Capítulo 11 "Sacrificio"

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El muchacho disfrazado lo zarandeó, y Derek dio un traspié, recuperando el equilibrio, pero entonces lo empujó mientras le imponía varios golpes en el pecho obligándolo a tomar su lugar en la silla.

Derek estaba agitado. Tenía la boca chorreante de sangre y en su ojo izquierdo un morado rojo que tomaba rápida hinchazón.

- ¡Vete al Diablo! - grito intentando liberarse de las cuerdas que comenzaban a sujetarlo a la silla. Pero era inútil, en cuestión de segundos, quedó completamente inmovilizado.

- Si. Tal vez lo haga, pero será después de ti - le siseó el muchacho - Aunque no puedo matar a un jugador, hay formas tan cercanas a la muerte... - añadió mientras rociaba a Derek con gasolina

- ¿Qué... haces imbécil? - preguntó Derek, tosiendo y tratando de resistir el líquido azulado que le inundaba la cara y se filtraba en su boca y nariz.

En segundos la camiseta negra de Derek no tardó en quedar completamente empapada igual que su rostro. Las grandes gotas de gasolina chorreaban desde su cabello y bajaban deslizantes por sus mejillas y fina nariz.

Cuando aquel bidón quedó vacío, el lugar entero quedó impregnado de un insoportable aroma a gasolina.

Derek se agitó frenéticamente, como un animal salvaje intentando sacudirse el líquido. Mientras tanto, el disfrazado arrastró una silla y se sentó frente a Derek, con las piernas extendidas hacia los costados del respaldo y mirándolo directamente.

- Dime... ¿Por qué alguien como tú trabajaría con alguien como ella? - preguntó el muchacho.

Derek escupió a un lado y no contestó. Su boca aún sentía el asqueroso y amargo sabor de sangre y gasolina. Estaba agitado, le costaba respirar y temblaba intensamente, haciendo que las cuerdas que ataban sus brazos se sacudieran. A pesar de todo, no mostraba signos de miedo.

Mientras tanto, el otro sujeto intentó abrir la puerta para escapar del sofocante olor a gasolina, pero el disfrazado lo detuvo con un gesto.

La única corriente de aire en la habitación se filtraba por debajo de la puerta y se arremolinaba alrededor de los tobillos de Derek. En pocos minutos, el oxígeno escasearía en el lugar, y Derek podía sentir cómo sus pulmones comenzaban a cerrarse.

Por un instante aterrador, tuvo la sensación escalofriante de que esto era solo el comienzo del sufrimiento que el disfrazado planeaba infligirle si no respondía a sus preguntas.

- ¿No vas a contestar? - volvió a preguntar.

- ¿Por qué te interesa? - devolvió la pregunta débilmente, , su voz sonando ronca y su respiración irregular.

El disfrazado soltó una risa áspera.

- No eres tú quien formula las preguntas - dijo e inclinó su cabeza tomándolo del cabello y tirando de él con violencia, algo que a Derek le desagradó aún mucho más - Además ¿Qué demonios haces aquí?. Tú no eres un estudiante del instituto - continuó tirando y moviendo la cabeza de Derek hacia un lado.

- Pudrete - exigió Derek soltando un respingo que terminó en un gemido de queja, retorciéndose en la silla..

- Respondeme - ordenó dándole un golpe en el rostro con el puño cerrado que lo obligó a inclinar la cabeza y escupir más roja sangre - ¿Porque estás jugando?

- ¿Por qué la gente se inscribe a un juego? - devolvió la pregunta con una sangrienta sonrisa - Por que esta muerta de aburrimiento - concluyó.

El disfrazado fingió una risa ante su ingeniosa respuesta y lo golpeó nuevamente, mostrando cada vez más frustración.

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