inmediato el techo de la cafetería nos hace saber que está lloviendo.

Empiezo a estornudar antes de comer y en un momento, cuando estoy mordiendo mi sándwich de atún vuelvo a estornudar atragantándome con un poco de mi comida. Comienzo a toser como posesa desesperada por lo que me está pasando. Siento que me quedo sin aire y es más que seguro que mi rostro está rojo.

Siento las palmas de alguien en mi espalda ayudándome en mi situación con unos golpecitos y luego me ofrece una botella de agua que acepto con gratitud. Dándole un trago siento que mi tos va cesando un poco y seco mis lágrimas e intento recuperar mi respiración normal.

Aun entre lágrimas observo a quien me estuvo ayudando para encontrarme con unos maravillosos ojos que me sonrieron.

- Muchas gracias—le digo a Jonah, amigo de Jay que solo se encoje de hombros y sigue con su almuerzo.

- Solo intenta no volver a comer mientras estornudas. –yo no puedo evitar sonreír.

Del otro lado de la mesa, Jay frunce el ceño mirando a quién-sabe-dónde mientras mastica de su sándwich. Parece estar colgado en algún pensamiento, pero yo decido que no me importa y termino con mi comida entre estornudos.

Me desespero al notar que mi nariz está tan tapada que no puedo respirar correctamente. De un momento a otro, estoy en la enfermería del instituto con la mirada atenta de la enfermera sobre un termómetro, pero pesan más los ojos de Jay sentado junto a la ventana mirándome.

- Está volando de fiebre, es definitivo.

- Bien, yo la llevo a casa. –dice Jay.

Sé que me han levantado de la cama y me llevan a algún lado. Pero realmente no tengo fuerzas de mirar nada y me limito a flotar, dejándome llevar en sueños con Jay.

Cruel Intentions #SA2018Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu