☯ CAPÍTULO 15

86 7 6
                                    

NO TENER LAS COSAS BAJO CONTROL 

EDU.

Desde donde estaba no podía ver mucho, pero no hacía falta ser muy listo para saber que la carrera había terminado ya hacía unos minutos. Y Alma no estaba a mi lado.

Empecé a ponerme nervioso.

La gente se iba, así que me acerqué para ver qué había pasado. La multitud se empezaba a dispersar y todos los competidores habían abandonado los puestos. El premio ya fue entregado y no veía a Alma por ningún puto sitio. Ya la estaba liando y yo no estaba como para perder el tiempo.

Me acerqué al tipo del micrófono.

— ¿Han llegado todos?

El hombre miró extrañado y dio un vistazo rápido al punto de salida, sin dejar de guardar cosas en las que no me fijé mucho en su mochila.

— Hace rato ya, sí — rio despreocupado por la nariz y me dio una palmada en el hombro —. Es hora de irse chaval.

Hizo ademán de darse la vuelta e irse, pero lo interrumpí antes de que pudiera llevar a cabo la acción. Estaba bastante claro que no, no habían llegado todos. Y su indiferencia me estaba cabreando.

— Todas las motos — aclaré sin intención de sonar amigable — ¿Han llegado?

Fruncí el ceño y bajé un poco la cabeza. El hombre se mojó los labios, apartando la mirada de mi durante un segundo como si estuviese formulando su respuesta antes de soltarla por la boca. Carraspeó y habló entonces en un tono más serio.

— Mira, yo no me hago cargo — se apartó un poco de mi y empezó a andar hacia una furgoneta —. Ha llegado el primero y le hemos entregado el premio, y ya.

Bajo mi mirada, caminó de espaldas a mí sin decir nada más. Vaya puto gilipollas. Él sabía tan bien como yo que no habían llegado todas las motos. Me pasé las manos por el pelo. ¿Qué cojones había hecho Alma?

Decidí andar por la pista siguiendo el circuito, pensé que tampoco podía estar muy lejos. Barajando las opciones de lo que podría haberle ocurrido, en el mejor de los casos me cruzaría con ella por la carretera en la que andaba. Pero estaba todo demasiado oscuro y no había un puto rastro de Alma por ninguna parte. Encendí la linterna del móvil cuando vislumbré una silueta de algo grande más oscura a lo lejos. A medida que me iba acercando mis cejas también lo hacían la una a la otra.

¿Qué cojones hacía un coche medio chamuscado en la pista? Di patadas en los escombros del suelo y metí la cabeza un poco dentro del capó, donde todo estaba gris y olía a rancio. Comprobé los conectores que quedaban al descubierto y algo chirrió en mi mente. Sostuve los cables del motor y me quedé mirándolos un rato. Unos cables que se "queman" no están perfectamente cortados como lo estaban aquellos.

Aquello no me estaba dando buena espina. Esperaba que no tuviese nada que ver con la ausencia de Alma.

Lancé los cables dentro del capó con brusquedad y lo cerré de un golpe seco. Algunas cenizas cayeron al suelo y entonces me fijé en las ruedas. Solo había una pinchada, y tenía algo parecido a un papel debajo. Aquello me olía más a chamuscado que el propio coche. Fui hasta la rueda trasera y me agaché para cogerlo.

Si avanzáis, es porque yo quiero que avancéis.

-E

Apreté la mandíbula, releyendo y creyendo que podía fundir aquella inicial con los ojos. Arrugué el papel y lo lancé contra el coche. Me llevé las manos a la cabeza y me faltó poco para pegarle una patada al trasto ese.

FREE SOUL ©Where stories live. Discover now