Te daría el mundo

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Deku siente que las palabras de Todoroki son insuficientes. Que significan más de lo que dicen. Implican conocimiento y gusto. Observación. Sentimientos.

Intenta hacer memoria al respecto, ¡cómo ha llegado a tal conclusión! Si él tuviera que describir a su amigo de la infancia definitivamente no utilizaría tal adjetivo. Pensarlo le causa escalofríos, la sola sugerencia habría hecho que Kacchan lo explotara.

Así que aprovecha que Kacchan no está y que la cocina, pese a no ser el lugar más privado del edificio, se encuentra extrañamente vacía.

Sienta a Todoroki frente a la mesa, sus manos inquietas lo obligan a prepararse una taza de chocolate. Le ofrece una al más alto que este niega.

—Kacchan no es delicado... —su voz tiembla, como si temiera invocar al blondo ante el mote o el adjetivo.

—Te equivocas, Midoriya.

—¡Pero Todoroki, yo lo conozco más! —insiste el pecoso. Sus manos aprietan la taza que sostiene, dan la impresión de querer romperla.

—Conoces a Bakugō por más tiempo, ¿pero eso qué importa? Si eres incapaz de ver que es alguien decididamente delicado mas no frágil lo comprenderías. Crees que por tener más información lo sabes todo, pero no es así.

Midoriya lo escucha en silencio, las palabras contundentes del más alto se transforman en un golpe a su ego de amigo de la infancia. Quiere comprender el punto de Todoroki pero en su mente el adjetivo y Kacchan son antónimos.

Sin embargo los orbes de Todoroki le dicen que es sincero. Que cree fervientemente en sus palabras. Y comprende que aquello que ve Shōto en Bakugō escapa de su entendimiento. Quizás por ello han avanzado, sin percatarse, en esa relación. Han dejado de ser desconocidos, meros compañeros unidos por una meta en común para forjar un vinculo al que él no puede aspirar.

Está tan acostumbrado a observar al rubio que percatarse de todo aquello que ha estado ahí frente a él, al final le duele.

—Son más que amigos —Midoriya lo afirma, es una sentencia breve y firme al contrario de su usual balbuceo.

—Es... —Todoroki paladea lo posesivo que suena en su mente y se corrige. No piensa imponerse contra la voluntad y la libertad de Bakugō —, somos novios.

La felicidad que sintió cuando sus sentimientos fueron aceptados sigue estando ahí, en su pecho. Ardiendo. Se pregunta si es una casualidad que su lado izquierdo sea el que domine el fuego, pues parece que sus sentimientos por Bakugō alimentan esas llamas.

Sus latidos apresurados alborotan aún sus llamas, es cansino mantener el lado derecho listo para bajarse la temperatura, pero agradece las palabras de Hawks y su padre. El consejo de Fuyumi. Y por primera vez siente que no es un agujero negro. Tampoco piensa que sea una estrella, no quiere compararse con Deku, ahora cree que Bakugō es un bólido. Y la presencia de ese escandaloso y malhumorado blondo iluminarán con su estela el firmamento que él piensa admirar todo el tiempo que se le permita.

Midoriya deja la taza en la mesa de manera sonora. La gran sonrisa que lo caracteriza hace que sus ojos esmeralda brillen.

—Somos amigos, Todoroki, puedes contar conmigo. Incluso si no entiendo su relación.

—Gracias, Midoriya.

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Todoroki mira la puerta de la habitación de Bakugō. Jamás ha estado dentro, no sabe de alguien que lo haya estado, Midoriya y Kirishima probablemente. Antes el pensamiento de sus compañeros acaparando la atención de Bakugō le molestaba, ahora le parece natural. Son amigos después de todo.

Lo que sigue sin saber es por qué no le ha pedido su número de celular. O si debería tocar la puerta. O esperar frente a la puerta esperando que ahora sus mentes estén conectadas mágicamente y así poder llamarlo con el poder de su amor.

Cuando la puerta se abre tempestivamente la cabellera rubia asoma primero. Bakugō arquea una ceja, su furia se apaga y solo queda el rostro sereno —contrariado— que vio por vez primera cuando iban a entrenar y todo era blanco. Dura un suspiro y luego explota en rojo como cabría esperar.

—¿Qué diablos haces ahí parado como idiota?

—Te llamaba con el poder de nuestro amor.

—¿Qué mierda?

—¿Puedo pasar? —inmunizado contra el mal genio de Bakugō ignora las muecas del más bajito.

Bakugō lo deja entrar sin saber si explotarlo o gritarle, hacer todo al mismo tiempo o ser discreto por una vez para variar.

La habitación de Bakugō es distinta a lo que Todoroki imaginaba. Es ordenada, demasiado limpia, pero el desorden que hay en el escritorio le explica le explica el otro desorden que hay en la pared.

La imagen más reciente a juzgar por los materiales sobre el escritorio es un fondo blanco que simula la nieve, hay una casa pequeña al fondo, bordeada por árboles negros y desnudos, y hacia ella un camino insinuado por una pareja de pisadas.

La escena lo hace sonreír pese a no comprenderla. La siente hogareña. Una bienvenida a ese mundo.

—Toma asiento —Bakugō no es muy amable, lo toma de la mano y lo coloca en su cama.

Todoroki siente el cálido cuerpo de Bakugō contra su costado izquierdo. Y la tentación de besarlo hace que le hormiguen las yemas de los dedos y los labios.

—No es que quiera mantenerlo en secreto, porque eso sería una idiotez. Lo he pensado, no quiero que esto se vuelva una carga y este llena de putos malentendidos. Pero no vayas diciéndolo así tan a la ligera. Mierda, ¡casi matas a Kirishima!

—Está bien.

—Ya puedes...

Bakugō se ve sorprendido cuando la cercanía de Todoroki es tal que puede sentir el vaho que escapa de entre los labios de este. Y es tan malditamente tortuoso que no se contiene y tira de él para unir sus labios en un beso suave.

—Me gustaría besarte —murmura contra su boca Todoroki.

Y Bakugō suelta la camiseta del más alto para llevar una mano hacia su mejilla derecha. Sabe que no puede tocarle más que eso, su lado izquierdo es incluso más cálido.

Así que Bakugō utiliza las mangas largas que cubren sus brazos para esconder en ellas sus manos sudorosas y así poder tocar finalmente ambas mejillas de Shōto.

—Puedes hacerlo ahora.

Es la respuesta de Bakugō. Todoroki cierra sus ojos y avanza.

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Y hemos llegado al final del fic.

Queda el epílogo y el extra.

Solo me queda agradecer a todas las hermosas personas que me han acompañado a lo largo de esta historia, ya sea votando o comentando. Espero que haya sido de su agrado y espero volver pronto con otro TodoBaku.

DelicadoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant