Delicado

Risa

Todoroki sabe que no se trata únicamente de un pretexto para acercarse a Bakugo, aunque es cierto que es su principal motivación. 

Puede que sea considerado el estudiante de la clase 1 A con un poder avasallador, controla dos quirk y es hijo del actual héroe número uno, lo que son claras ventajas para él. En realidad siempre le ha bastado con usar su lado derecho y en contadas ocasiones su lado izquierdo. Sin embargo eso no quita el aterrador hecho de que hay muchos que han logrado darle golpes directos. 

Midoriya, lastimado, fracturado y lleno de adrenalina le golpeó en el abdomen, un golpe que sin duda no llevaba ni una pizca del poder que ha demostrado poseer, lo cual fue bueno porque realmente pudo haberle hecho mucho daño; Iida utilizando su velocidad fue capaz de evitar su hielo lo suficiente para golpearle la cabeza, también sin la intención de herirlo verdaderamente porque ese no es el estilo del correcto Iida; quizás su encuentro con Gang Orca no era valido puesto que él era un héroe profesional, no obstante fue paralizado y de no haber sido por Inasa también habría sido inútil su fuego, e incluso así su plan había sido un fracaso a medias; sus reflejos tampoco fueron los mejores cuando luchó con Midoriya e Iida contra Stain (quienes hicieron el trabajo físico). Y ni siquiera quería pensar en lo penoso de su actuación cuando luchó contra Bakugo, pensándolo bien entendía la razón del disgusto del rubio. 

Pero su mayor temor lo había desencadenado TetsuTetsu. El chico no solo le había hecho frente en una pelea exponiendo su cuerpo al frío primero y luego al fuego más intenso que había podido crear. Temperaturas que lo mareaban, volvían lento y a final de cuentas era un inconveniente. 

No siempre podría depender de sus quirk. 

Así que ¿qué mejor que aprender algo de lucha cuerpo a cuerpo con Bakugo? cierto que Ojiro estaba especializado en artes marciales, pero sus reflejos, su instinto y su habilidad en el combate palidecían ante el talento nato de Bakugo. 

Además quería tocar el cuerpo del rubio explosivo. 

¿Quién le mintió cuando pensó que eso sería fácil? Ah, sí, él. 

Todoroki no maldecía, más que a su viejo pero en vista de cómo iba evolucionando su relación con su padre ya ni siquiera eso hacía, no obstante cuando terminó la primera hora de entrenamiento con Bakugo pensó que simplemente moriría. Y no por las razones que esperaría. 

Tocar a Bakugo se convirtió en esa hora en algo inalcanzable. No necesitaba de su quirk para esquivar los embates del más alto, podía golpearle en todas partes y alejarse con gracia. Realizaba piruetas como una muestra de agilidad. Y pegaba malditamente fuerte, no se contenía ni un poco.

Quizás a él le faltara stamina.

—Debimos haber empezado por algo más básico.

Se quejó Todoroki, tirado en la duela con el cabello sudado pegado a su cráneo y el cuerpo tan adolorido que no se creía capaz de levantarse. 

—Necesitaba saber qué clase de desastre eres para ver por donde empezar. 

Bakugo se encogió de hombros, restándole importancia, como un chico simple. Y luego se rió. 

El sonido de la risa de Bakugo era grave, limpio, alto. Transformaba su rostro en luz, al contrario del rostro de paz que puso cuando caminaba en la nieve creyendo que nadie le veía. Se le marcaban los pómulos y se coloreaban de un rojo más intenso, sus ojos se volvían pequeños y el rubí inundaba su esclera. Parecía más bien una pequeña joya. 

Se estaba burlando de él como dos amigos que se gastan una broma con complicidad. 

—Me alegra que mi sufrimiento te divierta.

—Siempre será un placer, mitad-mitad. 

Todoroki le sonrió a Bakugo cuando este clavó sus bonitos ojos en los suyos. Había tanto rojo, rosa y dorado que Todoroki no supo si el que se intensificaran esos colores se debió a él o a otra cosa. Pero atesoraría ese momento.

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Actualización antes del viernes. 

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