22. VIERNES

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Después de la escuela, pude visitar a la tía Lucía en el hospital. Tiene un ojo como si fuera una bola de tenis morada y un brazo de momia. Le pregunté qué le ocurrió y me volvió a mentir.

Ella culpa a la escalera, pero a mí no me engaña: el monstruo que se comió a mi tío la atacó.

Lo sé porque le faltaba un mechón de cabello cerca de la oreja. Y las escaleras no te arrancan el pelo. Los monstruos hacen eso.

No entiendo por qué oculta lo que pasa.

¡Hola, gente! ¿Cómo van con la lectura? Hago una pausa aquí porque creo que es importante ponernos en el lugar de Lucía

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¡Hola, gente! ¿Cómo van con la lectura? Hago una pausa aquí porque creo que es importante ponernos en el lugar de Lucía. Como se imaginarán, ella depende económicamente del monstruo que es su marido. Por la presión social y la necesidad monetaria que tiene para cuidar a sus hijos, no dice nada. Teme que no le crean, que haya represalias si hace una denuncia (contra ella o contra sus niños) y sabe que, si intenta divorciarse, no tendría a dónde ir o cómo comprar comida para su familia. Es una situación complicada y muy común, lamentablemente.


La niña que  luchaba contra monstruos (TAMBIÉN EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora