Capítulo 92

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Ver a su hijo interactuando con su esposo, verlo correr a su alrededor feliz mientras lo llamaba "Fa" ver como con cariño Jungkook lo encaminaba hacia él era maravilloso. No necesitaba que nadie le dijera que era su hijo porque, desde el preciso instante en que lo vio, toda la presión que había estado sintiendo en su pecho y que creía que era a causa de su mafa, se hizo más intensa y liviana a la misma vez.

Comenzó a verlo lejano y el pánico se apoderó de su ser, las voces estaban distorsionadas y las imágenes también. Era felicidad mezclada con miedo de perderlo lo que lo hacía sentir así. Mas, eso no lo detenía, quería, necesitaba tener a su hijo en brazos. Dio un paso adelante sin mucha estabilidad y cuando pensó que se le acercaba, todo se volvió oscuro.

— E-Esir...

Fueron las palabras que logró mencionar antes de desmayarse. Sus padres lo sostuvieron y Jungkook le tapó el campo visual a su hijo para que no viera a su mafa caer. Lo cargó entre sus brazos y se lo entregó al abuelo que no podía apartar las manos de su cuerpecito. Jimin una vez creyó que no sería capaz de volver a ver a su hijo y tener la oportunidad de incluso ver a su nieto lo hacía sentir el ser de mayor dicha.

Fueron muchas emociones en un día para Taehyung, emociones que no eran fáciles de manejar. Fue sorprendido por su esposo alejado de todo cuando menos se lo esperó, despertando esto que su cuerpo entrara también en crisis al sentir tan cerca lo que tanto necesitaba y anhelaba. A eso se le sumaba el encuentro con Kore, el ser que le dio a luz y que jamás había visto en persona. Ver a todos reunidos, ver por primera vez a sus padres juntos y sentir ese cálido abrazo paternal que solamente ellos le podían ofrecer. No obstante, todas esas emociones sentidas se multiplicaron por mil en el momento que vio frente a él a su hijo.

No tuvo la oportunidad de verlo nacer, Jungkook lo había traído al mundo mientras él estaba inconsciente. Sintió cuando lentamente su corazón se fue deteniendo, como su vida se iba apagando en su interior, sintió a su hijo morir. Por eso, aunque varias veces soñó con él en los pasados meses y le pareció sentirlo con vida una vez, le costaba asimilar que lo que una vez fue un frijolito en su interior, ahora fuera un muy adelantado niño de dos años y medio.

— Fada...

Esir tiraba del pantalón de su padre pidiéndole que le cargara entre sus brazos o sentara en su regazo. Estaba bien con todos pero cuando pasaba un rato prudente buscaba siempre el calor del cuerpo de su padre. Jungkook, quien no se había separado del lado de su esposo desde hacía dos horas cuando perdió el conocimiento, sonrió tomando a su hijo entre sus brazos para sentarlo en sus piernas. El pequeño colocó cada pierna al lado de las de su fada y se dejó caer hacia atrás, apoyando su pequeña espalda en el torso de su padre.

— Fa... ¿por qué aún duerme? — Preguntaba mirando algo extrañado a su padre.

Su genética era increíble, a pesar de que tenía dos años y medios, su inteligencia era más que visible. Comenzó hablar pronto al igual que a dar sus primeros pasos, fácilmente podría pasar por cualquier niño de cuatro años en Corea del Sur. El único inconveniente es que hasta que cumpliese la mayoría de edad luniana o tal vez erisiana, iba a crecer desmesuradamente por día. Por esa cuestión no podrían ponerlo en ningún colegio en Tellus hasta que no alcanzara su pubertad o mayoría de edad, nadie sabía bien cómo sería Esir. Era la primera unión de este tipo y se desconocía todo acerca de él, ni siquiera se sabía a ciencia cierta todo de sus padres.

— Tu mafa está cansado, se puso tan feliz de verte que se cansó mucho mucho. Es por ello que aún duerme. Seguro despertará pronto, amor.

— ¿Y los niños que ma tiene en su panza? — Jungkook lo volteó sorprendido y lo miró a los ojos.

Amor LunarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora