Cap. 28 Tailandia.

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Bárbara POV

Me desperté con un dolor de cabeza que solo podía deberse a la resaca que me deja el vino, no se por que siempre son las peores. Tomé mi celular del buró para checar la hora y entrecerré los ojos por la molestia que me causó la luz de la pantalla.
"12:00 a.m", tenía un mensaje de Maca y otro de mi amiga Rachel. Abrí primero el de la ojiazul.

M: 6:00 a.m.
Buenos días bebé,
no quise marcarte para no despertarte,
ya estoy a punto de despegar,
Te aviso en cuanto aterrice.
Besos .
M

Abrí Instagram, y vi que había subido una historia en el asiento del avión, por lo menos se veía que la marca de ropa para la que va a modelar, le había conseguido un boleto en primera clase. Decidí activar sus notificaciones para mantenerme al tanto de su viaje, por algún motivo sentí que no me había podido despedir bien de ella.

Tengo vagos recuerdos de anoche. Recuerdo que Maca me acompañó aquí a mi cuarto y que hablamos, no recuerdo sobre qué, pero también recuerdo algunos besos. Lo que no se es... en que momento me quedé dormida.

Sonreí con cierta nostalgia a la pantalla sabiendo que no la vería en varios días.

Por lo menos espero que el trabajo me mantenga ocupada.

Navegué por la pantalla del celular y abrí el mensaje de Rachel.

R: 10:00 a.m.
Hola desaparecida, ni creas que te vas a ir
dos meses sin ponernos al corriente a toda la banda
y en especial a mí, te esperamos para comer en casa
de Ale.
Rach.

Se me había olvidado completamente que había quedado para comer con mis amigas, tenía que quitarme este dolor de cabeza a cómo diera lugar, o no iba a rendir, dejé mi celular sobre el buró y me metí a bañar.

En media hora ya había terminado toda mi rutina de belleza, me coloqué mis lentes de sol y me dirigí a la cocina por una aspirina y una bebida hidratante.

Para mí sorpresa también parecía que mi familia se había levantado tarde, apenas estaban desayunando.

— Hola — saludé en el tono más bajo que pude para no reventarme la cabeza.

— Hola Barbarita ¿Qué tal la cruda? — habló Mich demasiado fuerte. Me llevé las manos a los oídos intentando amortiguar el sonido que se sintió como taladro en mi cabeza.

— Shh... — le indiqué que guardara silencio mientras me acercaba al refrigerador para abrir la puerta.

— ¿Quieres chilaquiles niña? — preguntó mi mamá.

— Por favor... — dije en tono de súplica. Saqué unos electrolitos de la nevera y me senté en la mesa.

— ¿Cómo estuvo eso de que dejaste a tu novia ir con mis amigos anoche? , Tú muy mal hermanita... — soltó Mich en sorna.

Sentí mis mejillas arder y las náuseas que llevaba controlando toda la mañana, subieron por mi esófago. Casi me atraganto con la bebida que estaba tomando.

La información que englobaba la pregunta era demasiada.

No recuerdo haberles hablado de mi relación con Maca, además... ¿Se fue con los tarados estos que no hicieron más que comérsela con la mirada toda la tarde?

Mi papá bajó la tablet con la que generalmente ve las noticias y miró a mi hermano con los ojos de pistola.
No supe cómo interpretarlo...

— ¡Cállate tonto!, eso no es cierto Barbie, te está molestando. — le respondió Mariana. — A Maca la llevó mi papá.

La conocí a ella... (BARBARENA)Where stories live. Discover now