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De los jefes de las cinco tribus que habitaban Jörd, su reino, a excepción de Tydeus, cuatro de ellos estaban sentados en sillas finas y decoradas con simbologías de cada tribu y Jade en un trono. Todos en un círculo rodeando al Sol y la Luna que decoraba el suelo del salón.

—Las tropas están listas, en cuanto usted de la orden atacarán. —Nix jefe de los elfos fue el primero en hablar.

Glorik, un enano, reprochó la idea.

—Mi Reina, usted sabe que mis guerreros están a su disposición, pero debe haber una forma de evitar una matanza.

—No busco una guerra. —respondió —Como ya dijo, la muerte será lo único que nos dejara esto, —miró a todos —sabíamos que esto pasaría algún día.

—¿Qué haremos ahora?

Por varios segundos el silencio gobernó.

—Mantener nuestra libertad. —respondió Jade

—¿Y qué debemos sacrificar para mantenerla? —Zeren, una mujer fauno hizo aquella pregunta en la que Jade pensaba desde que Skander hizo su propuesta.

—La libertad no tiene por qué costar nada; sin embargo, cuando nos sentimos amenazados y tememos perderla luchamos por ella, dando incluso la vida.

Zeren soltó una risa muda —Que caso tendría entonces.

—Tu alma sería libre y tu recuerdo será ejemplo de valor y lucha. —Tydeus recordaba a aquellos amigos que había perdido años atrás.

—¿Por qué no lo dejamos así? —Nix sugirió —De cualquier forma, no podrán cruzar el escudo.

La Reina ya había pensado en ello.

—Supongamos que lo dejamos así, como tú dices, —empezó —y que eventualmente ellos se retirarán cansados de no recibir respuesta, ¿cuánto tiempo tardarán en regresar? o ¿Cuánto tiempo pasará para que la gente de su reino venga por curiosidad, queriendo saber qué hay detrás del muro invisible que nos separa? ¿Cuánto hostigamiento estás, estamos, dispuestos a soportar antes de reaccionar? —suspiró —De una forma u otra terminaremos en guerra.

Todo quedó en silencio, nadie sabía cómo responder a ello.

—Entonces no hay salida de esto.

Jade se levantó deteniéndose en medio de todos.

—Todo esto es por el capricho de un Rey que cree que todo lo merece. Ya hemos pasado por esto antes. —los miraba mientras intentaba explicarse —No permitiré que eso vuelva a pasar; ya perdí un pueblo y no pasará de nuevo.

—Eras una niña Jade. —Tydeus la excusó —Ni tú, ni tu pueblo tenían la culpa.

Mirando a Tydeus, tragó ante el recuerdo.

—Ahora soy mayor y puedo pelear por sus gentes, por mi gente; que ahora son todos ustedes. —pensó sus siguientes palabras —Debemos evitar la guerra y para ello debo hablar con Skander, y no creo que quiera hacerlo como hasta ahora.

—Él querrá verte. —a Elliot no le gustaba la idea. —Has luchado por el anonimato y ¿piensas perderlo así de fácil?

—Hablando de sacrificios.

—Es nada comparado con las vidas que salvaríamos —replicó.

Glorik se levantó.

—¿Y crees que sea el único sacrificio que harás? Porque yo no. —su angustia era notable —Es tu decisión y de cualquier forma te apoyaremos. —todos se pusieron de pie e hicieron el mismo gesto del puño en el corazón que Tydeus. —¡Te seguiremos! —dijeron antes de retirarse.

Guardianes: El Legítimo Rey.Where stories live. Discover now