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Varias noches fueron las que Aiden durmió con dolor debido a la cantidad de aleteos, de choques contra árboles y de las numerosas caídas que sufrió; hasta que sus músculos aceptaron que el esfuerzo no se detendría y que probablemente aumentaría. Al fin había podido descansar placenteramente lo luego de los entrenamientos con Jade, que sin duda no tenía piedad con él. Al despertar escuchó mucho bullicio, se levantó, se vistió con lo que encontró y salió a ver de qué se trataba.

Vio a varios guardias guiados por Skander – ¿Qué está pasando? – lo alcanzo, pero él no contesto.

Unos pasos adelante se encontraron con Beth e Ian que también había escuchado los ruidos – ¿Qué hacen? – le pregunto a su primo.

– No lo sé. – Se dio cuenta a dónde se dirigían.

Jade había logrado conciliar el sueño a pese a la constante molestia en su espalda a causa de las cicatrices. Últimamente y por las noches vestía un camisón con escote trasero para no tener irritantes y se acostaba boca abajo.

Su puerta se abrió de golpe despertándola. Ni siquiera se había movido aun cuando sintió unas manos que la sostenían para levantarla a la fuerza. Intento zafarse, vio a Skander parado en la entrada de su habitación – ¡¿Qué crees que haces?! – Foux también despertó y rápidamente se convirtió en un lobo que ya mostraba los colmillos a los hombres que sostenían a su compañera – ¡Suéltame! – ordenó, pero fue ignorada.

– ¡¿Skander que estás haciendo?! – nada tenía sentido. Aiden entro viendo como sujetaban a Jade – ¡Suéltenla! – les ordenó a sus hombres.

Ellos miraron al Rey – Jade Blashwood, quedas arrestada por traición, asesinato e intento de asesinato.

– ¡¿Qué?! – Estaba confundida – ¿Intento de asesinato?

– Llévenla al calabozo a la espera de juicio y condena – los guardias la guiaron a la salida, ella no se resistió pero Foux seguía gruñendo.

– ¡Basta! – se detuvo y la siguió. También quisieron atraparlo – ¡Déjenlo! – Pidió, no le hicieron caso. Lo sujetaron lastimándolo en las costillas, dolor que también sintió Jade, lo que solo la enfureció – ¡Dije que lo dejarán! – El suelo donde estaban aquellos guardias que lo lastimaban comenzó a congelarse cubriendo sus pies hasta las rodillas, para luego empujarlos contra la pared dejándolos tirados e inconscientes. Foux aprovecho la distracción, se transformó en cuervo y se fue volando saliendo por la ventana.

La jalaron con fuerza – ¡Basta! Ella no se resiste – Aiden quiso zafarla de su agarre pero ellos lo evadieron.

Al salir no solo vio a Ian y a Beth, también a los trillizos, a la Princesa Catherine y Lord Kenneth que miraban sin entender. – Buenos días – saludó – ¿Los despertaron? – Señalo con la mirada – Culpa de Skander y sus estupideces. – Antes de irse, Skander y Jade cruzaron miradas. Él con recelo, ella notaba algo diferente en él, pero no pudo verlo por qué la jalaron. La siguieron por unos cuantos metros, se detuvieron en seco cuando la luz iluminó su espalda desnuda. Estaba repleta de cicatrices, una sobre otra, como si estuvieran luchando por el espacio en ella, había una en particular que resaltaba por sobre las demás, está atravesaba toda su espalda de hombro a cadera, todas ellas estaban rojas. Una de las guardias puso una de sus manos sobre ella – ¡No me toques! – le grito y ella la quito de inmediato.

La Princesa Catherine cerró los ojos al verla – Kenneth – busco consuelo y él la abrazo cubriendo su vista.

Beth se cubrió la boca, sintiendo lastima por ella. Le quemaban los ojos al pensar el dolor que sufrió – pero...¿Quién le hizo eso?

– Todos a mi despacho – ordenó a su familia, se acercó a Ian – Ella no puede venir – todos emprendieron su camino.

Miro a su novia – Tranquilo, estaré bien – dudo unos segundos pero se fue alcanzando a los demás. Beth espero hasta perderlos de vista para poder correr y entrar a la habitación de Jade.

Guardianes: El Legítimo Rey.Onde histórias criam vida. Descubra agora